Viernes, 19 de abril de 2024

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Etica y moral

La Ética como norma de vida

por Un alma para el mundo

Hablamos de Ética. Ya expusimos su diferencia con  la moral. La ética tiene que ver más con la filosofía, y la moral con una visión más trascendente del ser humano. Todas las religiones ofrecen un código de normas de conducta que intentan dignificar la actuación humana en la sociedad.

            Pero hablamos ahora de Ética. Podemos considerar a Aristóteles como el padre de la ética que está en la base de las normas de conducta de países civilizados. Este gran filósofo griego nos dejó todo un tratado de ética que se llamó Ética a Nicómaco.

            La profesora Dra. Teodora Zamudio nos ofrece un resumen de esta obra. Nosotros la vamos a resumir aún más para hacerla asequible a los lectores del Blog.

 

Antecedentes y colocación de la obra   

La Ética a Nicómaco es una obra de Aristóteles escrita en el siglo IV a. C. Este libro no fue escrito para su hijo Nicómaco como comúnmente se cree sino que recibió su nombre puesto que fue Nicómaco quien se tomó el trabajo de recopilar y organizar los escritos de Aristóteles con respecto a este libro, sobre la virtud y el carácter que tiene un papel importante en la ética aristotélica. Está compuesto por diez libros basados en notas sobre sus charlas en el Liceo. Es un análisis de la relación del carácter y la inteligencia con la felicidad. Es considerada una de las dos obras fundamentales en que posteriormente se basó la ética occidental, siendo la otra el mensaje bíblico judeocristiano.

La "Ética a Nicómaco" de Aristóteles es el primer tratado sistemático sobre la ética. Platón había escrito el Protágoras, un diálogo sobre la virtud, y varias de sus otras obras contemplan la felicidad y la ética también, pero ninguna sistemáticamente. Otros filósofos contemporáneos a Aristóteles se mencionan en la presente obra, como por ejemplo Espeusipo y Eudoxio, de quien Aristóteles toma su definición de bien.

Como Platón y Sócrates, Aristóteles sostiene que la virtud nos ayuda a buscar la felicidad y esa es la base de la ética. A diferencia de Platón y Sócrates, Aristóteles enseña que la virtud no viene directamente del conocimiento, sino que requiere el hábito, que la felicidad no es un estado sino una actividad, y que el placer no es la felicidad sino una consecuencia de la virtud, y especialmente que el hombre tiene un fin en sí que no es absorbido totalmente por los fines del Estado. Aquí está la clave de lectura de la ética de Aristóteles, Puntualiza la profesora Zamudio: la finalidad del acto humano. Todo acto tiene un fin, que es la felicidad, pero se puede buscar este fin en diversas cosas. Aristóteles muestra que el fin ha de ser específico del hombre, y esto es la contemplación, a la cual ayuda la virtud necesariamente, pues la virtud busca el medio que le da la recta razón del individuo. La contemplación es el acto más autosuficiente y estable y para la plena felicidad requiere también el placer. Un aspecto que entra en juego y que no se resuelve del todo directamente en el capítulo 7 del libro X es la inmortalidad, a la que Aristóteles alude varias veces en otras partes también…

Contenidos   

Aristóteles empieza su obra definiendo lo esencial de la ética: el bien. Lo relaciona con la felicidad, que es "lo que todos buscan". Enseguida habla del medio para llegar a la felicidad y del camino de la ética, que es la virtud. Como la virtud se muestra más claramente en la parte inferior del alma -las pasiones-, Aristóteles empieza describiendo la virtud y después las virtudes de carácter, especialmente la justicia y continúa con la virtud en el intelecto, donde radica la felicidad. Después muestra cómo el placer tiene que ver también con la felicidad, y por lo mismo con la ética. Como el hombre es social, necesita amigos para alcanzar la felicidad completa. Esto le lleva a una descripción final de la felicidad que será la que se alcance por una actividad acorde con la virtud más excelsa.

Libro I: La felicidad   

Al inicio Aristóteles se pregunta ¿Qué bien es el fin de todos los fines? Toda actividad apunta hacia un bien, entonces la felicidad debe de ser también un bien. No sólo debe ser un bien, sino el bien al cual todos los demás bienes se dirigen. Se puede buscar este bien en diversas cosas, pero al final la verdad es el único bien delante del cual los demás bienes parecen incompletos.

