Se trata del
padre Tian Dalong y de otro sacerdote del cual AsiaNews desconoce la identidad, ambos de unos 40 años: fueron arrestados y conducidos a unas cabañas propiedad de la policía de Baoding, uno de los centros de mayor concentración de las comunidades no oficiales.
Allí se hallan incomunicados. Multas por ayudar en las catequesis Cuatro fieles laicos, que ayudaban a los sacerdotes en las tareas de catequesis, fueron obligados a pagar cada uno una
multa de 4.000 yuanes (unos 400 euros), correspondientes a unos dos meses de trabajo de un obrero especializado.
Según fuentes de AsiaNews
hay al menos unos 10 sacerdotes en condiciones similares, algunos hasta condenados al
laojiao (campos de trabajo forzado de "reforma a través del trabajo") por años.
Las reformas del Partido Comunista El hecho es que estos últimos arrestos sucedieron
a pocas semanas del tercer Plenario del Partido comunista chino, justo mientras la dirigencia gritaba a los cuatro vientos que tal encuentro habría dado como resultado reformas "sin precedentes".
Los medios mundiales, embaucados por las controladas noticias de Xinhua,
han elogiado estas posibles reformas, quedándose sobre todo en el aspecto económico: limitación de la influencia del gobierno en la economía, valorización de las inversiones privadas y extranjeras; reformas de los impuestos, eliminación del certificado de residencia obligatoria (hukou) para los migrantes, reforma de la ley sobre el hijo único, etcétera...
Un nuevo concejo nacional de seguridad El mundo católico chino se pregunta si el Plenario traerá alguna esperanza para los católicos y para la libertad religiosa en general. Tales preguntas se concentraban sobre la función que tendrá el
Nuevo Concejo nacional de seguridad, nombrado justamente por el plenario, como ejemplo de una nueva reforma.
Según la Xinhua, el Concejo de seguridad nacional (Csn) debería llevar a la "perfección el sistema y la estrategia de seguridad nacional, garantizando la seguridad de la nación". Las pocas explicaciones sobre el Csn fueron dadas por el mismo Xi Jinping, para el cual el nuevo organismo debería
"reforzar la unidad de la dirigencia del Estado", haciendo de la "seguridad nacional y de la estabilidad social las precondiciones para las reformas y el desarrollo" (Xinhua, 15/11/2013).
Varios expertos piensan que "la unidad de la dirigencia en la seguridad del Estado", significa que el Csn será
un grupo de poder superior al ejército, a la policía, a los servicios secretos, a la magistratura que debería garantizar la estabilidad social interna y las relaciones con los países extranjeros.
Falta de libertad religiosa Algunos católicos de China oriental y del norte piensan que esta concentración en manos del gobierno central y quizás del mismo Xi Jinping, podrá favorecer la libertad religiosa. A menudo las
prisiones, las expropiaciones de terrenos de las iglesias, los arrestos de sacerdotes o fieles dependen de las decisiones de los jefes locales, que no se preocupan ni siquiera de seguir los reglamentos nacionales sobre las religiones. Es más, el dar más fuerza al poder central debilitará al ministerio de Asuntos religiosos-
actualmente en manos de los estalinistas de las oficinas del gobierno- y las asociaciones patrióticas.
Como prueba de una disminución del control de las periferias,
los católicos citados dicen que la policía deja vivir a las comunidades subterráneas, que se preocupa de la salud de los obispos (por temor a encarar nuevos nombramientos), que se entretiene en el diálogo (quizás para controlarlos) con los sacerdotes clandestinos, etcétera.
"Nada ha cambiado" Otros fieles de Beiging y de china central dicen, en cambio, que "nada ha cambiado" y que la situación es siempre la misma. Sacerdotes subterráneos arrestados (como los dos antes citados),
prohibición de encuentros entre los fieles, dominio de las asociaciones patrióticas...
Si a esto se agrega la l
ista de obispos desaparecidos en manos de la policía desde hace años; el obispo de Shanghai en arresto domiciliario, el control sobre los otros obispos (también aquellos oficiales), se entienden sus conclusiones:
"Por ahora nada cambió. Será necesario esperar algunos meses para ver si algo cambia en política. En todo caso, esto dependerá de la idea de reforma que la dirigencia tenga en mente. La concentración de todo el poder en manos de pocos podría aún más empeorar la situación".