Jueves, 25 de abril de 2024

Religión en Libertad

«Seminarista» narra la vida de un muchacho durante 10 años en un seminario español de los años 60

Fermín Mateo / ReL

Santiago Chivite Navascués, autor de Seminarista
Santiago Chivite Navascués, autor de Seminarista
Bajo el título de Seminarista, acaba de ver la luz en la Editorial La Milagrosa una novela autobiográfica escrita por el periodista Santiago Chivite, que recoge sus experiencias durante los diez años en que estuvo estudiando en un seminario.

Esta obra, escrita con un lenguaje novelado, muestra cómo vivió una generación de chicos españoles que pudo estudiar gracias a los seminarios. Recoge la alegría de la vida en un internado, sus anécdotas y vivencias, alrededor de unos años en los que primaba el esfuerzo por aprender y formarse, que consiguió una excepcional formación académica y moral para miles de españoles.

Con los Padres Paúles
El protagonista de Seminarista es un chaval navarro que a sus diez años llamó a las puertas del seminario de la Congregación de la Misión (Padres Paúles) de Pamplona lleno de ilusión, acompañado por su madre y con la ropa marcada con sus iniciales.

A medida que pasaron los años, aquel niño se convirtió en un muchacho que disfrutó con la amistad de los compañeros y que, convertido ya en un joven, se esforzó durante el noviciado por conocer si tenía o no vocación para la vida religiosa y que al finalizar los estudios de filosofía decidió libremente, siempre agradecido y esperanzado, seguir otros caminos.

Entre los años 50 y 70
Como el propio autor escribe, “esta es la historia de un muchacho que fue seminarista entre los años 50 y 70, mi historia concretamente, pero asimilable a la de mis compañeros, que en esos mismos años vivieron peripecias físicas y espirituales parecidas”. Santiago Chivite cuenta cómo vivieron sus años de juventud aquellos miles de jóvenes que estudiaron en los seminarios. “Entiendo -afirma- que era necesaria la constancia escrita y veraz de los sueños y esfuerzos de una generación”.

El autor afirma que durante toda ese tiempo de seminarista disfrutó de amigos y formadores: “Conocí profesores flojillos y otros inolvidables, unos entrañables y bondadosos y otros sabiondos y retorcidos; unos profundamente religiosos y otros un tanto frívolos; unos acertados conmigo y otros errados en la forma de tratarme”. Y añade: “Todos me dieron su tiempo y su saber y de todos guardo un recuerdo firme y fundamentalmente positivo. Es la vida. Pasaba entonces y pasa hoy”.

Esta obra, especialmente interesante para cuantos se preparan para el sacerdocio, así como para todos los católicos en general, ofrece una visión original y en primera persona sobre la vida en los seminarios hace cincuenta años. 




Canto a la amistad

Seminarista
es un canto a la amistad, una muestra del esfuerzo por mejorar y por llegar a las metas marcadas, una alegría por conocer, una sed por vivir y un inmenso agradecimiento a quienes acompañaron y propiciaron no solo una sólida formación académica sino también unos principios morales básicos.

En sus páginas el autor refleja de forma autobiográfica (“Ahí va lo que viví y cómo lo viví. Sin poner ni quitar, salvo involuntarios errores de memoria”) la vida en los seminarios en una época en que gracias a ellos miles de españoles sin medios económicos pudieron estudiar.

Por distintas etapas
El autor describe así su estancia en el seminario: “Si tuviera que resumir en una frase mis diez años de seminarista diría que los cuatro de Pamplona fueron una fiesta, el de Murguía una sacudida multicolor, los dos de noviciado un esfuerzo angustioso por construir una estructura interior de espiritualidad y los tres de filosofía la maduración y la lucha interna hasta la decisión final”.

Y añade: “En Pamplona no me planteé la vocación, en Murguía comencé a sentir su existencia, en el noviciado me debatí en la búsqueda y conocimiento de la relación con Dios y el tenor de mi respuesta y en Filosofía caminé en la rebelión y la duda sobre la decisión”.

De sus recuerdos y de un diario
Santiago Chivite basa su narración en los recuerdos (suyos y de diversos compañeros consultados) y en un diario que muestra el esfuerzo cotidiano por vivir y corregir, en medio de alegrías y dudas a partes iguales. El resultado es una obra verdaderamente interesante que se lee casi de corrido. “Ojalá haya valido la pena contar lo que valió la pena vivir”, dice el autor.


Título: Seminarista
Autor: Santiago Chivite Navascués
Editorial La Milagrosa
Madrid, 2013
263 páginas. 15 euros.
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