Martes, 19 de marzo de 2024

Religión en Libertad

Habla el autor de «Roy Campbell. España salvó mi alma»

«Tolkien, Chesterton y Campbell amaban el paganismo que lleva a Cristo, no el que aleja de Él»

Joseph Pearce, biógrafo de estos tres escritores católicos, presenta en su contexto la figura del poeta Campbell, que se bautizó católico en España en 1934.

Pablo Ginés/Forum Libertas

Joseph Pearce
Joseph Pearce

Joseph Pearce ha estado recientemente en España presentando su apasionante biografía del poeta sudafricano Roy Campbell ("España salvó mi alma"), que se convirtió al catolicismo en España en 1934, movidos por el ejemplo de la vida sencilla y comunitaria de los campesinos en Altea (Alicante). Pearce también participó en un congreso sobre Chesterton en la Universidad San Pablo CEU, y es conocido en España por sus biografías de G. K. Chesterton y de J. R. R. Tolkien, el autor de El Señor de los Anillos.

El mismo Pearce fue en su juventud un radical a la vez anticomunista y anticatólico, con veleidades en la extrema derecha. Fue en la cárcel, leyendo a Chesterton, donde Pearce quedó deslumbrado por el ingenio del pensador inglés y su fe católica, lo que llevó a su propia conversión.

- ¿Qué comparten los autores que usted ha estudiado: Tolkien, Chesterton y el poeta Campbell?
- Tanto Tolkien como Chesterton y Campbell compartían una gran gratitud hacia la vida, una alegría de vivir, ligado a una profunda humildad. Podemos preguntarnos qué va antes: ¿la gratitud es lo que lleva a la humildad o es al revés? Los tres tenían claro que el enemigo era el orgullo, y la alabanza la respuesta a esta tentación. Expresaban un deseo de alabar a Dios en su creación y en su creatividad. También les unía a los tres su catolicismo y su gran escepticismo hacia la ilustración y el concepto de progreso. Pero son distintos en el sentido de que optaron por tres caminos literarios muy diferentes. Chesterton era periodista; Campbell, poeta y Tolkien se decantó por la narrativa fantástica.

- En "España salvó mi alma" leemos que Campbell era una persona apasionada, a veces irascible. Tenía problemas con la humildad...
- Campbell era el que tenía más problemas para controlar su orgullo, pero lo intentaba, se esforzaba. El orgullo fue la fuente de la mayoría de sus problemas. Una variante de eso es que, como poeta o narrador, a Campbell le encantaba exagerar y embellecer sus historias, sobre todo si las acompañaba con vino y cerveza. En una carta famosa, Tolkien recuerda el día que lo conoció, con sus historias como torero, luchador en la Guerra de España, etc... Tolkien recuerda lo que él dijo en la taberna, pero seguro que Campbell adornó demasiado su historia. Por ejemplo, Campbell dijo varias veces que había luchado en la guerra, pero en realidad nunca luchó, aunque estuvo presente como periodista. Obviamente, esto es un lío para un biógrafo, cuando no puedes fiarte de tu personaje, de lo que cuenta en sus autobiografías.

- ¿Escribió Campbell crónicas sobre la Guerra Civil?
- Quizá lo hizo en el Catholic Herald, pero no me consta. Lo que vio y vivió lo expresó luego en forma de poema, en su libro "El Rifle Florido", que fue muy famoso. Era de los pocos que apoyaban al bando nacional en el panorama inglés. Campbell no fue a la guerra de España pensando en ser periodista. Él quería ser parte de la acción, quería alistarse. Había visto como en Toledo habían matado a sus amigos los carmelitas. Pero Merry del Val, responsable de propaganda del bando nacional, le convenció para que hiciese de periodista, no le dejó apuntarse con los requetés, que era lo que pretendía Campbell. Creo que no llegó a publicar ninguna crónica periodística.

- Campbell era entonces un cristiano converso con una gran capacidad poética...
- Sí, pero que se volcaba en la poesía satírica. Un problema de la poesía satírica es que con vitriolo no convences, y Roy era demasiado vitriólico. La sátira, además, va ligada a las polémicas de entonces, y hoy esa poesía solo es accesible a quien conozca aquellas polémicas, sus protagonistas, los personajes satirizados, etc... Este fenómeno no es tan extraño: por ejemplo, tampoco los artículos periodísticos de Chesterton ligados a la actualidad han mantenido su interés. En cambio, la poesía lírica de Campbell permanece muy viva y nos llega a todos, igual que sus traducciones al inglés de San Juan de la Cruz, de los poetas españoles, etc...

- Leemos en "España salvó mi alma" que Campbell escondió en su casa de Toledo los manuscritos de San Juan de la Cruz que le dieron sus amigos carmelitas. ¿Cómo los devolvió?
- No he rastreado con detalle como restituyó los manuscritos de San Juan de la Cruz. Campbell volvió después de la guerra a su casa de Toledo y enseñó a las autoridades, sospechos que las civiles, dónde estaban. Supongo que ellas se harían cargo.

- ¿Qué pensaban Tolkien, Chesterton y Campbell del paganismo antiguo? ¿Y del neopaganismo?
- Una cosa es el paganismo genuino, el histórico, y otra la moda espiritual del neopaganismo. Tolkien respetaba la mitología nórdica, la celta, la griega... Las veía como un Antiguo Testamento para gentiles, una forma que tenían de acercarse a Dios desde la filosofía y la 


mitología. C. S. Lewis desarrolla esta idea en El Regreso del Peregrino. Los judíos, que eran una cultura con escritura, recibieron la primera revelación como escritura. A los paganos, que no leían, Dios les envió imágenes. Lo divino en ellos no está tan errado como parece. Campbell tenía un gran respeto al mito expresado en lo mitraico, en la tauromaquia y la religión de Mitra... En sus sonetos mitraicos ve el Sol como un símbolo de Dios. Chesterton veía estas enseñanzas en los cuentos de hada, que enseñan que el dragón puede ser vencido. Apreciaban el paganismo que llevaba a Cristo, pero no el moderno, que aleja de Cristo.

