Viernes, 19 de abril de 2024

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Americo Vespucio, el italiano que acabó dando nombre a un continente

por En cuerpo y alma

Retrato de un miembro de la familia Vespucio, identificado por algunos como Americo, por Giorgio Vasari
Retrato de un miembro de la familia Vespucio, identificado por algunos como Americo, por Giorgio Vasari

 

            Muere en 1512, por fechas como ésta, en Sevilla el navegante italiano por cuenta de la Corona de España, Américo Vespucio.

             Por uno de esos grandes errores de la historia, el desconocimiento de un cartógrafo alemán, convertido en este caso en una grave injusticia, el florentino acabará dando nombre desacertadamente a todo un continente, el descubierto por Colón y los Pinzones, continente que más bien debió haberse llamado Nueva España, Colombia, simplemente Nuevo Mundo o, por qué no, para ser del todo justos, Isabela.

             Es incierto lo que sobre Vespucio se sabe, porque todo procede de sus propias narraciones, no siempre consistentes, en la obra titulada “Novus Mundus”, del año 1503. Por no estar, ni siquiera está claro que sea efectivamente Americo Vespucio quien escribe la obra, y no se trate, en realidad, de un apócrifo.

             Algo sí nos revela, sin embargo, en su propio título el trabajo en cuestión: la sospecha cierta, cuando no convicción, de que para año tan temprano como 1503 son muchos ya los que creen o saben que no se ha llegado a Asia, sino que se han topado en medio con un Mundo Nuevo, aunque todavía no se conozca de él nada o casi nada. Póngase el lector en el contexto: ni siquiera un lustro antes, el 2 de agosto de 1498, durante su tercer viaje, Colón pisa finalmente suelo continental americano, cosa que hará en tierras venezolanas adentrándose por el río Orinoco.

             La conspiración de circunstancias que se han de producir para que el Nuevo Mundo acabe llamándose de forma tan extraña, hace que el libro en cuestión, el Novus Mundus, caiga en las manos de uno de los más importantes cartógrafos de la época, el lorenés Hans Waldsemüller (cuyo apellido por cierto viene a significar algo así como “molinero del lago de la selva”, lo que para provenir de la Selva Negra alemana tampoco es ni tan raro) el cual, en su obra "Universalis Cosmographia", publicada en 1507, realiza un mapa en el que el continente americano aparece ya regado por un mar en su costado oeste, continente al que llama “América”, para lo que aporta el siguiente argumento:

             “Y no veo nada que nos impida llamarla, razonablemente, tierra de Américo, por el nombre de su genial descubridor, o simplemente América, ya que también Europa y Asia han recibido su nombre de mujeres”.

             Y eso que encima de la denominación se lee “Castelle” (Castilla), y en la parte sur la expresión “Terra Vltra Incognita” (tierra más que desconocida).

 

Mapa de América por Hans Waldseemüller

 

             Como es natural, la representación de América sólo goza de alguna verosimilitud en su parte oriental, la costa atlántica, ya que el Pacífico aún tardará en descubrirse seis años, los que pasan hasta que en 1513 lo haga el español Vasco Núñez de Balboa, y más aún en conocerse en toda su extensión y en cartografiarse. A los efectos, no se olvide que hasta 1520 Fernando Magallanes no descubre el paso acuático al mismo, en el Estrecho de Magallanes. La costa pacífica se representa con trazos rectilíneos y las dimensiones americanas son absolutamente erradas. América aparece dividida en dos continentes separados por un estrecho. Cuba, llamada “Isabella” (y no Juana, como la había bautizado Colón), se dibuja ya como isla, al igual que en el mapa de Juan de la Cosa, visitable en el maravilloso Museo Naval de Madrid, siete años anterior.

             Del planisferio se harán un millar de ejemplares, fuente de muchos otros mapas, razón por la cual, el nombre de América obtendrá el éxito de todos conocido. Y ello aún a pesar de que sólo un año después, en 1508, el propio Waldsemüller elaborará otro mapa que publicará en 1513, el llamado “Terre Nove”, dedicado exclusivamente a América, y en el que la llama “Terra Incognita”, con una nota aclaratoria en la que afirma que “esta tierra y las islas adyacentes fueron descubiertas por el genovés Colón, por mandato del rey de Castilla”, y en la que ya no habla de Vespuccio.

             Historias como ésta y muchas más le cuento en mi último libro “Historia desconocida del Descubrimiento de América. En busca de la Nueva Ruta de la Seda”. Y las puede Vd. escuchar también en en nuestro programa de Radio María “Esta no es una Semana Cualquiera”.

             Que haga Vd. mucho bien y que no reciba menos.

 

 

            ©L.A.

            Si desea ponerse en contacto con el autor, puede hacerlo en encuerpoyalma@movistar.es. En Twitter  @LuisAntequeraB

 

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