En Madrid se pueden visitar dos exposiciones sobre esta época. Una,
"Mujeres en vanguardia", en la Residencia de Estudiantes, sobre la Residencia de Señoritas, no dice ni una palabra de la fe de María de Maeztu o María Goyti, y tampoco menciona la Residencia Teresiana de Poveda. La otra,
"Giner de los Ríos: el maestro de la modernidad", tampoco menciona a Poveda y presenta las iniciativas de Giner como si fuesen prácticamente las únicas en promoción de la mujer en esos años. Estas omisiones son las que queremos corregir.
1. Sin miedo a una universidad varonil: Concepción Arenal y María Goyri
En 1841 una mujer entró, contra la voluntad de su madre, como oyente en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid, vistiendo ropas masculinas, ya que entonces la educación universitaria estaba vetada a las mujeres.
Fundó en 1859 el grupo femenino de las Conferencias de San Vicente de Paúl para ayuda de los pobres. En 1868 es nombrada inspectora de Casas de Corrección de mujeres, hasta 1873. Hablamos de
Concepción Arenal (18201893), que desarrolló un feminismo íntegramente católico.
Concepción Arenal
Por su parte,
María Goyri, fue la primera estudiante oficial de Filosofía y Letras. Se licenció en 1896 y se doctoró en 1909. Casada con Menéndez Pidal colaboró científicamente con él. Se sabe que
era de misa diaria, y que vivió un catolicismo siempre muy reservado.
María Goyri, la primera española matriculada en Filosofía y Letras, de misa diaria.. aquí con su esposo Ramón Menéndez Pidal en 1926
Ambas tenían claro, a pesar del pensamiento popular en su época, que Dios había creado a la mujer con igual dignidad y capacidad que el hombre para el estudio y la actividad profesional.
2. Poveda fundó la primera residencia femenina de España para la promoción de la mujer: la Residencia Teresiana
Sería en 1914 cuando
Poveda fundaría en Madrid la Residencia Teresiana. Un año después se fundaría
la Residencia de Señoritas, con el mismo fin pero con distintos medios: sólo aquella sería confesional católica.
Primera generación de Teresianas, la familia eclesial fundada por el Padre Poveda
La importancia de la actividad de Poveda sobre este punto fue tal que el propio José Castillejo, secretario de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE) visitaría la Residencia Teresiana e intentaría unir ambas.
La teresiana
Mariana Ruiz Vallecillo,
primera directora de la Residencia Teresiana, era además paisana de Giner de los Ríos. Carmen Zulueta y Luis de Zulueta, que eran del ambiente de la Institución Libre de Enseñanza, intentarían también sin éxito la unión.
Y es que, frente a la Institución Libre de Enseñanza, Poveda se proponía poner en marcha la
Institución Católica de la Enseñanza, que fraguaría en la Institución Teresiana y, a diferencia de aquella,
no renunciaría a la confesionalidad católica, por creerla perfectamente compatible con la ciencia.
Los hechos demostraron que llevaba razón. Por ejemplo, la teresiana
Mª Angeles Galino (1916-2014), licenciada en Filosofía y Letras, ganó el premio extraordinario de doctorado. Fue becaria del CSIC.
Mª Ángeles Galino, teresiana,
premio extraordinario en Filosofía y Letras
En 1953 ganó por oposición la Cátedra de Historia de la Pedagogía e Historia de la Pedagogía española, con lo que fue la
primera catedrática universitaria de España.
La teresiana
Carmen Cuesta del Muro (18901968) estudió con brillantez en la Escuela Superior del Magisterio de Madrid entre 1911 y 1913, y se doctoró en Derecho en 1928, siendo la
primera mujer que alcanzó este grado académico en España. Fue profesora de Pedagogía en la Escuela Normal de Teruel.
Carmen Cuesta, teresiana,
la primera doctora en Derecho en España
Maria Domínguez Astudillo (18951985) logró el título de Maestra en 1916 con Premio Extraordinario. Tras obtener el premio extraordinario de Licenciatura en Químicas por la Universidad de Madrid (1941) y el título de Doctora en Ciencias Químicas (1942). Experta en radiobiología,
fue la primera teresiana científica del CSIC.
María Domínguez Astudillo, teresiana,
radiobióloga en el CSIC
Julia Ochoa Vicente (18811977) fue otra teresiana maestra que se especializó en pedagogía y acabó como científica del CSIC, desde 1941 hasta 1961, en el Instituto San José de Calasanz , encargándose de la
Sección de Bibliografía Pedagógica, continuando así la labor de Don Rufino Blanco Sánchez, con quien había trabajado en esta materia durante muchos años.
Julia Ochoa Vicente
3. Promocionando a la mujer desde ambientes no confesionales: María de Maeztu, Rafaela Ortega y otras
Un año después de ponerse en marcha la Residencia Teresiana en Madrid, hoy
Colegio Mayor Padre Poveda,
Santiago Ramón y Cajal, presidente de la JAE propone la creación de la Residencia de Señoritas.
Y no es precisamente que don Santiago,
primer premio Nobel español de Medicina, fuese feminista precisamente, a juzgar por su descripción de cómo debía ser la mujer del científico.
«Como mochila en el combate es la mujer… No queda, pues, a nuestro sabio en cierne, como probable y apetecible compañera de glorias y fatigas, más que
la señorita hacendosa y económica, dotada de salud física y mental, adornada de optimismo y buen carácter, con instrucción bastante para comprender y alentar al esposo, con la pasión necesaria para creer en él y soñar con la hora del triunfo, que ella disfruta segurísimo. Inclinada a la dicha sencilla y enemiga de la notoriedad y exhibición, cifrará su orgullo en la salud y felicidad del esposo», escribía Ramón y Cajal.
Tampoco eran muy proclives a la promoción femenina personajes tan significados como Manuel Bartolomé Cossío (18571935), estrecho colaborador de Francisco Giner de los Ríos en la Institución Libre de Enseñanza, que al conocer que Emilia Pardo Bazán (18511921) había conseguido una cátedra le escribiría:
«Mi felicitación, pues ya que a usted le gusta –yo creo que en usted, es de mal gusto- ir a la universidad… Pero, querida Emilia, ¿no cree usted que su gloria, la verdadera, la de usted misma, la que el mundo le reconocerá siempre y en todas partes, sería mucho más gloria sin Consejos, ni academias, ni universidad?».
El mismísimo filósofo español José Ortega y Gasset diría: «En la presencia de la mujer presentimos los varones inmediatamente una criatura que, sobre el nivel perteneciente a la humanidad, es de rango vital algo inferior al nuestro».
Fotograma de Poveda, la película.
Pues en ese ambiente
María de Maeztu (18811948), licenciada y doctora en Filosofía y Letras, fue directora fundadora de la Residencia de Señoritas, en la cual
introdujo la formación espiritual no confesional a través de una estrecha tutoría a las residentes y del denominado “sermón semanal”.
En su obra
Historia de la cultura europea dejó escritas cosas tales como: «
Sólo la vuelta a la concepción cristiana de las clases puede permitir la coexistencia entre ellas…el origen del mal se remonta a la filosofía medieval nominalista, al final de la Edad Media. Se separó la fe de la razón…Corresponde a la clase burguesa una misión altísima: tiene que servir de enlace, de coordinación entre las otras dos clases. Pero eso no lo conseguirá si no se hace cristiana, católica…Ha surgido el agnosticismo.
El hombre ha dejado de creer primero en Dios, luego en sí mismo, después en todo lo creado… Y así la interpretación económica de la historia está cediendo el puesto al viejo imperativo de sed perfectos
como nuestro Padre celestial que nos ordena la realización en la Tierra de todos los valores, de todos, y no sólo de los económicos».
Colaboradora estrecha en la labor de dirección fue la también
católica ferviente Rafaela Ortega y Gasset, hermana del famoso filósofo.
Cuenta Mercedes Montero (
aquí) que "Rafaela fue vecina de unos de los pisos que ocupó la Residencia Teresiana en sus comienzos y que colaboró con generosidad. Del mismo modo, Rafaela trabajó sin cortapisas con María de Maeztu, no de forma oficial pero sí de manera regular. Y resulta igualmente llamativo que la familia Ortega Munilla, padres de Rafaela, prestaran su propia biblioteca a las alumnas de la Residencia Teresiana y que mantuvieran buena amistad, tanto con las chicas y las profesoras, como con Pedro Poveda".
María de Maeztu
Sabemos por una de las estudiantes,
Matilde Landa Vaz, que estaba sin bautizar y era hija de un masón casado sólo por lo civil y líder republicano en Badajoz, que en
la Residencia de Señoritas, tan aconfesional, casi todas las chicas iban a misa en los años 20. Escribe escandalizada a sus hermanas en 1923: "Lo más desagradable que tiene la Resi es ese falso clericalismo que han metido aquí;
quitando 5 chicas, todas las demás van a misa, comulgan, etc., con la directora a la cabeza. ¡El Sr. Cossío se quedó asombrado cuando le conté que María de Maeztu iba a misa!
(El autor, Alfonso V. Carrascosa, es científico del CSIC y forma parte de su Comisión Mujeres y Ciencia. Las opiniones y creencias vertidas en este texto no tienen por qué interpretarse como las oficiales de ambas instituciones)
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