Viernes, 29 de marzo de 2024

Religión en Libertad

El anhelo del corazón


¿Qué desea el corazón humano, más allá de la noticia inmediata, que sacia durante treinta segundos la curiosidad, pero siempre sabe a poco?

por José F. Vaquero

Opinión

Vivimos con prisa, con demasiada preocupación por lo que ha sucedido, y por lo que sucederá en el futuro. Agenda, planificación, proyección, eventos, recordatorios, y a veces, con demasiada facilidad, olvido del presente. Concediendo cierta curiosidad por el futuro, sin embargo, esa característica de nuestro mundo actual nos puede dejar reflexiones interesantes. Y en estos días he tenido ocasión de leer sobre un mensaje que se publicará el 24 de enero, con motivo de una jornada del 8 de mayo, muy querida por cualquier periodista cristiano: la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.

“Comunicación y Misericordia: un encuentro fecundo”, ese será el tema de esta Jornada. La misericordia, más allá de la periférica compasión de un "Pobrecito", tiene un significado humano muy profundo, es un querer desde el corazón y al corazón. Se trata de un lenguaje y unos gestos que penetran en el corazón de las personas y les ofrecen aquello que anhela. El buen periodista, el buen comunicador, parece leerse entre líneas, es el que colma esos anhelos profundos, esa sed más íntima del corazón humano. Y el cristiano por esencia debe ser comunicador de vida y de fe.

¿Qué anhela este corazón, más allá de la noticia inmediata, que sacia durante treinta segundos la curiosidad, pero siempre sabe a poco? Me aventuro a formularlo en pocas líneas, quizás simplificando demasiado. Pero en esta era de Internet, buscamos textos breves y sencillos. El corazón del hombre busca encontrarse con alguien para crecer juntos.

Se multiplican los Encuentros, los "meeting", por motivos tan variados como la defensa de la vida, el gusto por el cine e incluso la afición a Star Wars o El señor de los anillos. Cualquier motivo es válido para organizar un Encuentro, regional, nacional, internacional o mundial.

Estamos en un mundo cada vez más global, , y a la vez más interrelacionado. Pero paradójicamente también crece exponencialmente el sentimiento de soledad, la cifra de personas que se sienten aisladas, que necesitan que alguien les escuche, les acompañe, les mire, les sonría. Aumentan los Encuentros, pero crece el anhelo de un verdadero encuentro, un encuentro cordial.

Queremos encontrarnos con alguien, con un tú, más allá de la pantalla del teléfono o del mando de la play station. Un tú parecido a mí, con opiniones como las mías o distintas, pero que opine. Un tú que me escucha, me comprenda, mejor o peor, e interactúe conmigo. Cada vez hay más personas con perros, gatos o mascotas varias. Con ser un animal de compañía, el perro está al lado, pero no interactúa, no me anima, me cuenta sus preocupaciones, opina como yo, o diferente a mí. Es un ser que no colma los anhelos profundos del corazón, que no me revela el misterio insondable, inabarcable, de un ser humano que piensa, que ama, que decide libremente, que se entrega.

Ese encuentro con el otro, y también con el Otro, tiene un fin, una meta. No pedaleamos para dar un paseo por el campo, aunque podemos hacerlo de vez en cuando. Queremos, nos demos cuenta o no, llegar a la meta, al final de etapa. El objetivo puede ser simplemente vivir tranquilos, sin ninguna preocupación, instalados en la dulce vida diaria, pero el objetivo está ahí, lo tenemos, lo buscamos. Y siempre es un objetivo bueno, al menos para nosotros; por eso nos mueve, nos empuja a actuar, a progresar, a crecer; habría que analizar si es bueno sólo para la hora siguiente, o si la bondad del acto ayuda a mi estómago y estropea mi corazón, pero el objetivo tiene una semilla de bien.

Ese crecimiento, por nuestra misma condición humana, que anhela vivir con alguien, es también un crecimiento con alguien, un crecer juntos. Por eso los jóvenes, y los no tan jóvenes, miran tantas veces al día el whatsapp. Quieren vivir juntos, necesitan sentir, aunque sea virtualmente, que viven con alguien, que avanzan con alguien. Una compañía virtual, que nos sacia si viene acompañada de una compañía real, palpable, tangible.

Regreso al inicio del artículo, las directrices para el mensaje de Jornada de las Comunicaciones Sociales. El Papa Francisco matiza esa palabra que corre el riesgo de ser demasiado manoseada y tecnologizada, comunicación. "No es sólo una tecnología actual avanzada, sino una profunda relación interpersonal".
 
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