Viernes, 29 de marzo de 2024

Religión en Libertad

San Juan de Ávila

ReL

San Juan de Ávila
San Juan de Ávila
- Cuando llegare a ti alguna persona necesitada, si tú no la pudieres socorrer, a lo menos encamínala a las personas que sabes que la podrán socorrer y dila alguna palabra de consolación; siquiera: “Nuestro Señor os consuele y os remedie por su misericordia”.

- En viéndote algún deseo, confórmalo con la voluntad de Dios y habrás descanso.

- Pide a Dios perdón de lo pasado, esperando siempre en su infinita misericordia.

- En todos tus pensamientos, palabras y obras procura siempre derecha, fiel y verdaderamente la honra de Dios y  el cumplimiento de su voluntad.

- Cuando quisieres hacer alguna cosa, examina primero con diligencia y sin pasión qué te persuade, por qué fin lo quieres hacer, y sácalo bien en limpio, sin engañarte a ti mismo.

- No seas desagradecido, ni tampoco lisonjero. Da a cada uno la honra que se le debe y en ti es. Y guarda que, ni por prosperidad tuya ni adversidad suya, jamás se la disminuyas, porque serás causa que te aborrezca; y sé siempre verdadero, y huye la mentira e hipocresía cuanto pudieres.

- Guárdate de escandalizar y de dar mal ejemplo a otro. No quieras parecer singular, y procura, cuanto en ti fuere, que nunca el prójimo quede de ti descontento ni contristado, por pequeño que sea; no piense que lo menosprecias.

- Nunca deseches a nadie por abyecto que te parezca. Guárdate de juzgar por las apariencias de fuera en todo lugar y en toda cosa, y guarda cada cosa para su tiempo, Desecha presto la mala sospecha y tentación y está atento a lo que haces como si fuese lo postrero. Nunca por ti se quebrante la paz tuya ni ajena.

- Nunca desees más de lo necesario, y eso conclúyelo en lo menos que pudieres.

- Comúnmente no hables hasta que te pregunten, ni te entremetas donde no te llaman. Sea tu habla graciosa, con gesto sereno y apacible.

- Después que al cuerpo hubieres dado su ración, cortando toda superfluidad, no le creas, por más que te persuada y finja flaqueza y necesidad.

- Guárdate de porfiar por salir con la tuya.

- Antes que salgas de tu casa y aun de tu cámara, mira bien dónde vas y qué te mueve.

- Procura de hablar palabras de que no te hayas de arrepentir.

- El primer grado  (de humildad) es que el hombre, conociendo de verdad su vileza, se menosprecie a sí mismo en la voluntad.

- Cuando es menospreciado de otros, tenga paciencia. Que en este menosprecio se alegre. Que de todo corazón desee ser  menospreciado de todos.

- El fundamento de la humildad es desear ser menospreciado, y esto por Dios puramente, por el cual lo quiere, y le contenta esto mucho.

- Toda reprensión, tristeza, o afrenta, o desabrimiento y trabajo que me viniere, ya que no haya fuerzas para desearlo, a lo menos sufrirlo con paciencia callando; no mirando a quién me lo dice, sino ver, que aquello viene de la mano de nuestro Señor;  y así le rogaré por quien me es causa de estos trabajo y que me dé gracia para sufrirlos por su amor, considerando que sufrirlos con paciencia es señal de nuestra salvación.

- Toda gracia espiritual, don natural y cualquiera cosa bien hecha, referirlo a Dios nuestro Señor, dándole gracias, no atribuyéndome a mí otra cosa sino los pecados, faltas e imperfecciones.

- Tener muy fijado en mi ánima que ninguna cosa debo desear ni por cosa alguna me he de fatigar sino por la gracia y amor de nuestro Señor; y no ofenderle en cosa alguna, sino agradarle, ahora venga la muerte o la vida, enfermedad o sanidad, tristeza o alegría, honra o deshonra, ser  rector o cocinero, aquí o en el cabo del mundo, sólo en cuanto me llegare a Dios nuestro Señor.

- Persuadirme de veras que, mientras viviere, nunca me han de faltar trabajos, tristezas, tentaciones, cruz; que ésta es la librea de los siervos de Jesucristo nuestro Señor; y así sufrirlo con paciencia, considerando que mis pecados esto y mucho más merecen.

- Cualquier pensamiento, palabra  u  obra de soberbia que me viniere, que soy mejor o más aprovechado, o preferirme en otra cosa cualquiera a otro, desecharla luego como cosa muy aborrecible a Dios nuestro Señor, mostrándole mis pecados y faltas y pidiéndole remedio.

- Cuando me vinieren razones que otros tienen en alguna cosa culpa y yo no, no me excusaré, aunque sea verdad que no la tengo; sino acusarme he y alabaré a mi hermano; pues, cuando me viniere la tal penitencia, reprensión o trabajo, o entonces no lo he merecido, mis pecados pasados lo han causado; de manera que nunca padeceré inocentemente, y así nunca me excusaré jamás.

- La santidad es buscar cruz, y no los deleites y consuelos de Dios.  Es menester  servir a Dios como Él quiere y no como yo quiero.

- Ni afición, ni lágrimas, ni dulzuras, ni sentimientos es amor de Dios, sino conformidad con su querer, y vivir con su voluntad.

- Estima por cosa vana cualquier consolación que te viniere de alguna criatura. El ánima que ama a Dios, desprecia todas las cosas sin Él. Sólo Dios eterno e inmenso, que todo lo hinche, es gozo del ánima y alegría verdadera del corazón.
Comentarios
5€ Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
10€ Gracias a tu donativo habrá personas que podrán conocer a Dios
50€ Con tu ayuda podremos llevar esperanza a las periferias digitales
Otra cantidad Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Si prefieres, contacta con nosotros en el 680 30 39 15 de lunes a viernes de 9:00h a 15:30h
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter

¡No te pierdas las mejores historias de hoy!

Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria

REL te recomienda