La canonización del niño cristero José Luis Sánchez del Río llega a México en un contexto en el que actúa de catalizador y ejemplo para los católicos. Buena parte de la sociedad mexicana, con los obispos a la cabeza, rechaza la pretensión del presidente Enrique Peña Nieto de imponer el matrimonio entre personas del mismo sexo, así como la ideología de género en el sistema educativo. Propuestas ambas del mismo laicismo anticatólico que llevó al martirio al pequeño de catorce años en quien el cardenal Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, ve "un gran ejemplo para la juventud" ante las nuevas "colonizaciones ideológicas".

En declaraciones a ACI Prensa, Suárez Inda recordó que desde sus inicios “la historia de la Iglesia es la historia de una Iglesia martirial”, evocando no sólo las que sufrieron los primeros cristianos sino las que cortaron de raíz la expansión del cristianismo en Asia (Corea o Japón) o las que se dieron en países de profundas raíces católicas como México antes y después de la Guerra Cristera (19261929) y España durante la Guerra Civil en la zona bajo dominio del Frente Popular (19361939).

Sin embargo, señaló que si bien “muchos no tenemos la gracia del martirio cruento”, sí estamos llamados a “ser heroicos en el cada día, en la vida ordinaria y esto nos invita a no desfallecer, a no dejarnos arrastrar por una corriente, sino mantenernos firmes en la fe cuando hay unas persecuciones ahora más sutiles que son, a veces, como dice el Papa, una colonización ideológica”.

“José Sánchez del Río, que de manera valiente, generosa, decidida, prefirió morir por Cristo, anhelaba el martirio como una gracia; y ahora que el Papa Francisco lo canoniza, sin duda que reconocemos que tenemos un gran intercesor y un gran ejemplo para la juventud”, afirmó.

El arzobispo de Morelia –ubicada en el estado de Michoacán, donde está Sahuayo, el pueblo natal del santo-, recordó que para México la persecución religiosa iniciada por el presidente Plutarco Elías Calles fue una “época amarga, dramática”.

Sin embargo, “la providencia de Dios ha dejado (a los mártires mexicanos) como la semilla de muchos nuevos cristianos, auténticos, y desde luego jóvenes como José Luis Sánchez del Río es sin duda un motivo de santo orgullo. No de un orgullo fatuo, sino de saber que un joven puede tener la valentía, puede tener la clarividencia, la lucidez para decir ‘me voy a ganar el Cielo, es la gran oportunidad’” y no dar “ni un paso atrás”.

En ese sentido, dijo que la decisión del futuro santo de convencer “a quienes querían liberarlo pagando la suma grande de rescate”, enseña que “lo que vale en la vida verdaderamente, más que el dinero, pues es el tesoro de nuestra fe”. Añadió que esto hoy es también un ejemplo para México, “en que se le pone precio a la vida de algunas personas”.

Por ello, el cardenal Suárez Inda exhortó a los fieles a no dejarse llevar por las colonizaciones ideológicas, ni por “una rutina, un cansancio” o “simplemente un acostumbrarnos a un espíritu mundano": “Necesitamos reaccionar y ser verdaderamente fieles a Jesús en la virtud, en la actitud de confianza en Dios y también de enfrentarnos a todos esos obstáculos que presenta la vida cristiana en el mundo de hoy como en cualquier época y en cualquier ambiente”.

(La película Cristiada, que ha popularizado al niño mártir, se puede conseguir legalmente aquí; ReL recomienda también el libro El Niño Testigo de Cristo Rey, escrito por un sacerdote que conoció a los asesinos, aquí)