Argentina es el país que aporta más jóvenes peregrinos a la JMJ de Río de Janeiro: 42.500 argentinos desembarcan en Brasil estos días.

Algunos dirán que "no tiene mérito porque vienen de cerca", pero eso es no tener mucha perspectiva de las distancias en América. 


El ejemplo más extremo son los jóvenes que llegan desde Ushuaia, en Tierra del Fuego, a Río de Janeiro: recorren 5.000 kilómetros y como viajan en autobús implica 70 horas de viaje.

Para hacer una comparación: es como si los jóvenes de la JMJ de Madrid hubieran llegado desde Moscú por carretera. "Un país vecino", dicen.

Los jóvenes de Buenos Aires afrontan 2.800 kilómetros para ver a su querido Papa argentino. Los de Rawson y Chubut, 4.000 kilómetros. Los viajes más económicos cuestan entre 2.500 y 4.000 pesos argentinos (entre 350 y 560 euros).

Se calcula que la mitad de los jóvenes argentinos que van a la JMJ se embarcan en larguísimos periplos en autobús.

El grupo más numeroso saldrá desde la Catedral Metropolitana de Buenos Aires el viernes 19 a las 21 horas. Serán alrededor de 400 personas que se transportarán en 7 micros.