Jueves, 28 de marzo de 2024

Religión en Libertad

«La compasión, podemos decir, es la debilidad de Dios, pero también su fuerza», recuerda Francisco

ReL

El Papa centró su homilía en la compasión de Dios / Vatican Media
El Papa centró su homilía en la compasión de Dios / Vatican Media

El Papa Francisco celebró la Eucaristía este martes y en su homilía habló de la compasión, que definió como “la lente del corazón” frente a un lenguaje humano en el que muchas veces prima la indiferencia.

De este modo, centró su explicación en la importancia de abrir el corazón a la compasión y no cerrarse a la indiferencia. “La compasión, de hecho, nos lleva por el camino de la verdadera justicia", salvándonos así de estar encerrados en nosotros mismos.

“Nuestro Dios –agregó Francisco- es un Dios de compasión y la compasión, podemos decir, es la debilidad de Dios, pero también su fuerza”.

La compasión no es "pena"

La compasión "no es un sentimiento de pena", que se experimenta, por ejemplo, cuando se ve morir a un perro por la calle: "pobrecito, sentimos un poco de pena", observó Francisco. Sino que es "involucrarse en el problema de los demás, es jugarse la vida allí". En efecto, el Señor se juega la vida y va allí.

Tal y como recoge Vatican News, el Papa Francisco tomó otro ejemplo del Evangelio de la multiplicación de los panes cuando Jesús les dice a los discípulos que le den de comer a la multitud que lo siguió mientras ellos querían despedirla. "Los discípulos eran prudentes", dijo el Papa. Y prosiguió: "Creo que en ese momento Jesús se enfadó en su corazón", teniendo en cuenta su respuesta: "¡Denles ustedes de comer!”. Su invitación es a hacerse cargo de la gente, sin pensar que después de una jornada así habrían podido ir a las aldeas a comprar el pan.

"¿Miro hacia otro lado?"

"El Señor – dice el Evangelio – tuvo compasión porque veía a aquellas personas como ovejas sin pastor", recordó el Papa. Por un lado, el gesto de Jesús, la compasión y, por otro, la actitud egoísta de los discípulos que "buscan una solución pero sin compromiso", que “no se ensucian las manos, como diciendo que esta gente se las arregle”: “¿Normalmente miro hacia otro lado? ¿O dejo que el Espíritu Santo me lleve por el camino de la compasión?”.

El Papa afirmó además que lo conmueve una palabra del Evangelio de hoy, cuando Jesús le dice a esta madre: "No llores". Y subrayó que se trata de "una caricia de compasión". Jesús toca el ataúd y le dice al niño que se levante. Entonces el joven se sienta y comienza a hablar. Y el Papa destacó precisamente  el final, en el que se lee: "Y se lo devolvió a su madre". Lo devolvió: un acto de justicia. Esta palabra se usa en la justicia: devolver. "La compasión nos lleva por el camino de la verdadera justicia. Siempre debemos devolver a los que tienen un cierto derecho, y esto nos salva siempre del egoísmo, de la indiferencia, del encerrarnos en nosotros mismos. Continuemos la Eucaristía de hoy con esta palabra: 'El Señor tuvo gran compasión'. Que Él también tenga compasión por cada uno de nosotros: la necesitamos.

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