Viernes, 19 de abril de 2024
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Francisco: once días, cuatro países
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Se pierde todo temor al desgaste y al paso del tiempo
Ven a sanar ese mundo inquieto que llevo dentro
Libérame de condenar y de prejuzgar a los demás
Quítame los apegos, para caminar alegre y sereno
Preguntarme qué esclavitudes hay en mi vida
Condúceme cada día, y protégeme de todo mal
Aceptar con serenidad que me quiten mi tiempo
Derrama seguridad, confianza y alegría
Transforma la vida de las personas y de la sociedad
Gozo de producir algo para el bien de los demás
Es fuente de vida pura, plena, intensa, total
Comprenderme y perdonarme a mí mismo
Misterio que no podemos comprender ahora
Encontrar excusas para poder perdonar
Fuego santo, quema todo lo que nos hace daño
Su amistad es regalo de su ternura infinita
Memoria para recordar tu amor y tus beneficios
La persona espiritual busca la felicidad de los demás
Consuelo de los lastimados, solos e ignorados
Se hace presente donde nadie puede acompañarnos
Derrama en mi cuerpo cansado la calma y la paz
Privados de vivir libremente la propia fe
Tu amor divino alegra e ilumina mi rostro
Sedientos de su presencia, de su río de vida
No encerrarnos en nuestras maquinaciones mentales
Ven a dominar mi mente con tu santísima calma
Llama de amor viva que tiernamente hiere
Jesús quiere hacerse conocer por todos hombres
Nos llena de esperanza, de fortaleza, de alegría
Ven a fortalecer al débil, a sanar al enfermo
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