- Campbell fue famoso como poeta y su poesía generaba polémica cultural. ¿Por qué ya no pasa esto? ¿Por qué la poesía ya no tiene impacto social?
- El postmodernismo y la poesía sin sentido y nihilista llevó a una decadencia de la poesía en los años 50 y 60. Además, ¡ya no enseñamos poesía a los niños! En las escuelas y los medios de comunicación además nos enseñan ahora que todo en el pasado era malo, injusto, lleno de prejuicios y debe ser deconstruido. Se desprecia así el canon de la literatura, los grandes libros, y prejuzgamos el pasado con categorías del s.XXI. Mi padre aprendió en la escuela los sonetos de Shakespeare, ¡pregunta hoy a cualquier estudiante de universidad a ver si los sabe!

- En 1937, en plena guerra española, la revista Left Review preguntó a 148 escritores británicos a qué bando apoyaban, y sólo 5 apoyaron el bando nacional (Arthur Machen, Edmund Blunden, Geoffrey Moss, Eleanor Smith y Evelyn Waugh). Luego hubo 12 que se declararon neutrales, entre ellos H. G. Wells, T. S. Eliot y sorprendentemente Vita Sackville-West. ¿No era Vita un símbolo del pensamiento progresista, del grupo de Bloomsbury y su nihilismo, relativismo? Aunque, por otro lado, en español conocemos su biografía sobre Santa Juana de Arco, muy respetuosa con la santa, su fe y sus visiones...
- Vita Sackville-West está en la lista de neutrales respecto a la guerra de España porque no era comunista en absoluto. En esa época te hacían elegir entre opuestos: o comunista, o fascista. Había mucho miedo en Inglaterra a que la izquierda te etiquetase como fascista, había que cuidar mucho la reputación, y muchos conservadores se declararon neutrales, como T. S. Eliot, cuando es evidente que Eliot tenía claras simpatías por los nacionales. Algunos, simplemente fueron cobardes. La mayoría respondió lo que les parecía más aceptable para el "establishment" de entonces.

»Vita Sackville-West era una lesbiana promiscua, pero era conservadora en muchos ámbitos. Incluso su literatura es conservadora en temas y formas. No conozco su biografía de Juana de Arco. Pero Vita era rosa, no roja. Era anticomunista convencida. Y de hecho, con los años se arrepintió incluso de su affaire lésbico con Mary Garman, la esposa de Campbell, a la que solo usó por motivos egoístas. Había otros conservadores promiscuos en el ambiente de Bloomsbury. De hecho, antes de su bautizo católico, también Campbell era un conservador sexualmente promiscuo. Del grupo de Bloomsbury, Virginia Woolf era la más anticristiana, de ideología fabiana.

Chesterton: "El hombre que descubrió Inglaterra"
Joseph Pierce habló en la Universidad San Pablo CEU sobre Chesterton como "El hombre que descubrió Inglaterra", es decir, un hombre que al aprender a mirar con los ojos de la esperanza cristiana ve que lo cotidiano es asombrosamente nuevo y maravilloso, siempre sorprendente. Así, la cotidiana Inglaterra era a la vez familiar como el hogar y maravillosa como una isla recién descubierta. Esto es lo que sucede con la vida cuando adquieres esa visión de fe, señalaría Chesterton.

"El joven Chesterton, entre el fundamentalismo escéptico y el nihilismo pesimista, deseaba a Dios, pero no le parecía razonable. Era más escéptico que los escépticos. ¿Por qué decir simplemente "sólo hay materia"? Podrías sospechar igual que "sólo hay mente"", explicó Pearce respecto al Chesterton pre-cristiano.

"La desesperación es distinta a la desolación", especificó Pearce siguiendo al autor inglés. "La desolación desea consuelo y esperanza. La desesperación niega todo consuelo, es metafísica porque niega la virtud teológica de la esperanza. Al final, quedaban solo dos opciones, según Chesterton: suicidarse o hacerse católico".

En realidad, Chesterton apuesta por una idea optimista: algo, cualquier cosa, siempre será mejor que la nada pura y dura. "Si todo es un sueño, al menos no es una pesadilla. Si todo es mera imaginación, es una fantasía sana. Si es ilusión, es deliciosa". Según Pearce, en la opción vital de Chesterton le afectó que también los autores que él admiraba, Stevenson, Whitman y Dickens, eran optimistas.

Pierce destacó que "sin humildad, no habrá gratitud. Si hay don, sentimiento de gratitud, es porque Alguien da, hay Alguien a quien agradecer. La gratitud salvó a Chesterton del nihilismo y el escepticismo. Además, el agradecimiento sugería la necesidad, el bien, de la virtud de la humildad. Mientras que la falta de agradecimiento parece vinculada al vicio del orgullo. ¿No es eso una prueba circunstancial de la existencia de Dios?" A Chesterton le pareció así.

[Chesterton jugó un papel importante en la conversión de Joseph Pearce, que antes era un fanático violento de un partido ultranacionalista y racista: su apasionante testimonio de conversión puede leerse en el libro Mi carrera con el diablo (Editorial Palabra)]

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