Tras más de nueve meses de Pontificado, son muchas las cosas que se conocen del que posiblemente sea ya el Papa más mediático.  Por ello, son más que conocidas las aficiones y muchas de las actuaciones del Pontífice argentino. Una de ellas, quizás la que más aparte de su vocación religiosa, es su gran afición al fútbol, una auténtica pasión en Argentina. Un pequeño Bergoglio, que acudía a la cancha del San Lorenzo de Almagro de sus amores con su padre y que según fue creciendo fue afianzando esta afición por un club centenario precisamente fundado por un sacerdote, el padre Lorenzo Massa.


Incluso socio del equipo, Francisco ha vuelto a poner en la primera línea al San Lorenzo de Almagro, uno de los grandes de Argentina pero que no había cosechado éxitos en los últimos años. Sin embargo, desde su elección como Papa, por intervención divina según sus hinchas, el equipo no ha parado de ganar partidos y de alcanzar posiciones hasta hace bien poco fuera de su alcance.
 
Sin embargo, el “efecto Francisco” no sólo se ha notado en las iglesias de todo el mundo puesto que ha sido ser Papa y hacer al San Lorenzo de Almagro campeón de liga, concretamente del Torneo Inicial y todo ello en la víspera de su cumpleaños. Cuando se enteró del campeonato el Papa no pudo contener su emoción y a los más allegados les expresaba: “¡qué alegría!”.
 
 
No sabemos si el Papa habrá intervenido o no pero lo que sí está claro es que Francisco ha rezado por su equipo. Precisamente, poco después de su elección, el San Lorenzo de Almagro jugó con una camiseta en honor al Papa.
 
"Rezamos por vos, reza por nosotros", exponía la camiseta de los “cuervos”, como son conocidos en Argentina los seguidores del equipo de la barriada de Almagro. El caso es que cuando pusieron este lema el equipo comenzó a funcionar y ahora tras una gran remontada ha conseguido hacerse con el título liguero.
 
Lo que no hay dudas es que el Papa argentino ha rezado por su equipo, primero tras las peticiones de oraciones de los jugadores y después porque decenas de hinchas del equipo le han ido entregando camisetas del San Lorenzo durante las audiencias públicas en el Vaticano impidiéndole que olvide al club de su juventud.
 
Pero su relación va más allá de su época juvenil. Como arzobispo de Buenos Aires nunca ocultó su afición, siguió siendo socio y acudía a las instalaciones del club para celebrar misa, acudir a la capilla y confesar y atender a los jóvenes jugadores que allí buscan un futuro en la élite o simplemente salir de un ambiente de delincuencia.
 
 
De este modo, tras su elección como Papa los aficionados de San Lorenzo pasean por las calles bonaerenses orgullosos y henchidos de orgullo sabiendo que el Papa pese a vestir de blanco tiene corazón blaugrana. Y puestos a seguir con más curiosidades, los “cuervos” tienen en el Papa otro motivo de alegría puesto que el mismo día en el que en el Cónclave salía elegido Bergoglio tocaba en Argentina no sólo el primer Pontífice de esta nacionalidad sino que el boleto de lotería premiado coincidía con el número de carnet de Bergoglio como socio de San Lorenzo.
 
La afición del Papa a San Lorenzo de Almagro sólo es parte de una historia de un equipo estrechamente relacionado a la religión y a la Iglesia Católica desde su propio inicio. Tanto que los colores del equipo, el azul y el rojo, se deben a María Auxiliadora.
 
Y es que el fundador de este histórico equipo no era otro que un salesiano, el padre Lorenzo Massa. Tras ser ordenado fue destinado a un oratorio en el humilde barrio de Almagro. En esta barriada muchos niños estaban condenados a la delincuencia y muchos de ellos se entretenían en la calle jugando a un deporte recién llegado de Europa y que era conocido como “football”. Observándoles, el padre Massa observó como uno de ellos casi moría aplastado por un tranvía al ir tras la pelota.
 
Sacar a los niños de la calle fue su primera idea. Y por ello les propuso seguir jugando en un lugar más seguro, el patio del Oratorio, con la condición de que participaran en la misa y aprendieran el Catecismo, algo a lo que accedieron gustosos. Este era el germen del que ahora es el equipo del Papa.
 
En la sacristía nacía oficialmente el San Lorenzo de Almagro, en honor al barrio del que procedían los chiquillos  y al santo que hacía honor al nombre de este sacerdote. Era una decisión de los niños puesto que antes querían llamar al equipo los Forzosos de Almagro o Lorenzo Massa, nombres que no gustaban al cura, por lo que al final los pequeños optaron por algo intermedio.
 
Así el equipo fue creciendo y ganando fama. Y de esta manera también empezaban a ser conocidos con el apodo que mantienen actualmente, los cuervos. Cuando los vecinos de otros barrios veían llegar al equipo de Almagro comandados por el padre Massa gritaban “ahí vienen los cuervos”, en alusión a la sotana negra del sacerdote.
 
Apodo que también podría ser valido cuando el entonces arzobispo Bergoglio aparecía en las instalaciones de San Lorenzo. Un cuervo más y muy orgulloso de ello.  Y encima ahora campeón.