Si no hay un bien final y alcanzable, entonces es irracional la naturaleza del hombre, que busca por naturaleza un bien. El no tener un bien final que se llama felicidad negaría la naturaleza, llevando al absurdo. Ahora bien, esta felicidad se compone de la vivencia de las virtudes y de una vida completa; la felicidad es una actividad del alma de acuerdo con la virtud ("excelencia") completa

Libro II: Elementos de la virtud   

En este segundo libro la pregunta a responder es: ¿En qué consiste la virtud? La virtud es un estado de elección racional que consiste en un medio relativo a nosotros y determinado por la razón… El arte sólo requiere conocimiento, pero la virtud también requiere elección racional y un carácter firme. Es difícil ser bueno porque es difícil encontrar el medio y la función de la educación es precisamente ayudar a alcanzarlo.

Libro III: Los pasos de la voluntad; la fortaleza y la templanza   

Este libro se divide en tres partes, la primera (capítulos 1-5) trata de la voluntad, la segunda (capítulos 6-9) sobre la fortaleza, y la tercera (capítulos 10-12) sobre la templanza.

La voluntad   

Aristóteles divide los actos del hombre en voluntarios e involuntarios. El acto involuntario se debe a un primer principio extrínseco al hombre, como la fuerza o la ignorancia. El acto no voluntario es un acto involuntario que no se lamenta. El acto voluntario se hace por el deseo… la virtud se aplica a cuanto conduce al fin e implica la responsabilidad del sujeto.

La fortaleza   

La fortaleza es el medio entre el temor y la confianza respecto a la muerte. La persona valiente actúa a pesar del temor pero no sin temor. El exceso de temor se llama cobardía, Y actúa con confianza pero sin exceso de confianza, que se llama precipitación… La característica fundamental de la verdadera fortaleza es que se basa en el carácter y no en el cálculo o en la preparación.

La templanza   

La templanza es el medio respecto a los placeres, especialmente los del tacto, la comida y el sexo, que tenemos en común con los animales no racionales. Hay placeres naturales y placeres del individuo: por ello, errar en los placeres naturales es siempre un exceso, mientras que errar en los placeres individuales no siempre es excesivo…

Libro IV: Algunas virtudes de riquezas, de espíritu y de vida   

El tema que afronta en este libro es el de las demás virtudes menos universales que la fortaleza y la templanza y muestra diversas situaciones en las que se puede encontrar un hombre. Entre estas virtudes están la generosidad y la magnificencia (que es la generosidad en niveles superiores por parte de quien la actúa, de las circunstancias y del objeto), la magnanimidad y la virtud que aplica la magnanimidad para con los inferiores, la ecuanimidad. También habla de algunas virtudes sobre la vida: el decir la verdad, el humor. Al final menciona la vergüenza, un sentimiento virtuoso que ayuda a los jóvenes a encontrar el medio en sus sentimientos.

Libro V: La justicia y las virtudes de carácter   

Afirma que la justicia es la virtud completa por cuanto refiere a otras personas, pues es más difícil ejercer la virtud con los demás que solamente consigo mismo. Así la virtud en general es justicia vista en relación con los demás.

Esta justicia es la justicia general. Existe también la justicia particular, que se divide asimismo en distributiva y transaccional, la distributiva que aplica una proporción geométrica entre varias cosas o personas; la transaccional que aplica una proporción aritmética. Luego, Aristóteles aplica esta distinción a la economía, y dice que la justicia es el medio entre cometer injusticia y sufrirla y consiste en la reciprocidad. Sin embargo, descubre que en este caso su fórmula de encontrar el medio no funciona igual que en las pasiones: el medio es la igualdad de la proporción

Trata luego de la relación entre la justicia y la ley, una relación necesaria para que el bien del otro se consiga, pues el hombre por sí mismo siempre busca el propio bien. Por ello, se necesita una ley. Aquí entra la política, pues existe una justicia natural que nadie puede transgredir y otra legal, que depende de las reglas adoptadas. La justicia legal se debe seguir una vez que se han aprobado las leyes

quien sufre alguna injusticia no lo puede hacer de modo voluntario. Asimismo, nadie puede hacer injusticia a sí mismo, por ejemplo, por medio del suicidio. La equidad supera la justicia en el sentido de corregir la ley en ciertos casos particulares, pues la regla universal no contempla cada situación particular.

