En defensa del cardenal Burke
Por su interés, reproduzco el artículo "Burke, TV3 y el grito de las piedras" de mi amigo Marcos Vera en defensa del cardenal Raymond L. Burke, quien ha sido calumniado recientemente por la televisión catalana. Marcos es presidente de la asociación benéfica Jóvenes de San José y creador de la productora Tekton, que tanto bien está haciendo en YouTube.
BURKE, TV3 Y EL GRITO DE LAS PIEDRAS
La televisión autonómica catalana TV3 difamó el pasado 30 de junio al cardenal norteamericano Raymond Leo Burke: «De día se muestra como un furibundo homófobo y de noche practica su homosexualidad sin límite, según sus biógrafos». TV3 miente cuando llama homófobo al cardenal Burke y miente, evidentemente, cuando afirma que es homosexual. El informativo se refirió además a un supuesto complot contra el Papa, del cual Burke sería una de las cabezas visibles.
Pues bien, escribo estas líneas para defender al cardenal Burke de tales infamias. Y porque, en último término, lo que TV3 pretende con sus calumnias es atacar la propia doctrina católica, y por extensión a todos los que procuramos aprenderla y practicarla, con el Santo Padre a la cabeza.
«Al cardenal Burke se le difama por su fidelidad a Dios, a la Iglesia y a las almas» (Eric Hess, exactivista gay)
Eric Hess fue uno de los más célebres activistas gay en la historia de Wisconsin. Tras su conversión, habló en 2014 a los medios sobre «la verdadera paternidad espiritual del cardenal Burke». Hess confesó que su infancia había sido muy turbulenta. Hijo de un padre alcohólico y violento –según sus propias palabras–, intentó buscar, en medio del dolor, el amor de un padre en los brazos de otros hombres.
Hess desarrolló una afectividad muy confusa durante su juventud. En 1995 metió en una caja su Biblia y todas las imágenes religiosas que conservaba de su niñez y se las envió al obispo de La Crosse (Wisconsin) junto a una carta donde formalizaba su renuncia a la Iglesia Católica. El obispo era Raymond Leo Burke. Él contestó personalmente a la misiva de Hess y le expresó su enorme tristeza. Hess explica que Burke en su carta le comunicó que respetaba su decisión y la notificaría a la parroquia en la que fue bautizado. Además, afirmaba que rezaría por él y que deseaba que llegase el día en que se reconciliara con la Iglesia.
Al recibir la carta del obispo, Hess pensó «¡Qué arrogante!» y le contestó acusándolo de acoso. Sin embargo, Burke también respondió esa segunda carta: le aseguró que no volvería a escribirle pero que si algún día quería reconciliarse con la Iglesia, él le recibiría con los brazos abiertos.
«El 14 de agosto de 1998 –explicó el propio Hess– la gracia divina entró en mi alma en un restaurante chino, donde me encontraba junto a mi compañero desde hacía más de ocho años. Esa tarde, el Señor me llevó fuera de Sodoma hacia el tribunal de su gracia sanadora: el santo sacramento de la Penitencia. El sacerdote al que había consultado me esperaba allí. Mientras andaba hacia él, una voz interior habló a mi corazón; sonaba amable, radiante y clara dentro de mi alma. Me decía: “este sacerdote es la imagen de lo que podrías llegar a ser, con sólo volver a Mí”. Un mes después de mi reconciliación con Dios y con la Iglesia, entré en el despacho del obispo y él me abrazó. Me preguntó si recordaba todo aquello que le envié en una caja años atrás. Por supuesto que lo recordaba. El obispo me lo devolvió y me dijo que él siempre creyó que volvería».
Años más tarde y tras haber participado en el Sínodo de los Obispos de la Familia y recibir acusaciones de homofobia, el cardenal Burke es difamado –afirma Hess– «por su fidelidad a Dios, a la Iglesia y a las almas. Es un pastor de verdad y se ha convertido para mí en un padre espiritual que es imagen de nuestro Padre del Cielo».
Esta no es precisamente la actitud que uno esperaría de una persona homófoba.
Ningún biógrafo de Burke afirma que sea homosexual
TV3 daba a entender que el libro Sodoma, de Frederic Martel, desvelaba la supuesta homosexualidad del cardenal. Nada más lejos de la verdad: ni él ni ningún otro escritor ha afirmado jamás tal cosa. Que se entere la televisión catalana: Burke no es calificado en el libro de Martel como homosexual.
No contentos con eso, los “periodistas” de TV3 también afirman que el cardenal ha cortado su relación con Steve Bannon porque el empresario quiere llevar a la gran pantalla dicho libro que destapa su supuesta homosexualidad. Otra mentira.
Es cierto que Burke se ha desvinculado de Bannon y de Dignitatis Humanae (el instituto que dirigía) pero no porque la película destapase una supuesta homosexualidad que no menciona tampoco el libro. El motivo para desvincularse es bien distinto: se debe a que el portal LifeSiteNews ha afirmado que el cardenal se asoció con Bannon y Martel para realizar la película sobre el libro Sodoma, una película que podría dañar la imagen del Santo Padre. Precisamente porque no quiere causarle ningún perjuicio, Burke manifiesta públicamente su separación de los promotores del filme.
¿Burke contra Francisco?
Si, según la cadena autonómica, Burke conspira contra el Santo Padre lo lógico habría sido que el cardenal apoyase la película para dejar malparado a su adversario.
La realidad, por mucho que la prensa intente retorcerla, es que el cardenal no está en contra del Papa. El cardenal lo único que hace es defender el Magisterio de la Iglesia Católica. A cualquiera le parecerá un sinsentido que Burke, por defender la doctrina y la moral de la Iglesia Católica, esté actuando en contra del Papa, Vicario de Cristo y Pastor de toda la Iglesia.
Y si bien es cierto que, en diversas ocasiones, algunas de forma pública, el cardenal Burke y otros cardenales han llamado la atención sobre algún punto al Papa Francisco –por ejemplo, los famosos dubia–, esto no manifiesta una actitud contraria a Francisco, sino un cometido de su ministerio cardenalicio (al que se refiere, por ejemplo, el actual Código de Derecho Canónico, en los artículos del 349-359).
La postura del cardenal Burke sobre la homosexualidad
Invito a los lectores a buscar una sola afirmación del cardenal Burke sobre la homosexualidad que vaya más allá de lo que la misma Iglesia Católica afirma sobre esta conducta sexual. La postura de Burke al respecto se puede resumir en las palabras del Catecismo de la Iglesia, el mismo que cree y practica el Papa Francisco:
Aquí concluye esta breve defensa de la doctrina y la moral católica. Otras cabezas más preparadas y con más luces podrían haber escrito un mejor artículo. De veras espero que así lo hagan. Especialmente aquellos que, por su cargo y ministerio, tienen la obligación moral de hacerlo pero han preferido callar. Porque si estos callan, gritarán las piedras.
Hoy no ha sido una piedra, sólo un bautizado que alza su voz por amor a Dios y a su Iglesia, y en agradecimiento al cardenal Raymond Leo Burke, que es una luz en este tiempo de profunda confusión.
(Aquí está el enlace al artículo original)