Sábado, 20 de abril de 2024

Religión en Libertad

Blog

Cipreses y crisantemos

por Luces en mi agenda

        Estos primeros días de noviembre, la liturgia de la Iglesia conmemora a todos los fieles difuntos. Como las tres mujeres del evangelio fueron al sepulcro de Jesús, también nosotros acudimos a la sepultura de los seres queridos para recordarlos con oraciones, velas y flores. Es una manera de expresar el cariño que le tenemos. Nos dieron la vida, la amistad, el saber... y a sí mismos. Ese don sigue vivo y creciendo ahora en nuestra propia persona. También el amor que nosotros les dimos continúa resucitado en ellos. En nuestra oración incluimos a todos los desaparecidos sin dejar rastro en mares, desiertos y salas de tortura. "Un día, al atardecer, dijo el Señor a sus discípulos: Pasemos a la otra orilla Y despidiendo a la muchedumbre le llevaron en la barca tal como se encontraba". También para nosotros llegará ese día, y al caer la tarde, oiremos las mismas palabras de Jesús: "Vayamos a la otra orilla". En "la otra orilla" nos esperan la Trinidad beatísima, María, san José, tantos parientes, tantísimos amigos, y una multitud de todos los tiempos que nos dará la bienvenida, si hemos sido fieles en este lado. "No iremos a tierra extraña", le gustaba decir a la santa de Ávila, Teresa de Jesús. Y la Madre Teresa de Calcuta hablaba de ese tránsito de modo similar: "Cuando alguien muere, esa persona vuelve a casa, junto a Dios. Allí es donde todos nosotros tenemos que ir. La muerte es algo hermoso; es ir a casa. El que muere, vuelve a casa, aunque, naturalmente, a nosotros nos quede el vacío, la soledad de la persona que se ha ido. Pero es algo muy hermoso: ¡una persona ha vuelto a casa junto a Dios!". En el atardecer de aquel día, oiremos al Señor que, en voz baja, nos dice al oído aquellas palabras que dirigió al buen ladrón: "Hoy estarás conmigo en el paraíso". El amanecer de la jornada siguiente ya no tendrá fin. Noviembre nos invita a visitar los cementerios, entre cipreses y crisantemos, Benedicto XVI nos ha dejado esta breve meditación sobre la muerte: "Dios está siempre con nosotros, incluso en la última noche, en la última soledad, en la noche de la muerte. La bondad de Dios siempre está con nosotros".

 

Comentarios
5€ Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
10€ Gracias a tu donativo habrá personas que podrán conocer a Dios
50€ Con tu ayuda podremos llevar esperanza a las periferias digitales
Otra cantidad Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Si prefieres, contacta con nosotros en el 680 30 39 15 de lunes a viernes de 9:00h a 15:30h
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter

¡No te pierdas las mejores historias de hoy!

Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria

REL te recomienda