Libro VI: Las virtudes intelectuales   

El libro sexto es quizás el más importante para entender la ética de Aristóteles, porque, como él mismo dijo al inicio de la obra, la verdad es el bien superior, y este capítulo trata de la facultad del hombre que consigue este bien, el entendimiento. Además, es el intelecto el que nos dice dónde está el medio debido para realizar los actos virtuosos…

…La prudencia es una virtud que permite descubrir el bien presente en una acción a realizar. Es la virtud intelectual del obrar humano, no solo en el sentido de obrar bien, sino de llegar a ser bueno por medio del obrar, pues ayudará a encontrar los mejores bienes humanos en relación con la acción. Las virtudes inferiores a la prudencia son: el deliberar bien, el juzgar bien, y el discernimiento.

Libro VII: El placer; la continencia y la incontinencia   

En este libro Aristóteles va un paso más adelante de Sócrates al distinguir entre el saber qué sería bueno hacer y estar dispuesto a hacerlo. La persona prudente no solamente sabe qué sería bueno hacer, sino que también está dispuesto, mientras que la persona incontinente sabe qué sería bueno hacer, pero no lo logra por indisposición

Libro VIII: La amistad en general   

El libro VIII está dedicado al tema de la amistad que define como un fenómeno universal y necesario a todo humano. Es más excelsa que la justicia porque puede existir sin ella. Pero no todos están de acuerdo sobre su naturaleza.

Se ama algo porque es bueno en sí, bueno para mí, o agradable. La amistad requiere ser el uno para el otro, requiere reciprocidad. Por tanto, el amor de amistad necesita que el amigo quiera al otro.

Libro IX: La amistad relativa a sus causas y a la felicidad   

Tras analizar la definición de la amistad, Aristóteles quiere mostrar sus características y el modo en que se relaciona con la ética. La amistad es recíproca, y lo que uno da el otro lo debe de pagar de alguna manera. La desigualdad y la decepción rompen las amistades y este efecto sirve para mostrar la raíz de la amistad.

El fundamento de la amistad es el amor verdadero a sí mismo. Cada hombre bueno es amigo de sí porque disfruta de su pasado y de su futuro, mientras que el malvado está en guerra constante dentro de sí, y entonces la amistad es difícil. Si alguien se ama a sí mismo, sabrá amar a los demás, y por eso puede comenzar una amistad…

Este amor a sí mismo tiene que ser verdadero. El falso amor de sí se llama egoísmo. El amor verdadero se encuentra en buscar el fin verdadero para el hombre, que es el intelecto, lo noble…Los amigos virtuosos son necesarios para la felicidad, pues el hombre es un "animal social", necesitado de otros seres humanos de quienes depende y con quienes puede compartir. Los amigos son el bien externo más grande para el hombre.

Libro X: El placer y la felicidad   

Aristóteles comienza el último libro retomando el tema del placer del libro siete, debido a la importancia que esta tiene en relación con la felicidad y su correcta definición. El placer es lo que completa una actividad como consecuencia, y no como si la actividad fuera el placer. Para obrar éticamente, para llegar a la verdadera felicidad, el placer tiene que regirse por la actividad característica del ser humano. Así, el hombre perverso encontrará placer en lo que no es un bien, mientras que el hombre bueno lo encontrará en el bien…

…la contemplación se logra en esta vida solamente con las virtudes.

Para llegar a formar el hábito necesario a esta felicidad, se necesita la educación, y esto requiere una legislación. Pero para formular leyes buenas, se requiere la experiencia. Por ello, hace falta estudiar la política y con esta invitación, Aristóteles concluye su obra.

Invitación al lector

Lo que hemos expuesto de mano de la profesora Zamudio requiere una lectura pausada, atenta, reflexiva… Lo que llama Aristóteles CONTEMPLACIÓN. Invito al lector a que vuelva a recorrer con el INTELECTO lo que ya ha leído. Hay que entenderlo y valorarlo. Estamos en los inicios de una doctrina sabia que estuvo muy presente en la elaboración de los grandes tratados de ética y moral que el cristianismo supo sabiamente “bautizar” por ser acordes con la Revelación Divina.

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