La persecución religiosa sufrida desde 1931 a 1939 aniquiló cientos de imágenes de María Santísima
El martirio de la Virgen María en 1936. La Virgen de Villadiego de Peñaflor (Sevilla)
A los lectores del blog y a los que siguen la lectura atenta del testimonio de los mártires, la localidad sevillana de Peñaflor les tiene que traer a la memoria del atroz martirio del joven requeté Antonio Molle Lazo cuyos restos descansan la Basílica del Carmen de Jerez de la Frontera. El martirio de Antonio Molle formaba parte de la causa colectiva que la archidiócesis de Sevilla, pero por retrasos en la documentación se sacó de la misma y a día de hoy está en marcha un proceso individual, promovido por la Asociación de Fieles Servidores de Cristo Rey.
La ermita de Villadiego, en las afueras de Peñaflor
El origen de la ermita es el torreón medieval de Villadiego, de finales del siglo XIII. De estilo mudéjar, es de planta octogonal y está coronado con almenas. Su interior tiene dos plantas cubiertas con bóvedas, la inferior es semiesférica y la superior vaída. Adosado al torreón se encuentra el edificio de la ermita, igualmente mudéjar, cuyo presbiterio tiene bóveda esquifada o de paños sobre trompas con arcos de herradura. Un arco ojival de amplia luz comunica el presbiterio con la nave central del templo. La planta de éste es de tres naves separadas por arcos de medio punto sobre pilares.
Ermita Villadiego2 - Turismo y Cultura Peñaflor (Sevilla) (turismoyculturapenaflor.com)
La Santísima Virgen de Villadiego
Los orígenes de esta devoción se pierden en el tiempo, habiendo datos sobre la misma desde el siglo XIV. La Virgen, en sus inicios, era Santa María de los Caballeros de Villadiego, siendo esta una población de Burgos de donde eran originales los caballeros que quedaron como protectores del lugar y que trajeron consigo la imagen y devoción a la Madre de Dios, la cual con el tiempo vio su nombre transformado por el pueblo, que pasó a aclamarla únicamente como Virgen de Villadiego.
La ermita de la Patrona de Peñaflor, apenas a 2 kilómetros del núcleo urbano, es un edificio del siglo XIII, de origen mudéjar, con tres naves y presbiterio de planta cuadrada cubierto por bóveda esquifada, lo que la hace especialmente singular. Asimismo, el templo se encuentra adosado a una torre octogonal defensiva construida por la Orden de San Juan para dominar la ruta del Guadalquivir. En 1966 la ermita tuvo que ser reconstruida tras el hundimiento de su techumbre.
En el blog El Club del Abanico. encontramos las siguientes imágenes:
La primitiva imagen de la Virgen de Villadiego, de la cual se conservan numerosos testimonios gráficos, fue restaurada en la década de los años 20, del siglo XX.
«Las elecciones de febrero de 1936 fueron limpias; la campaña, muy sucia. Se cerró, precisan los autores, con 41 muertos y 80 heridos de gravedad. La violencia se instaló en las calles y los comicios adquirieron un carácter plebiscitario en un ambiente viciado, radicalizado, polarizado y caníbal. Fueron unos comicios en pie de guerra en los que parecía ventilarse el futuro de la República.
El libro de los historiadores y expertos en el periodo Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa García, que recogen en la obra 1936. Fraude y Violencia en las elecciones del Frente Popular (Espasa), descubre la verdad de lo ocurrido. Se trata de una mastodóntica y absolutamente novedosa investigación que, como subraya el hispanista Stanley Payne, pone fin a uno de los "grandes mitos políticos del siglo XX». Porque los profesores de la Universidad Rey Juan Carlos (Álvarez imparte allí Historia del Pensamiento Político y Villa, Historia Política) desmontan leyendas construidas en torno a la victoria de las izquierdas. Lo que sucedió durante los días posteriores a la votación no fueron manifestaciones de entusiasmo, celebración y alborozo de simpatizantes del Frente Popular, sino prácticas coactivas y de intimidación organizadas e instigadas por las autoridades interinas provinciales, que aprovecharon el cambio repentino de Gobierno el día 19. Se extendieron por todo el país, generaron un clima de inseguridad jurídica en torno al recuento e influyeron en los resultados finalmente admitidos.
Los autores, además de publicar por vez primera los resultados oficiales de aquellas elecciones, identifican los casos de fraude, falseamiento y manipulación. Detallan caso a caso, vuelcos inexplicables y recuentos interrumpidos; papeletas que aparecen a última hora, en bloque, para decantar el resultado en una mesa y otras con tachaduras, borrones y raspaduras. Demuestran que algo más del 10% del total de escaños de esas nuevas Cortes, más de 50, no fue fruto de una libre competencia electoral.
Una ola de violencia se desató entre los días 16 y 19. Las elecciones se falsearon fundamentalmente en mesas de Málaga y Santa Cruz de Tenerife, donde hubo de repetirse la votación» [Javier Redondo].
19-20 febrero de 1936: una larga noche, para la Guerra Civil (larazon.es)
La noche sacrílega del 20 de febrero de 1936 sería la última de la Virgen de Villadiego.
Las fotografías y estampas de la talla que se conservaban fueron modelo para la realización de la nueva imagen, obra de Sebastián Santos, que la realizó en 1937. La iconografía de esta advocación es realmente original y singular, puesto que, a pesar de ser una imagen de gloria, no porta al Niño Jesús. Su rostro de suaves facciones y mirada baja le confiere una especial presencia solemne y mayestática. A mediados del siglo pasado se hizo frecuente que luciera rostrillo y ráfagas, elementos que le aportaban aún más originalidad.
La imagen de la Virgen de Villadiego es un referente icnográfico que posee un notable interés artístico, histórico y etnológico, así como un significativo valor religioso, reflejo de un importante sentir devocional durante siglos. Se trata de una de las devociones más antiguas de Andalucía, documentada desde 1319.
En los primeros meses de 2018, y en el taller de Franco Rufino, fue restaurada.