Pionero en la salud mental de los sacerdotes.
Pionero en la salud mental de los sacerdotes.
por Duc in altum!
El Venerable Siervo de Dios P. Félix de Jesús Rougier (1859-1938) fue un religioso, sacerdote, misionero, egiptólogo, pedagogo, editor y fundador de origen francés que desarrolló su obra en España, Francia, Colombia y, sobre todo, en México. Conocido por haber ayudado a la beata Concepción Cabrera de Armida (1862-1937) en la consolidación de las Obras de la Cruz, siendo el fundador de los Misioneros del Espíritu Santo (1914), así como de las Hijas del Espíritu Santo (1924), las Misioneras Guadalupanas del Espíritu Santo (1930) y las Oblatas de Jesús Sacerdote (1937), fue además un pionero en la salud mental de los sacerdotes en un siglo -el XX- en el que casi nadie hablaba de atenderlos espiritual y materialmente. ¿A qué viene todo esto? A una investigación realizada por el P. Lício de Araújo Vale que apareció en la edición portuguesa de Vatican News y citada por el portal Religión en Libertad, en la que se indica que de agosto de 2016 a junio de 2023 cuarenta sacerdotes se han suicidado en Brasil. Lo anterior, como es obvio, muestra la urgencia de prevenir el suicidio a nivel mundial pero también en la Iglesia. Se necesita crecer en la conciencia de cuidar la salud física y mental pues, como seres humanos, hay que permanecer atentos y tomar las medidas oportunas a fin de preservar el sentido de la vida y subrayar que los sacerdotes no dejan de ser personas como nosotros.
¿Qué respuesta dio el V.P. Félix de Jesús Rougier a la problemática en cuestión? La organización, pese a la persecución religiosa que se vivía en ese momento en México, de una casa sacerdotal en 1932 que, hoy día, luego de diversos cambios derivados de los procesos históricos, ha evolucionado, crecido y existe como “Fundación Rougier”, en Cuernavaca, Morelos, México, presentando un servicio invaluable en la prevención y tratamiento de diversas dificultades a las que un consagrado puede enfrentarse. El objetivo es ayudarles a vivir sanamente su vocación en relación consigo mismos y, por supuesto, con los demás. Félix de Jesús insistía, con justa razón, en que “nada de lo que se refiere al sacerdocio nos debe ser indiferente” y, desde ahí, diseñó una casa en la que los sacerdotes pudieran descansar, recibir dirección espiritual (acompañamiento) y ser atendidos en sus necesidades. Si bien no empleó la palabra terapia (pues no existía como tal) su intuición apuntaba a un modelo de atención bien integrado. La idea, por lo tanto, era -y sigue siendo- hacer de la Iglesia un espacio seguro para todos y, por ende, formado por hombres y mujeres con la madurez afectiva suficiente para vivir adecuadamente su vocación. Destaca que el P. Rougier, consciente de la situación, se ocupara en mejorar las condiciones de vida; sobre todo, del clero diocesano, afectado por la falta de recursos y, en muchos casos, por el abandono, generando condiciones inhumanas capaces de pasar factura en el equilibrio mental.
Félix de Jesús rompió el prejuicio, según el cual, los sacerdotes eran perfectos, sin el más mínimo conflicto interior. Por ello quiso demostrar, con hechos, que la fe implica ser realistas y humanos. No fundó una casa para evadir responsabilidades o excusarse, sino para crear la conciencia de asumir las consecuencias de la propia vida y, sobre todo, para prevenir el deterioro mental. Con el paso del tiempo, todo esto se ha profesionalizado y es uno de los grandes aportes de los Misioneros del Espíritu Santo cuyo carisma sacerdotal, heredado de sus fundadores, los lleva a tener a los sacerdotes como uno de sus destinatarios principales.
Un buen sacerdote acerca, mientras que uno malo puede hacer un daño feroz. Por ello, el carisma sacerdotal, busca generar las condiciones para una buena formación y seguimiento a fin de que la persona redescubra su relación con Dios y, desde un enfoque interdisciplinar, como lo quería el P. Félix en el ensayo de la primera casa sacerdotal, se eviten nuevos casos de suicidio. Todos -sacerdotes o laicos- tenemos que cuidar nuestra salud mental y trabajar, con ayuda de los expertos, la dimensión psicoafectiva entre otras áreas constitutivas. Sin duda, una gran intuición, de las muchas que tuvo, el V.P. Félix de Jesús Rougier, aquel buen sacerdote que hoy se encuentra en proceso de canonización y que continúa dando claves de actualidad pues su vida es -y será- fuente de inspiración para muchas nuevas iniciativas en la variedad de campos en los que se desenvolvió. Fue un maestro de la vida interior y del sentido común. De ahí el significado de las obras por él fundadas, incluida la casa sacerdotal que fue siempre una de sus prioridades.
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*Para profundizar en el V.P. Félix de Jesús Rougier, les comparto el siguiente video: