De Amnistía Internacional, otra ONG por el aborto

 
            Cuando ya estamos curados de espanto después de ver que dos de las más importantes ONGs de médicos, Médicos Sin Fronteras (pinche aquí), y Médicos del Mundo (pinche aquí), hacían una apuesta descarada y descarnada por la eliminación de la vida como es aquélla que representa el aborto, nos encontramos ahora, en uno de esos rocambolescas paradojas que nos ofrece este extraño mundo que vivimos, que lo hace también aquella ONG nacida para combatir la pena de muerte, Amnesty International, por cierto, incorrectamente traducida al español (por ellos mismos) como Amnistía Internacional, cuando debería ser “Internacional de la Amnistía”, que eso y no otra cosa es lo que significa Amnesty International.
 
            En su campaña “Mi cuerpo, mis derechos”, podemos leer ideas tan peregrinas como las siguientes:
 
            “Mi cuerpo, mis derechos. Poder decidir sobre nuestra salud, nuestro cuerpo, nuestra vida sexual y nuestra identidad es un derecho humano básico. Sin embargo, en todo el mundo, muchas personas somos perseguidas por tomar estas decisiones, o se nos impide totalmente tomarlas […] A una adolescente se le niega una interrupción del embarazo que podría salvarle la vida porque el aborto es ilegal en su país. Quienquiera que seas, dondequiera que vivas, tienes derecho a no sufrir miedo, violencia o discriminación. Es tu cuerpo. Conoce tus derechos. Actúa ya”.

 
            Todo ello, por cierto, en un totus revolutus (dentro de los corchetes que he incorporado a la cita) en el que caben anticonceptivos, homosexuales perseguidos, y todo el paquete completo de la progresía internacional.
 
            Ignoro cuál es ese país donde se deja morir a una madre para salvar al hijo (no desde luego ni España ni ninguno que uno pueda frecuentar), pero lo que en todo caso sí sé, es que ese caso puede representar en nuestro país como mucho, como mucho, como muchísimo, un par de casos al mes, y que so pretexto del mismo… ¡¡¡se hace una ley que produce la muerte de 115.000 niños cada año!!! Una táctica vieja, de vieja ya reprodrida, ésta de presentar un caso extremo y aberrante, a menudo ni siquiera real, para abrir la puerta a leyes que sirven para legalizar aberraciones que superan en mucho la que se pretendía subsanar.
 
            Una pena, sí señor. No veo muy bien qué pinta Amnesty International en esta guerra. Pero el mundo de la progresía es así: o se acepta el paquete completo, o no se sale en la foto… ya lo dijo alguien.
 
            Algún día, probablemente no muy lejano, tanto progre de dos tardes y media, las que ZP tardaba en aprender economía, tendrá que correr a borrar de las hemerotecas las tonterías escritas y pronunciadas, de parecida manera a como hoy en el pesoísmo, nadie quiere oír ni hablar de aquel famoso “al loro, y el que no esté colocado que se coloque”, pronunciado ni más ni menos que por el que fuera (¡ja, ja, ja!) “el mejor alcalde de Madrid” ¿se acuerdan?
 
 
            ^©L.A.
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