Sara Morales fue secuestrada por las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) cuando tenía 11 años e incorporada al grupo criminal marxista hasta que pudo escapar cuando ya tenía 22 años.

En declaraciones a la cadena colombiana RCN que recoge Aciprensa, Sara reveló cómo las mujeres dentro del grupo narcoterrorista eran sistemáticamente violadas y sometidas a abortos forzados. (Ver abajo el vídeo de su testimonio.)
 
“Te roban de tu familia, te cambian una muñeca por un arma y un parque por un campo de batalla, te ganas unos enemigos y además de eso, te violentan sexualmente”, afirmó.
 
El 24 de noviembre de 2016, las FARC firmaron un polémico "acuerdo de paz" con el gobierno de Colombia (el anterior había sido rechazado en referéndum por los colombianos), se desarmó, se lanzó como partido político y cambió el significado de sus siglas, que definen ahora a una sedicente Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.
 
Sara explicó en la entrevista las consecuencias de la violencia sufrida en el seno del grupo terrorista: "Las violaciones sexuales nos dañaron el alma. No hay un instante en la vida en la que no nos despertemos sin pensar en lo que pasamos”.
 
La joven dijo que cuando denunció a su violador dentro del grupo narcoterroristra, el comandante Pastor Alape, hoy miembro de la Dirección Nacional de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, la hizo bailar con su agresor “para evitar que los guerrilleros se llevaran una mala imagen y que vieran que nosotros nos volvíamos a ser amigos y que todo había quedado en el perdón”.


Félix Antonio Muñoz Lascarro, alias Pastor Alape, formó parte del equipo negociador de las FARC en las conversaciones de La Habana con el gobierno colombiano de Juan Manuel Santos.

Campamento Aborto
“Allá en la zona donde estábamos", recordó Sara, "llegó a haber un campamento que se llamaba así, Campamento Aborto”. A ella, por tener un rango mayor, le permitieron tener a los bebés fruto de las violaciones a las que fue sometida, y entregarlos en adopción a familias de campesinos, de quienes luego los pudo recuperar. Pero vio cómo a otras guerrilleras las obligaban a abortar.
 
“Creo que en ese campamento se llegaron a hacer más de cien abortos en cuestión de días. Traían peladas [jóvenes] que tenían tres, cuatro, cinco meses de embarazo. El que no lo podían hacer con citotec, que son las pastillas que utilizaban para el aborto, los hacían con las cucharas, que son las que pican a los bebés. Te puedes imaginar, quedaban muchas enfermas, muchas se morían por el tema de las infecciones”, denunció Sara.
 
Para Sara fue muy duro “ver las niñas llorando de ver su criaturita ahí, cuando se la sacaban o se les venía, porque muchas estaban formaditas, estaban grandecitas”.
 
Todo esto, aseguró, era con conocimiento e incluso ordenado por los dirigentes del grupo narcoterrorista: "No hay nada que se haga dentro de la organización de las FARC, sin que su secretariado dé la orden definitiva de hacerlo. En este caso, los abortos, todos estaban en conocimiento de los mandos. Pastor Alape sabía y era el que daba la orden de que se practicaran los abortos”.
 
“Fueron muchos bebés los que ellos asesinaron por este tema de los abortos”, añadió, pues “en las FARC es un delito tener un hijo”.
 
Sara criticó la capacidad de Pastor Alape “de negar ante el mundo” la verdad: "Usted reclutó menores de edad, fue el que dio la orden para los asesinatos de menores de edad por comerse un cuarto de panela, por las violaciones, por todos los abortos que se practicaron dentro de las unidades a las que yo pertenecí. Algún día la verdad va a salir a la luz y toda la vida usted no va a poder tapar el sol con un dedo”.