El arzobispado de Santiago de Chile deberá pagar 450.000 millones de pesos chilenos (unos 574.000 euros) a tres víctimas de abusos de Fernando Karadima, que durante años fue unos de los sacerdotes más famosos y respetados del país. La justicia chilena considera probado que el arzobispado no investigó con diligencia cuando recibió denuncias de abusos.

Según el diario La Tercera, ha sido importante para la sentencia el descubrimiento de una carta que en la que el cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo emérito de Santiago de Chile, escribía al nuncio Giuseppe Pinto, en 2009, señalando que tras recibir las denuncias contra Karadima había resuelto no interrogar al párroco para no causarle molestias. La Policía encontró esta carta en el arzobispado cuando entró en sus instalaciones el pasado mes de junio por orden del fiscal regional de O'Higgins, Emiliano Arias.

La Corte de Apelaciones de Santiago revocó un fallo de primera instancia y condenó al Arzobispado de Santiago a pagar esta indemnización a tres víctimas: James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo. El fallo ha sido unánime en la IX Sala del tribunal de alzada.

Los delitos de Karadima (en la foto) han prescrito
para la justicia civil chilena... pero la falta de investigación
del arzobispado ante las denuncias no.

Penas canónicas a Karadima: no hay penas civiles

Karadima fue expulsado del sacerdocio por el Papa Francisco hace pocas semanas. Además, los tribunales de la Iglesia le han condenado a una vida de oración y penitencia. Karadima tiene 88 años.

En realidad, los tribunales chilenos no han llegado a condenar los abusos de Karadima: la justicia civil chilena considera que el delito ya prescribió.

Las primeras denuncias llegaron a la justicia civil en 2003. En enero de 2011, la Santa Sede -que centraliza la investigación de estas denuncias desde el pontificado de Benedicto XVI- declaró culpable a Karadima de abusos sexuales contra menores de edad.

Un sacerdote influyente y popular

Fernando Karadima fue, durante décadas, un sacerdote al que la sociedad civil, la prensa y la Iglesia admiraban y ponían como ejemplo por su trabajo con los pobres. Estaba muy bien relacionado con sectores importantes de la sociedad chilena. Fue además formador de medio centenar de sacerdotes, de los que cinco llegaron a ser obispos.

Los tres denunciantes, al conocer la sentencia, han difundido un comunicado en el que manifiestan satisfacción por el fallo: "Nos alegramos profundamente. Ha sido un camino muy largo, lleno de dificultades y con un alto costo personal y familiar, pero ha valido la pena", señalaron.

"El Estado chileno se está poniendo al día a través de la justicia para que, independiente del poder de una organización, todos deben responder por sus actos, especialmente si tienen a su cargo el cuidado de niños, adolescentes y personas vulnerables", expresan.

"Acabar con la cultura del encubrimiento"

Agregan que la justicia chilena y el Vaticano "están en la misma línea por acabar con la cultura del abuso y el encubrimiento, cultura de la que los cardenales son fieles representantes". Por "los cardenales" se refieren al anterior cardenal arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, y también al actual, Ricardo Ezzati. Consideran que encubrieron y protegieron al abusador.

Este fallo "debiera marcar el fin de la impunidad en materia de abuso sexual clerical", concluyen.

79 víctimas menores de edad, 119 casos investigados

Según datos de la Fiscalía Nacional de Chile, con fecha de finales de agosto de 2018, hay 119 investigaciones en curso contra 167 personas relacionadas con la Iglesia imputadas por abusos sexuales o psicológicos y de poder. Las víctimas son 178: algo menos de la mitad (79) eran menores de edad cuando ocurrieron los hechos.

El papa Francisco ha aceptado ya la renuncia de cinco obispos chilenos, después de que el pasado mes de mayo los 34 obispos del país presentaran en bloque su dimisión ante el pontífice en el Vaticano tras reconocer que habían cometido "graves errores y omisiones".