Jueves, 25 de abril de 2024

Religión en Libertad

Carta de Reyes Magos al señor Rajoy


Sr. Rajoy, usted podría con su Ministro y su Gobierno, pasar a la historia de los mayores benefactores de la humanidad y, por supuesto, millones de niños y sus madres en España y en el mundo entero le estarían eternamente agradecidos. Tiene usted hijos y tiene esposa; también tuvo madre y sabe perfectamente de lo que le hablo. ¡No tenga miedo, sean ustedes valientes!

por Antonio Torres

Opinión

¿Quienes deciden en nuestra patria sobre el bien y el mal, sobre aquello que lo españoles hemos de considerar verdadero o falso en cuestiones de índole moral? A nadie se le escapa que esas son decisiones que los españoles hemos dejado exclusivamente en manos de los líderes de los partidos políticos, asumiendo como bueno lo que los políticos legislan como bueno y aceptando como malo lo que éstos han decidido considerar de esa forma.

En todo lo relacionado con las cuestiones capitales sobre las que descansa la salud vital y la misma supervivencia de cualquier nación, -vida, familia y educación-, unos pocos mediocres con nombres y apellidos han venido a destrozar literalmente en España sus señas de identidad, generando en las últimas tres décadas un pueblo profundamente alienado, cosificado e ignorante de su dramática situación y de la suerte que le espera.

El proceso de destrucción en los asuntos mencionados dio inicio tras culminar el proceso de transición y no fueron sino Suárez al frente de la extinta UCD, González y Zapatero del PSOE, así como el mismo Aznar gobernando con el PP, -legislando los hunos y manteniendo los otros, de forma espuria, lo aprobado por sus antecesores-, los directos responsables de las leyes que propiciaron y acabaron con la posibilidad de vivir de un número cercano a los dos millones de españoles, del masivo fracaso escolar en España cuyo nivel educativo está entre los peores del mundo desarrollado y, por último, de la insensata destrucción de innumerables familias y del mismo concepto de matrimonio y familia, incluso como hecho jurídico.

Y ahora, tras las últimas elecciones en que volvía al poder y con mayoría absoluta el PP de Mariano Rajoy, hace ya más de un año su flamante Ministro de Justicia, Alberto Ruíz Gallardón, anunciaba y defendía con valentía en el Congreso una esperanzadora reforma de la Ley del aborto; parecían haber comprendido, sino las consecuencias morales sobre un pueblo de una ley que permite y financia desde el Estado el exterminio de más de cien mil españoles anuales, si al menos las graves consecuencias de tipo económico que a medio y largo plazo está produciendo el suicidio demográfico que se está viviendo desde hace años en España y en el conjunto de Europa.

Pero hete aquí que la Directora General de Salud Pública del Gobierno de Rajoy, una tal María Mercedes Vinuesa Sebastián, al informar hace unos días sobre los dramáticos datos definitivos del aborto en el año 2011, con un incremento sobre las cifras del 2010 del 4,7%, alcanzándose el pavoroso número oficial de 118.359 españoles inocentes e indefensos a quienes se les ha cercenado su derecho a la vida, ha venido a declarar en el referido informe que "la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo) garantiza la protección y eficacia de los derechos fundamentales de la mujer que solicita la intervención, en particular, su derecho al libre desarrollo de la personalidad, a la vida, a la integridad física y moral, a la intimidad, a la libertad ideológica y a la no discriminación"

A la tal Sra. Vinuesa no parece importarle en lo absoluto el muy significativo e imparable aumento de abortos; las reales y demostradas razones de soledad y abandono que han precipitado y precipitan a cientos de miles de madres embarazadas, vulnerables y con riesgo de exclusión social, a optar por la falaz opción del aborto; el nulo apoyo económico y mediático que reciben por parte del Estado para proseguir con sus embarazos y optar por el fundamental derecho a la vida y la maternidad, cuando sin embargo desde el mismo Estado se han incrementado los recursos para financiar las clínicas abortistas hasta alcanzar los 50 millones de euros anuales, y en la misma Comunidad de Madrid han incrementado en un 19% la ayudas hasta alcanzar el 54% de los aborto perpetrados en Madrid en un número que alcanzó en 2011 la escalofriante cifra de 24.448 vidas inocentes.

No importan las cifras, no importan las consecuencias morales ni económicas del aborto, no importan la soledad ni el abandono a que se viene sometiendo a las madres españolas, no importa ese 80% de madres que habiendo tomado inicialmente la decisión de abortar cambiaron felizmente su decisión a poco que recibieron un poquito de ayuda, fundamentalmente comprensión y cariño, de fundaciones que como RedMadre llevan años actuando en España sin recibir apoyo significativo alguno por parte del Estado.

Y no importa tampoco la debacle demográfica, el literal suicido demográfico que con Alemania y España a la cabeza, ha sembrado Europa y nuestra patria de una población mayoritariamente envejecida que no podrá disfrutar en muy poco tiempo de la cobertura médica y hospitalaria gratuita que recibía hasta hace pocas fechas ni del cobro de sus merecidas pensiones. Esa es la realidad que muestran las cifras y cuyas estadísticas son cada día más y más irreversibles, y esa la razón de que hayan empezado a sonar los tambores de muerte de la eutanasia, que otra vez disfrazada de "buenismo" se irá paulatinamente aprobando en los Parlamentos de las distintas naciones europeas y del mundo entero.

Unos pocos políticos mediocres desde el punto de vista moral, intelectual y político, sin otro sentido de Estado que el cortoplacismo y la pura aritmética electoralista, tanto a la izquierda como a la derecha del espectro partidista, han sembrado nuestra patria y el conjunto de Europa de muerte y oscuridad, haciendo profesión de su nihilismo hedonista, su soberbia materialista y su endiosamiento racionalista, hijos tardíos de una cultura "ilustrada" que lleva demasiado tiempo viviendo de espaldas al Creador, cuando no tratando de borrar todo rastro de esa Luz que podría disipar la oscuridad que han sembrado las generaciones más mediocres de gobernantes que nos ha tocado padecer en la ya larga historia de España y de Europa.

