Viernes, 29 de marzo de 2024

Religión en Libertad

Eva Lucas y Pepe González: con Dios han recibido paciencia y poder para perdonar

Divorciados y vueltos a casar, al encontrar la fe vivieron en castidad: su testimonio ayuda a otros

Eva, Pepe y sus hijos de anteriores uniones - por seguir la enseñanza católica tras su conversión han sufrido burlas
Eva, Pepe y sus hijos de anteriores uniones - por seguir la enseñanza católica tras su conversión han sufrido burlas

ReL

El testimonio de Eva Lucas y Pepe González es el de paciencia y confianza en Dios, en proceso para construir una vida familiar conforme a Su voluntad después de pasar por relaciones no discernidas. Es un testimonio que ya ha ayudado a muchas personas. 

Divorciados y vueltos a casar por lo civil, en cierto momento recuperaron la fe. Entonces solicitaron la declaración de nulidad de sus uniones anteriores y apostaron por vivir en castidad hasta que pudieran estar casados a los ojos de Dios y de la Iglesia. Pese a las burlas de parientes y amistades, se mantuvieron firmes en su compromiso. Recibieron el Premio Familia de la Revista Misión (www.revistamision.es) que los entrevistó. 

***

Eva y Pepe provenían de matrimonios anteriores a los que “cada uno llegó sin discernimiento y sin darnos cuenta de lo que hacíamos de verdad”. Aquellas uniones –en las que cada uno tuvo dos hijos– acabaron en divorcio. Después, Eva y Pepe se conocieron y se casaron por lo civil. 

Sin embargo, un viaje a Tierra Santa les cambió el guión. Ante el Muro de las Lamentaciones, pidieron al Señor “que nuestros hijos tengan la fe que no hemos tenido y que nos podamos casar por la Iglesia algún día…”. 

A partir de entonces, todo comenzó a dar un giro. Tramitaron la nulidad –que solo les llegó cuando decidieron confiar en la Iglesia y empezar a vivir en castidad– y en 2015 pudieron celebrar válidamente el sacramento del matrimonio.

- Muchas personas se han beneficiado de vuestro testimonio. ¿Qué sentís al daros cuenta de esto?
- Ya sabíamos que lo que Dios hace trasciende nuestras expectativas, pero, aun así, lo hemos vivido con una gran sorpresa. Nos han escrito desde Colombia; una pareja nos paró por la calle para decirnos que estaban en nuestra misma situación y habían decidido fiarse de la Iglesia y vivir en castidad; una viuda escribió en Internet cómo le había ayudado nuestra historia; una mujer casada a punto de separarse nos dijo que, tras leer nuestro testimonio, ella y su amante, que también estaba casado, habían decidido dejar de verse para salvar sus matrimonios…

- ¿Por qué creéis que vuestro testimonio ayuda tanto a personas tan distintas?
- La sociedad nos vende relaciones de usar y tirar, que es lo que nos pasó en nuestro primer matrimonio, y plantearse un noviazgo y un matrimonio cristianos, en los que dar lo mejor al otro cuando toca, genera burlas y rechazo.

»De nosotros se han reído familiares y amigos, que pensaban que estábamos de broma. Pero, cuando muestras sin complejos que lo que haces da una felicidad plena y que cuando vivías como dice el mundo –y como viven los que se ríen de ti– eras un infeliz, a la gente le toca.

»Hemos estado cuarenta años sin Dios, y con la autoridad de conocer la vida sin Él y la vida con Él, podemos decir que todo cambia si tienes a Cristo. A nosotros, la gracia de Dios nos ayudó a vivir en castidad y a arreglar nuestra situación. Si lo contamos, no es porque ganemos nada, sino porque es la verdad.

- ¿En qué se nota ese cambio?
- En nuestras relaciones anteriores, pensábamos que lo normal era lo que hoy te dicen: debes buscar tu bienestar, que el otro tiene que garantizar tu felicidad, que no tienes que estar aguantando si hay problemas… Eso solo puede llevar al fracaso y a la infelicidad permanentes.

»Pero con Dios, eso da un giro: lo primero que buscas es la felicidad del otro, no tu bienestar, y eso es lo que de verdad te hace feliz. Querer y que te quieran para siempre es lo que todos buscamos, porque todos llevamos en el corazón un amor como el de Dios, que nos hizo a su imagen: incondicional.

- ¿Se esfuman los problemas?
- ¡Qué va! Nosotros somos una familia muy normal y los dos venimos de un fracaso previo, así que claro que hay problemas y fragilidades. Pero ahora trabajamos juntos para cuidar nuestro matrimonio. Y eso se contagia a toda la familia. De igual modo que las broncas afectan a los hijos, la unión también se traslada al resto.

- ¿Os ha ayudado vuestra fe a mejorar la relación con vuestras exparejas?
- Sí. Cuando ante Dios comprendes lo que has hecho y por qué, el daño que has causado a tus hijos, a tus padres, al otro… lo que más cuesta es perdonarte a ti mismo. Pero si ves que Dios te ha perdonado, ya no tienes excusa para no perdonarte. Puedes pedir perdón y perdonar.
Comentarios
5€ Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
10€ Gracias a tu donativo habrá personas que podrán conocer a Dios
50€ Con tu ayuda podremos llevar esperanza a las periferias digitales
Otra cantidad Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Si prefieres, contacta con nosotros en el 680 30 39 15 de lunes a viernes de 9:00h a 15:30h
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter

¡No te pierdas las mejores historias de hoy!

Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria

REL te recomienda