Sábado, 04 de mayo de 2024

Religión en Libertad

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Martín Ibarra Benlloch es historiador y fue director del Archivo de Torreciudad de 1998 a 2021

Martín Ibarra, Torreciudad y los padres de San Josemaría (1)

por Victor in vínculis

¿TENÍAN DEVOCIÓN JOSÉ ESCRIVÁ Y DOLORES ALBÁS A LA VIRGEN DE TORRECIUDAD?

Las personas que conocen la biografía del fundador del Opus Dei o que han visitado el santuario de Torreciudad se preguntan, en ocasiones, el motivo por el cual los padres de san Josemaría pidieron su curación a la Virgen y acudieron al santuario más tarde.

[Ermita de Torreciudad]

Una epidemia en Barbastro. Hubo una epidemia en Barbastro, la ciudad natal de san Josemaría en otoño de 1904. Una de tantas, que causaban invariablemente una elevada mortalidad infantil. La de este año nos interesa porque conocemos que san Josemaría cayó gravemente enfermo, estando a punto de morir. La epidemia se desarrolló en los meses de noviembre y diciembre y cesó en enero de 1905. Sabemos por el informe de la Junta local de primera enseñanza que se trataba de sarampión. Murieron 30 niños en noviembre y 20 en diciembre.

[Panorámica de Barbastro. Ediciones Castillón]

San Josemaría estuvo muy grave. Muchos años después, su hermano Santiago recordará: «Sí, se lo oí contar a mis padres varias veces. Mi hermano tuvo una enfermedad infecciosa grave, y los médicos le habían desahuciado. Mi madre recurrió a la Virgen de Torreciudad. El niño se curó, de la noche a la mañana. En agradecimiento, mis padres peregrinaron a Torreciudad. […] Lo fácil habría sido ir a la Virgen del Pueyo, cercano a Barbastro. Pero era muy grande el favor que había hecho la Virgen, y ellos correspondieron con ese arranque generoso»[1]. Hay que decir que Santiago nació en Logroño en el año 1919 y quedó huérfano de padre a los cinco años. Sus recuerdos proceden casi exclusivamente de su madre, Dolores Albás y en menor medida de su hermana Carmen.

Adriana Corrales, amiga de los niños Escrivá, recordaba haber oído que la enfermedad de san Josemaría era la meningitis. Y es sabido que el sarampión puede degenerar en meningitis. Así que el pequeño Josemaría, que en ese momento tenía dos años, pudo padecer ambas enfermedades consecutivamente. El médico de cabecera de los Escrivá, Ignacio Camps Valdovinos visitó al pequeño Josemaría. Lo desahució; pero por tratarse del hijo de unos amigos llamó a otro médico, Santiago Gómez Lafarga. La cosa pintaba muy mal.

[San Josemaría, primera foto que se conserva]

¿Había devoción en las familias Albás y Escrivá? En algunas biografías sobre el fundador del Opus Dei se atribuye a doña Dolores Albás la iniciativa de rezar a la Virgen de Torreciudad por la curación. En otras se hace extensiva la oración a ambos. El hecho indudable es que el matrimonio Escrivá-Albás fue a Torreciudad a dar gracias por la curación de su hijo y a ofrecerlo a la Virgen. La pregunta es evidente: ¿Existía una devoción extendida en Barbastro a la Virgen de Torreciudad? ¿La tenían en la familia Albás, antes o después del matrimonio de Dolores con José Escrivá en septiembre de 1898? Es bien conocida la devoción que sentía esta familia por la advocación vecina de El Pueyo. Por el contrario, no se conoce nada en relación a Torreciudad. Aunque un hermano de doña Dolores, Vicente, fue destinado en 1900 a la parroquia de Olvena.

 

[La villa de Fonz]

¿Y en la familia paterna? José Escrivá Corzán nació en Fonz el 15 de octubre de 1867. Permaneció allí hasta su marcha a Barbastro como dependiente de comercio quizás en 1887, aunque no está documentado hasta 1892. Su contacto con Fonz, que se encontraba a siete kilómetros cruzando el río Cinca, fue constante. De casado, la familia solía acudir a pasar muchas semanas, sobre todo en verano. Está documentada de antaño la devoción que sentían los foncenses a la Virgen de Torreciudad -igual que otros muchos pueblos de esa orilla del Cinca-. Tanto es así, que desde el ayuntamiento se organizaba la romería anual a la ermita de Torreciudad en la segunda mitad del siglo XIX. Así que podemos imaginar con gran probabilidad de acierto que José Escrivá había ido en diferentes ocasiones como peregrino a esta ermita. De hecho, cuando se decidan a acudir a agradecer a la Virgen la curación de su hijo irá el matrimonio solo. En otras ocasiones iban varios o buscaban un guía, para no perderse. En esta ocasión no fue así.

 

[1]Entrevista a S. Escrivá de Balaguer y Albás, por Santiago Álvarez, Palabra, V-1992, p. 13.

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