Estas son las personas que nos gobiernan y que casi han logrado transformarnos en verdaderos y auténticos esclavos, sin otra necesidad de coerción y presión que nuestra propia ignorancia y mediocridad; marionetas ellos mismos de los poderosos de la tierra, auténticos dueños del mundo, que desde los EEUU imponen sus absurdos y letales criterios sobre el control de la población mundial y han encontrado en la globalización y el liberalismo financiero la forma de adueñarse y dominar sin ejércitos los pueblos del mundo entero.

Sr. Rajoy, no tenga usted miedo y permita y aliente a su Ministro de Justicia a hacer precisamente justicia sobre el abominable crimen que supone el aborto, ayudando a las madres vulnerables y con riesgo de exclusión social, para que puedan llevar adelante sus embarazos, ahora sí garantizando la protección y eficacia de los derechos fundamentales de la mujer, en particular, su derecho a la maternidad, al libre desarrollo de la personalidad, a la vida, a la integridad física y moral, a la intimidad, a la libertad ideológica y a la no discriminación.

En RedMadre, disponemos de una muestra de más de 15.000 madres españolas a las que nuestros voluntarios han tratado de manera directa y personal, y le aseguro que ninguna de las mamás que en un 80% decidieron finalmente apostar por la vida de sus hijos renunciando a la falaz y dramática "solución" del aborto, se han arrepentido de ser madres, aún en muchos casos rodeadas de innumerables dificultades familiares, laborales y económicas. Todo lo contrario, sus hijos son un motivo de orgullo, esperanza y alegría constante, además de contribuir al bien común en España.

Sr. Rajoy, no todo es economía ni va a ser con medidas estrictamente económicas como España ni Europa van a poder remontar el vuelo, después de tantos años de ataques a la vida, la familia y la educación en los valores cristianos sin los que Europa ha empezado a dejar de representar para el mundo nada que merezca la pena ser tenido en cuenta.

El invierno demográfico que se vive desde hace décadas en Europa es el más grave de los asuntos de cuya pronta y urgente solución depende el futuro de los europeos en su conjunto, motivo por el cual se lleva años implementando políticas de apoyo y fomento a la maternidad y las familias, con el fin de revertir la situación sin haberlo logrado hasta el momento.

En España la situación demográfica es dramática y pronto alcanzará la situación de no retorno. Y sin embargo en nuestro país estamos a la cola en Europa en lo relacionado con políticas de apoyo a la maternidad y la familia, conforme al estudio comparativo que hemos elaborado en RedMadre sobre los datos oficiales aportados por 24 países europeos.

Su gobierno sabe que para asegurar el relevo generacional en España se precisa un índice de fecundidad de 2,1 hijos por mujer. Pues bien, sin abortos el índice de fecundidad en España habría sido de 1,70 hijos por mujer residente en España y no la gravísima cifra actual de 1,36.

Eran muy poquitos los que incansablemente y desde hace años venían aportando sus propios granitos de arena, pero cada vez son más los españoles conscientes de la locura y dispuestos a defender en la calle y con su voto el derecho fundamental a la vida desde el momento de la concepción hasta su final por causas naturales, así como la familia y el derecho a decidir sobre la educación de sus hijos.

Son tantas, importantes y urgentes, las razones que justifican un radical cambio de rumbo en la deriva abortista implantada en España por unos, con la anuencia de otros y con el silencioso consentimiento de casi todos, que no albergo duda razonable alguna sobre que permitirá usted que se lleve a cabo la reforma anunciada hace más de un año por su Ministro de Justicia. Sólo espero que no se tarden ustedes otro año más, porque eso se traduce cada día en la muerte de miles de españoles inocentes e indefensos y en el abandono y soledad de igual número de madres a las que se lleva cercenando desde hace años su fundamental derecho a la vida y la maternidad.

Ninguna ley puede legitimar la muerte de un inocente, en momento ni supuesto alguno, pero la Ley anunciada por el Ministro de Justicia hace un año ponía el acento en el apoyo decidido a la maternidad, lo cual de aprobarse reduciría cuando menos en un 80% el número actual de abortos, lo que se traduce en salvar todos los años la vida de una media de 90.000 españoles.

No será una ley perfecta, porque en efecto no lo es ninguna que legitime la muerte de un inocente, pero se tratará de un paso gigantesco que sembrará la semilla en España, y desde España en el mundo entero, para eliminar de la faz de la tierra el más abominable crimen que se haya perpetrado a lo largo de la historia de la humanidad.

Sr. Rajoy, usted podría con su Ministro y su Gobierno, pasar a la historia de los mayores benefactores de la humanidad y, por supuesto, millones de niños y sus madres en España y en el mundo entero le estarían eternamente agradecidos. Tiene usted hijos y tiene esposa; también tuvo madre y sabe perfectamente de lo que le hablo. ¡No tenga miedo, sean ustedes valientes!

Por último, Sr. Rajoy, pedir perdón a los Sres. Suárez, González, Aznar y Zapatero, por señalar abiertamente su responsabilidad sobre todo lo que venimos hablando, porque si bien ellos contaron con la oportunidad y el poder suficiente para legislar con la vista puesta en el bien común, también contábamos y contamos los ciudadanos corrientes con la oportunidad y el poder de esos granitos personales de arena que, sumados unos a otros, podrían haber revertido hace muchos años la masiva y sistemática eliminación de cientos de miles de españoles.
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