Viernes, 19 de abril de 2024

Religión en Libertad

«Nosotros somos Iglesia», firmado Ratzinger


Por primera vez desde que es Papa, Benedicto XVI ha citado y criticado públicamente el movimiento de oposición eclesial más difundido y activo en los países de lengua alemana. Lo ha hecho en un discurso improvisado ante los seminaristas de Friburgo. Aquí sus palabras.

por Sandro Magister

Opinión

Rarísimas veces, en los discursos y en las homilías de su reciente viaje a Alemania, Benedicto XVI se desvió del texto escrito. El embate que improvisó al hablar al Parlamento, el 22 de setiembre en Berlín, es lo que más ha impactado.

Al citar a Hans Kelsen, filósofo del Derecho, quien en el año 1965, a los 84 años de edad, es decir, a la misma edad que el Papa, sostuvo una cierta tesis, el Papa improvisó, sonriendo: "¡Me consuela comprobar que a los 84 años se esté aún en condiciones de pensar algo razonable!".

Sin embargo, entre los dieciocho discursos pronunciados por Benedicto XVI en los cuatro días pasados en tierra alemana, hay uno en el cual él no leyó ningún texto escrito. Su contenido fue redactado y hecho público sólo después del regreso del Papa a Roma.

Es el discurso que dirigió a los seminaristas en la capilla de San Carlos Borromeo, en el seminario de Friburgo en Brisgovia, en la tarde del sábado 24 de setiembre.

A los candidatos al sacerdocio, Benedicto XVI siempre les ha dedicado una atención especial. A los seminaristas de todo el mundo dirigió hace un año, el 18 de octubre de 2010, una de sus cartas abiertas más conmovedoras, con pasaje autobiográficos referidos a su juventud: ("Queridos seminaristas: en diciembre de 1944...")

Al reflexionar sobre esta carta, los seminaristas de Friburgo habían enviado al Papa su respuesta, que Benedicto XVI, al encontrarla, la definió como "bella" y "seria".

El discurso improvisado dirigido por el Papa a los seminaristas de Friburgo el 24 de setiembre ha sido la continuación de este diálogo.

Su trascripción íntegra, traducida a seis idiomas a partir del original alemán, está en la página web del Vaticano: ("Es una gran alegría para mí poder encontrarme aquí...")

Como todos sus discursos pronunciados en forma improvisada, también éste permite penetrar directamente en el pensamiento del papa Joseph Ratzinger y en lo que es más entrañable a su corazón.

Pero hay en ese discurso un pasaje que merece ser destacado.

Es el párrafo en el que Benedicto XVI razona sobre el nombre – "Nosotros somos Iglesia" – del movimiento de contestación eclesial más difundido y más activo en los países de lengua alemana, movilizados con especial intensidad al aproximarse el tercer viaje del Papa a Alemania:

"Siempre podemos creer solamente en el ´nosotros´. A veces digo que san Pablo ha escrito: ´La fe viene de la escucha´, no del leer. También se necesita leer, pero la fe viene de la escucha, es decir, de la palabra viviente, de las palabras que los otros me dirigen y que puedo oír; de las palabras de la Iglesia a través de todos los tiempos, de la palabra actual que ella me dirige mediante los sacerdotes, los Obispos y los hermanos y hermanas. De la fe forma parte el ´tú´ del prójimo, y forma parte de ella el ´nosotros´. El ejercitarse, el apoyarse mutuamente es algo muy importante; aprender a acoger al otro como otro en su diferencia, y aprender que él tiene que soportarme a mí en mi diferencia, para llegar a ser un ´nosotros´, para que un día podamos formar una comunidad también en la parroquia, llamar a las personas a entrar en la comunidad de la Palabra y ponerse juntos en camino hacia el Dios vivo.

Eso forma parte del ´nosotros´ muy concreto, como lo es el seminario, como lo será la parroquia, pero también el mirar siempre más allá del ´nosotros´ concreto y limitado hacia el gran ´nosotros´ de la Iglesia de todo tiempo y lugar, para no hacer de nosotros mismos el criterio absoluto. Cuando decimos: ´Nosotros somos Iglesia´, sí, claro, es cierto, somos nosotros, no uno cualquiera. Pero el ´nosotros´ es más amplio que el grupo que lo está diciendo. El ´nosotros´ es la comunidad entera de los fieles, de hoy, de todos los lugares y todos los tiempos. Y digo siempre además que en la comunidad de los fieles, sí existe, por decirlo así, el juicio de la mayoría de hecho, pero nunca puede haber una mayoría contra los Apóstoles y contra los Santos: eso sería una falsa mayoría. Nosotros somos Iglesia: ¡Seámoslo! Seámoslo precisamente en el abrirnos, en el ir más allá de nosotros mismos y en serlo junto a los otros".

Como se puede advertir, Benedicto XVI se ha apalancado en el nombre de "Nosotros somos Iglesia" pero para remover el significado: desde un "nosotros" separado y contrapuesto a un "nosotros" que abarca a la Iglesia "de todos los lugares y de todos los tiempos".

El movimiento "Nosotros somos Iglesia" se constituyó en el año 1995 con una recolección de firmas en apoyo a una "Apelación del Pueblo de Dios", en la que se proponían la elección democrática de los obispos, el sacerdocio para las mujeres, la anulación de la división entre clero y laicado, la eliminación de la obligación del celibato para el clero, una nueva moral de la sexualidad, etc. La recolección de las firmas, que llego a dos millones y medio, comenzó en Austria y posteriormente se extendió a Alemania, Italia, España, Estados Unidos, Holanda, Bélgica, Francia, Inglaterra, Portugal y Canadá. Al primer documento le han seguido muchos más. Pero el epicentro de "Nosotros somos Iglesia" está en Austria y Alemania, con un amplio seguimiento en el clero, con una cierta capacidad de presión sobre los mismos obispos y con una áurea de simpatía en diversos seminarios.

Salvo error, esta es la primera vez en la que Joseph Ratzinger, como Papa, ha citado a "Nosotros somos Iglesia" en un discurso público.

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