Sábado, 20 de abril de 2024

Religión en Libertad

Ivan Gobry, el historiador que desenmascaró el jacobinismo


Con él desaparece uno de los más genuinos y enamorados defensores de la Tradición católica y de la grandiosa civilización que derivó de ella.

por Marco Respinti

Opinión

El 3 de agosto falleció, a la edad de 90 años, Ivan Gobry. Historiador e historiador de la filosofía, profesor universitario, había nacido el 8 de marzo de 1927 en Saint-André-les-Vergers, en las afueras de Troyes. Con él desaparece uno de los más genuinos y enamorados defensores de la Tradición católica y de la grandiosa civilización que derivó de ella, desgraciadamente aún no tan conocido en Italia como merece.
 
Padre de nueve hijos, doctor ès lettres [doctorado de especial mérito existente en Francia entre 1808 y 1984] en 1962, durante 27 años enseñó Historia Medieval en la Universidad de Reims Champagne-Ardenne. Caballero de la Legión de Honor y honrado con numerosas otras condecoraciones, fue premiado cinco veces por la Academia Francesa y varias más por la Academia de Ciencias Morales y Políticas. En 1970 fundó la Société Champenoise de Philosophie, fue miembro del consejo científico de la Universidad para la Ciudadanía Europea del Consejo de Europa y profesor en el Institut Catholique de Paris. En diciembre de 1997 fue candidato a suceder a Georges Duby (19191996) en la Academia Francesa.


 
Firmó más de cien títulos, sobre todo de carácter histórico, filosófico y moral, sin menoscabo de obras sobre la espiritualidad o puras novelas de aventuras para niños.
 
Al ámbito histórico pertenecen, por ejemplo, Les premiers rois de France [Los primeros reyes de Francia] (1998), La gloire des Capétiens [La gloria de los Capetos] (2007), Charles III, 898-929 [Carlos III, 898-929] (2007) y Robert I [Roberto I] (2011).

En el ámbito filosófico destacan desde Les niveaux de la vie morale [Los niveles de la vida moral] (1956), La personne [La persona] (1960) y Pascal ou la simplicité [Pascal o la simplicidad] (1962; edición aumentada en 1985) a Les fondements de l’éducation [Los fundamentos de la educación] (1974), L’essence de la philosophie [La esencia de la filosofía] (1994), Morale et destinée [Moral y destino] (1999) y Mozart et la mort [Mozart y la muerte] (1994), introduciéndose luego también en la historia de la filosofía con Pythagore ou la naissance de la philosophie [Pitágoras o el nacimiento de la filosofía] (1973), La philosophie pratique d’Aristote [La filosofía práctica de Aristóteles] (1995), Vocabulaire grec de la philosophie [Vocabulario griego de la filosofía] (1999) y La cosmologie des ioniens [La cosmología de los jónicos] (2000).
 
Atraído por la sublimidad alcanzada por la espiritualidad mística, dio a la prensa Mystiques franciscains [Místicos franciscanos] (1960), L’expérience mystique [La experiencia mística] (1964; nueva edición en 1985), Saint-François d’Assise, le héraut du Grand Roi [San Francisco de Asís, heraldo del Gran Rey] (1982) -publicado en Italia en 2004 bajo el título San Francesco- y Conférences sur Saint Bernard [Conferencias sobre San Bernardo] (1990).

En el ámbito moral, se ocupó sobre todo del matrimonio y la familia, publicando Amour conjugal et fécondité [Amor conyugal y fecunidad] (1961), Amour et vocation [Amor y vocación] (1978) además de Amour et mariage [Amor y matrimonio] (1981), tronando luego contra el aborto con Un crime, l’avortement [El aborto, un crimen] (1972). Por lo demás, figuró entre los fundadores de la organización provida Laissez les vivre - SOS Futures Mères [Dejadles vivir. SOS Futuras Madres].
 
[En español hay muy poco publicado de Ivan Gobry, y todo en el ámbito de la espiritualidad: San Francisco de Asís y el espíritu franciscano (1959), La pobreza del seglar (1963) -ambos también en catalán- y La experiencia mística (1966).]
 
Pero todo esto es solo un resumen de la vastísima y variada producción de Gobry, realmente imposible de sintetizar. Mejor entonces hacer referencia a tres títulos emblemáticos de su estilo, capaz de unir rigor científico y disponibilidad al diálogo con cualquier tipo de lector, incluso los no especialistas: tal vez era, sencillamente, afabilidad.
 
El primero es Les Moines en Occident [Los monjes en Occidente], en realidad cinco tomos publicados en París por las Éditions de Guibert entre 1985 y 1997, una de las obras que le valieron el aplauso de la Academia Francesa (editado en italiano en Roma en 2000 por Città Nuova en dos volúmenes bajo el título Storia del monachesimo [Historia del monacato]). Se trata de un fresco literalmente monumental que cuenta, como en un largometraje de autor, las vicisitudes -más bien la epopeya- del monacato en Europa, consiguiendo destacar con maestría ese espíritu de profunda fe católica que supo ser durante siglos el auténtico motor de la civilización europea, cuando, tras la caída del Imperio Romano, el viejo continente estaba casi devastado.
 
El segundo es el Dictionnaire des Papes: des origines à nos jours [Diccionario de los Papas: desde los orígenes hasta nuestros días], editado por Pygmalion en París en 2013, un modelo para todas las obras de consulta que tienen necesariamente que unir la exaustividad -al menos en lo esencial- con la concisión.
 
Y el tercero es Les martyrs de la Révolution française [Los mártires de la Revolución francesa], editado por la parisina Perrin en el fatídico 1989, esto es, en el bicentenario del desbarajuste jacobino celebrado con infundado entusiasmo por las instituciones transalpinas y por el mundo entero, pero contestado por Gobry con una sobriedad implacable solo comparable a la seriedad que le animaba. Por la valentía demostrada (rara entre los académicos) y por su irreprimible ansia de verdad, con esta obra Gobry se aproxima perfectamente a Reynald Secher y a Pierre Chaunu (1923-2009). Católico el primero y calvinista el segundo, ellos capitanearon la rebelión de los historiadores contra la versión oficial, de escaparate, de la Revolución Francesa (17891799), cantada como el alba de un mundo nuevo y radiante y sin embargo cargada de luchas y destrucción. El protestante Chaunu impulsó a Secher a documentar el genocidio de la Vendée católica, sin hacer caso a las ofensas de sus colegas universitarios, y Secher siguió el consejo jugándose su carrera académica, pero contribuyendo como pocos a la verdad. Como ellos, Gobry no dudó en contar el enorme tributo de sangre pagado por los franceses, y sobre todo por los católicos, a una ideología que aún hoy se presenta como la panacea de todos los males y que, por el contrario, es la fuente de muchos de los males que afligen al mundo contemporáneo, desde el totalitarismo hard de las ideologías violentas al totalitarismo soft de los relativismos, cada vez más a menudo tan sangrientos como aquéllos.
 
Es así como Gobry se ganó la fama de divulgador importante y elevado, y la estima de quien sigue sin querer rendirse a la ineluctabilidad de las “estructuras de pecado”, como en 1987 denominaba el Papa San Juan Pablo II (1920-2005) en la encíclica Sollicitudo rei socialis a las sociedades nihilistas construidas sobre la ideología.

Publicado en La Nuova Bussola Quotidiana.
Traducción de Carmelo López-Arias.
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