Jueves, 28 de marzo de 2024
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Jesús y la multitud
Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos
Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado
El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios
¡Que los corazones se vuelvan con confianza hacia tu misericordia!
¿Por qué ayunamos y tú no lo ves, nos afligimos y tú no lo reconoces?
El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo
Vuelvan a mí de todo corazón, con ayuno, llantos y lamentos
"El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos"
Ten lástima y ayúdanos. Todo es posible al que tiene fe
A quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas
Salió una voz de la nube: «Éste es mi Hijo amado; escuchadlo»
El que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará
Jesús increpó a Pedro: ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!
Le puso las manos en los ojos; el hombre miró y estaba curado
¡Aclamen al Señor, hijos de Dios!
«Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el reino de Dios»
Primero reconcíliate con tu hermano antes de presentar tu ofrenda
Jesús bendijo los panes y los peces y la gente comió hasta saciarse
Con insistencia proclamaban asombrados: todo lo ha hecho bien
Por eso que has dicho, el demonio ha salido de tu hija
Del corazón del hombre, salen las maldades y le hacen impuro
Con esa tradición que os trasmitís invalidáis la Palabra de Dios
Le rogaban que les dejase tocar a los enfermos el borde de su manto
Por las buenas obras den gloria al Padre que está en el cielo
Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco
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