Viernes, 29 de marzo de 2024

Religión en Libertad

Contundencia del Papa en el Congreso Eucarístico de Dublín

La reforma litúrgica fue la mayor «jamás conocida» y hubo «malentendidos e irregularidades»

Considera «un misterio» inexplicable los abusos y los atribuye a que los culpables habían convertido su cristianismo en un mero «hábito».

C.L. / ReL

El Papa, en el Angelus de este domingo.
El Papa, en el Angelus de este domingo.
Benedicto XVI envió un vídeo a la clausura del 50º Congreso Eucarístico Internacional, durante el cual ahondó no solamente en el objeto propio del evento, el culto a Jesús Sacramentado, sino también en la grave crisis que ha sacudido a la Iglesia irlandesa a raíz de los escándalos de abusos sexuales a menores.

"El Congreso tiene lugar en un momento en el que la Iglesia se prepara en todo el mundo para celebrar el Año de la Fe, para conmemorar el quincuagésimo aniversario del inicio del Concilio Vaticano II", dijo el Papa antes de introducir un claro redireccionamiento en materia litúrgica.

"Malentendidos e irregularidades"
El Concilio, afirmó, "puso en marcha la más amplia renovación del rito romano que jamás se haya conocido. Basado en un examen profundo de las fuentes de la liturgia, el Concilio promovió la participación plena y activa de los fieles en el sacrificio eucarístico".
 
Pero eso no se hizo sin obstáculos: "Teniendo en cuenta el tiempo transcurrido, y a la luz de la experiencia de la Iglesia universal en este periodo, es evidente que los deseos de los Padres Conciliares sobre la renovación litúrgica se han logrado en gran parte, pero es igualmente claro que ha habido muchos malentendidos e irregularidades".
 
Benedicto XVI citó algunos ejemplos: "La renovación de las formas externas querida por los Padres Conciliares se pensó para que fuera más fácil entrar en la profundidad interior del misterio. Su verdadero propósito era llevar a las personas a un encuentro personal con el Señor, presente en la Eucaristía, y por tanto con el Dios vivo, para que a través de este contacto con el amor de Cristo, pudiera crecer también el amor de sus hermanos y hermanas entre sí. Sin embargo, la revisión de las formas litúrgicas se ha quedado con cierta frecuencia en un nivel externo, y la «participación activa» se ha confundido con la mera actividad externa".
 
Queda mucho por hacer, concluyó este apartado, y "en un mundo que ha cambiado, y cada vez más obsesionado con las cosas materiales, debemos aprender a reconocer de nuevo la presencia misteriosa del Señor resucitado, el único que puede dar amplitud y profundidad a nuestra vida".

Su cristianismo era "una mera cuestión de hábito"
La parte más dura, pero también la más esperada del mensaje, correspondió a los escándalos de pederastia que han sacudido a la Iglesia irlandesa como quizá a ninguna otra en el mundo: "La gratitud y la alegría por una historia tan grande de fe y de amor se han visto recientemente conmocionados de una manera terrible al salir a la luz los pecados cometidos por sacerdotes y personas consagradas contra personas confiadas a sus cuidados".
 
La ruptura que introducía su comportamiento era absoluta: "En lugar de mostrarles el camino hacia Cristo, hacia Dios, en lugar de dar testimonio de su bondad, abusaron de ellos, socavando la credibilidad del mensaje de la Iglesia. ¿Cómo se explica el que personas que reciben regularmente el cuerpo del Señor y confiesan sus pecados en el sacramento de la penitencia hayan pecado de esta manera? Sigue siendo un misterio. Pero, evidentemente, su cristianismo no estaba alimentado por el encuentro gozoso con Cristo: se había convertido en una mera cuestión de hábito".

El deseo final del Papa a los asistentes fue que el Congreso constituya "una experiencia espiritualmente fecunda de comunión con Cristo y su Iglesia". Y deseó a la Iglesia filipina, que acogerá el 51º Congreso Eucarístico Internacional en la ciudad de Cebú, la misma "renovación espiritual duradera" que se espera de éste.

Pinche aquí para leer el texto completo del Mensaje del Papa al Congreso Eucarístico de Dublín.
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