¿Católicos con ideas poco católicas?

A veces, es común escuchar entre católicos ideas y/o acciones que, por más vueltas que se le den, no cuadran con la fe (católica). Por ejemplo, la mezcla entre oración, espiritismo y signos zodiacales. O bien, posturas que incluso contradicen lo más elemental, generando confusión en torno a la Iglesia; sobre todo, entre aquellas personas que están pensando en unirse a ella. No podemos, por citar un caso, decirnos católicos y, al mismo tiempo, promover el aborto, olvidar el sufrimiento de los más pobres, menospreciar a la mujer o perder de vista el valor de la Misa. Son cosas básicas, pero como dice Bertolt Brecht (1898-1956): “qué tiempos serán los que vivimos, que hay que defender lo obvio”.  Para hacerlo, de forma propositiva, es necesario trabajar por crecer en dos direcciones: formación y coherencia. La primera, para poder estudiar y ampliar nuestro conocimiento teológico y filosófico de lo que verdaderamente enseña la Iglesia y la segunda para que, una vez conscientes de lo que implica ser católico, lo vivamos de forma coherente, al máximo y con buen humor.

Si tenemos alguna responsabilidad en la Iglesia. Pensemos, por ejemplo, en los maestros de religión, toca ser críticos pero dentro de lo que enseña la doctrina, porque va en la línea de una pastoral adecuada. Olvidarlo, hace daño, genera malestar y termina por disolver la fe de los que vienen llegando.

Algo que también nos pasa es que sacamos a Dios de contexto, diseñándolo a nuestra medida. Por eso, como decía un sacerdote agustino, constantemente tenemos que confrontar nuestra idea de Dios con el de la Biblia. Es decir, ver si lo que estamos tomando como cierto a nivel personal coincide con lo que Jesús dejó en los Evangelios.

Vale la pena conocer, leer y, sobre todo, vivir la fe, ayudando a los que están descubriéndola. De esa manera, todos creceremos, tanto en formación o cultura religiosa como en coherencia. Al final, esto es lo que convence.