Afirma estar «siempre contento»: el motivo, «lo más importante», Dios y su familia
Manuel, con parálisis cerebral y paralímpico de fútbol: «La fe y Jesús son un pilar en mi vida»
Desde la preparación de la ley de la eutanasia y especialmente en su aprobación, se vincula cada vez más el padecimiento de una discapacidad con un sufrimiento que llevaría directamente a la solicitud de la propia muerte. Se trata de una postura criticada por multitud de asociaciones de discapacitados y por especialistas como el doctor Alberto de Pinto. Para él, la ley supone un claro "peligro para los discapacitados". También se muestra falsa con muchos de los que no solo conviven con una discapacidad, sino que abrazándola, han logrado felicidad y éxito.
Es el caso de Manuel Lozano Salamanca, que fue diagnosticado de parálisis cerebral desde su nacimiento. Algo que, sin embargo, no le ha impedido ser feliz o hacer nada de lo que le habría gustado, según aseguró en una entrevista concedida a Grada. Por ejemplo, participar en unos Juegos Paralímpicos, tener estudios o ser feliz junto a su mujer y sus dos hijos.
Licenciado en Magisterio en las especialidades de Infantil y Educación Especial, explicó que ser el mayor de tres hermanos siempre le supuso una motivación extra "para seguir adelante" y "dar ejemplo".
"Tenía que ser, pues eso, normal no, sino lo siguiente… yo vengo de una madre que ha tirado de mí y gracias a ella he llegado a ser lo que soy hoy en día", agregó en otra entrevista concedida al portal del Opus Dei.
"Un genio" ganándolo todo en las competiciones
Educado siempre desde la fe, primero en los Salesianos y después en El Tomillar, fue en este colegio donde descubrió su faceta deportiva en el fútbol o el atletismo. Siempre quiso ser "uno más" y a ello dedicó sus esfuerzos, aunque el "aprovecharse" de algunos de sus amigos en el colegio fue algo que dio para bromas décadas después de concluir los estudios.
"Hay que ver, Manolo, cuando eras chico cómo te aprovechabas de nosotros: en las excursiones, uno te llevaba en brazos, el otro te llevaba la mochila, y tú siempre has sido un genio, tú siempre nos engatusabas", le recordaban en reuniones posteriores.
Lo cierto es que rápidamente mostró aptitudes por el deporte que le llevaron a "ganarlo todo", ya fuese en competiciones escolares, regionales e incluso autonómicas. Sus amigos le preguntaban: "¿Qué has hecho, Manolo? Hay que ver… Necesitas una carretilla para recoger todas las medallas del podio…".
El cielo más allá de los Paralímpicos
Su dedicación y entrega no tardó en cristalizar, llegando a participar en campeonatos de España, de Europa y mundiales e incluso en los Juegos Paralímpicos de Barcelona del año 92 con la selección española de fútbol 7.
Su experiencia en el ámbito deportivo no concluyó ahí. Mientras participaba en la selección y otros campeonatos, obtuvo los cursos de técnico, de árbitro y se desempeñaba en los comités en Extremadura, en la Asociación de Personas con Parálisis Cerebral y el Colegio el Tomillar. Ha impartido cursos en el Comité Paralímpico Español y, cuando el tiempo se lo permite, juega con su equipo, llamado "fútbol de élite".
Más allá de sus aficiones, sus títulos y su experiencia deportiva, hay algo que le da a su vida el verdadero sentido.
Su familia, dice, es su "ocupación favorita. Tengo una mujer que adoro, Nini, mi hija María y mi hijo Lolo. María acaba este año Derecho en Cáceres. Y Lolo está en Sevilla estudiando tercero de Arquitectura. Lo más importante es la familia: mi madre, mis hermanos, mi padre… Y siempre que podemos nos juntamos".
Jesús y la fe, "lo más importante"
Pero por encima de todo, está la fe, que vive siguiendo la espiritualidad del Opus Dei. "A través del trabajo nos acercamos a Dios: para mí la fe es lo más importante, yo no sería nadie si no ofrezco todo lo que hago o si no llevo un plan de vida ordenado: mi trabajo, mis normas de piedad, mis cosas", comenta.
Explica que siempre está contento y alegre, y pese a sus problemas pone siempre "una sonrisa, aunque el estado de ánimo no sea el idóneo".
Dios, dice, "es muy importante" y las rutinas de oración ocupan su día a día desde su comienzo a través del ofrecimiento de obras.
"Ofrecer mi trabajo, el sacrificio que ello supone, procurar hacer las cosas bien, tener los uniformes preparados, cuidar los detalles en los talleres, que los usuarios que trato en Aspace estén alegres, estén contentos, estén bien atendidos con su merienda y su comida" son solo algunas de ellas.
Si tuviese que escoger una figura histórica por encima de cualquier otra, no lo duda. "Básicamente se debe a mi fe, es Jesucristo. Para mí ha sido un pilar en mi vida", concluye.