El miércoles, a las tres de la tarde, una mujer atacó con ácido sulfúrico a un sacerdote que se encontraba confesando en la catedral de Managua. El padre Mario Guevara, vicario del templo, sufrió graves quemaduras de las que fue atendido en el hospital Vivian Pellas de la capital nicaragüense, siendo dado de alta cuatro horas después con lesiones de tercer grado en la barbilla, el ojo y la parte trasera del cuello.

La autora de la agresión pudo ser retenida por los fieles presentes hasta la llegada de la Policía. Ha sido identificada como Elis Leonidovna Gonn, de 24 años, de nacionalidad rusa y pasaporte italiano, aunque las autoridades investigan todavía las circunstancias de su entrada en el país, supuestamente en septiembre y procedente de Honduras, tras un periplo que la habría llevado a ese país desde El Salvador, Guatemala y México.

 

En el momento del ataque, Elis llevaba una camiseta con una imagen de un bebé simulando estar en el vientre de su madre y levantando el dedo anular. Se trata de un atuendo que llevan algunas feministas radicales. Ella misma declaró a la policía ser feminista y lesbiana y haber huido de su país por ese motivo en abril de 2017, siendo acogida en Italia como refugiada política en febrero de 2018. Según informa El Nuevo Diario, hay noticias contradictorias en torno a su forma de vida: viviría en la calle con una hija de dos años alimentándose de caramelos, aunque tendría alquilado un piso en una zona residencial.

Mario Guevara, de 59 años, el sacerdote atacado.

El comunicado de las autoridades nicaragüenes dice que Elis "expresa haber ocasionado las lesiones al presbítero Mario Guevara porque el diablo le ordenó matar a alguien, de lo contrario el diablo le quitaría la vida a ella", y "refiere tener condición de refugiada en Italia, la que obtuvo argumentando ser perseguida en su país de origen, por su orientación sexual y pertenecer a movimiento feminista”.

Mientras esperaban a la Policía, un sacerdote presente inició unas oraciones de liberación sobre ella. "Según sor Brenda Castillo", religiosa que se encontraba en el templo, "la atacante tenía expresiones no comunes que daban miedo y por eso uno de los sacerdotes procedió a realizar el exorcismo".

Actualmente se encuentra detenida mientras continúan las investigaciones. La vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, condenó al ataque. La Iglesia católica en Nicaragua lleva meses siendo objeto de agresiones por parte de sectores afines al presidente del país, el sandinista Daniel Ortega, a las que se añade la labor represiva dirigida directamente por el gobierno socialista.

Ofrecemos a continuación un resumen de algunos de esos asaltos, tal como los recoge El Nuevo Diario: