Domingo, 05 de mayo de 2024

Religión en Libertad

Blog

Las felicitaciones navideñas

por Antonio Gil

En 1223, en Graccio (Italia), san Francisco de Asís decidió celebrar con la mayor solemnidad posible el recuerdo del Nacimiento de Jesús, con el fin de aumentar la devoción de los pobladores. Hizo preparar un pesebre, consiguió algo de heno y trajo un asno y un buey. Los hombres, llenos de piedad, frente al pesebre, derramaban lágrimas y desbordaban alegría. La misa se celebró utilizando el pesebre como altar.San Francisco relató al pueblo reunido el Nacimiento de un rey pobre al que llamó cariñosamente Niño de Belén.

El señor Juan de Greccio, caballero virtuoso y leal, que habia abandonado las armas por amor a Cristo, afirmó que él habia visto a un niño muy hermoso que descansaba en la cuna y que pareció despertar cuando el padre Francisco lo tomó en sus brazos. El Niño Jesús, efectivamente, estaba dormido por estar olvidado en muchos corazones y a través de su siervo Francisco se despertó su recuerdo y se imprimió en su memoria.

Comenzó entonces la tradición de los belenes, de los nacimientos, que continúan brotando en templos, hogares y centros públicos, para conmemorar así la Gran Noticia de todos los tiempos. Y en el siglo XV comenzaron a cantarse los villancicos -en castellano, la palabra "villancico" deriva del término "canción de villa"-, especialmente por los campos y pueblos de Castilla. El villancico más conocido es "Noche de paz", compuesto por un sacerdote austríaco, párroco de un pequeño pueblo de los Alpes, Joseph Mohr, cantado por primera vez en la Navidad de 1818. Y luego, en el siglo XX, las felicitaciones navideñas, que llegan puntualmente como un recuerdo, como un abrazo, como una suave brisa de amor y de esperanza.

Sobre la mesa, brillan especialmente, la del obispo de la Diócesis, monseñor Demetrio Fernández, dirigida a sus sacerdotes y diocesanos: "Con el deseo de que María ponga a su Doncel en tus brazos en esta Santa Navidad"; la de monseñor Juan José Aguirre, obispo de Bangassou: "Aquí, en Zemio, al menos por un día, habrá zafarrancho de amor en lugar de lucha por la supervivencia"; la de las Clarisas Capuchinas, de nuestra capital, con unas palabras de su fundadora: "¡Oh admirable humildad, oh asombrosa pobreza: el rey de los ángeles, el señor de cielo y tierra, reclinado en un pesebre!". Las felicitaciones de los buenos amigos, -no falta la del sacerdote Manolo Cociña, desde tierras granadinas-, con unas palabras de san Josemaría: "Jesús, creciendo y viviendo como uno de nosotros, nos revela que la existencia humana, el quehacer corriente y ordinario, tiene un sentido divino", y la de personas sencillas, corrientes, que nos ofrecen su recuerdo y su cariño, junto al portal de Belén.

"Te diré mi amor, Rey mío, en la quietud de la tarde, cuando se cierran los ojos y los corazones se abren, ¡oh Dios del amor más grande!", susurra el himno de Vísperas en Navidad.
Comentarios
5€ Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
10€ Gracias a tu donativo habrá personas que podrán conocer a Dios
50€ Con tu ayuda podremos llevar esperanza a las periferias digitales
Otra cantidad Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Tu donativo es vital para mantener Religión en Libertad
Si prefieres, contacta con nosotros en el 680 30 39 15 de lunes a viernes de 9:00h a 15:30h
Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter

¡No te pierdas las mejores historias de hoy!

Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter diaria

REL te recomienda