Jueves, 28 de marzo de 2024

Religión en Libertad

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Málaga, 11 y 12 de mayo de 1931

por Victor in vínculis

Se conoce como quema de conventos a la ola de violencia anticlerical contra edificios e instituciones de la Iglesia Católica, ocurrida entre los días 10 y 13 de mayo de 1931 en España, pocas semanas después de haberse proclamado la Segunda República.
Los disturbios comenzaron en Madrid durante la inauguración del Círculo Monárquico de la calle de Alcalá y rápidamente se extendieron por otras ciudades del sur y el levante peninsular. Alrededor de cien edificios religiosos ardieron total o parcialmente aquellos días, se destruyeron objetos del patrimonio artístico y litúrgico, se profanaron algunos cementerios de conventos, y varias personas murieron y otras resultaron heridas. 
MÁLAGA, UNO DE LOS LUGARES MÁS CASTIGADOS
En Málaga la quema de conventos estuvo precedida por un intento de incendio del Palacio del Obispo en 1930 y varios sucesos el mismo día de la proclamación de la República el 14 de abril con el asalto a la sede del diario “La Unión Mercantil” y un intento de asaltar la residencia de la Compañía de Jesús y el Seminario al día siguiente.
Cuando llegaron a la ciudad las noticias de los sucesos de Madrid, las turbas de incontrolados se echaron a la calle por la noche y comenzaron los asaltos a la Residencia de los Jesuitas y el Palacio del Obispo. Los incidentes se prolongaron durante la madrugada y todo el día 12.
Un periodista subido en su coche por la carretera de Colmenar, describió la ciudad: “El panorama que desde allí presenciamos no se borrará fácilmente de nuestra retina. Era verdaderamente aterrador, dantesco, producía escalofríos en el cuerpo y una intensa amargura en el espíritu. La ciudad estaba silenciosa y tétrica. El cielo veíase rojo, negras columnas de humo hacia él ascendían. Era el resplandor de las tremendas hogueras, que desde diversos sitios de la capital, elevaban hacia el infinito sus llamas intensas”.
Cuando se declaró el estado de guerra, que no logró contener a los saqueadores, se constituyó una Guardia Cívica con militantes republicanos y socialistas y la CNT, que publicó un manifiesto pacificador.
Existen dudas razonables sobre la actitud y acciones del, por entonces, recientemente nombrado por el gobierno republicano, general José Gómez Caminero, gobernador militar de Málaga, que incluso pudo ser condescendiente para con las masas incendiarias de iglesias. El citado gobernador militar no sólo no reprimió a las masas anticlericales, anarquistas y a los radicales de izquierda pirómanos, sino que mandó retirar las fuerzas de la Guardia Civil durante los disturbios, y envió un telegrama a Azaña con el siguiente contenido: “Ha comenzado el incendio de iglesias. Mañana continuará”. Dicho gobernador militar fue destituido a los pocos días, para al poco tiempo ser ascendido a General de División y posteriormente nombrado General Inspector del Ejército.
Málaga fue la ciudad española más afectada durante estos trágicos sucesos, y buena parte de su patrimonio religioso, artístico, cultural e histórico fue destruido para siempre. No solo la destrucción o semidestrucción de edificios, sino las pérdidas de archivos históricos inapreciables, piezas de orfebrería, ricos bordados, imágenes de incalculable valor, antiquísimas pinturas, bibliotecas, etc. serían de inviable cuantificación, y lo que es peor, imposibles de recuperar.
Entre las numerosas obras que fueron pasto de las llamas destacan las magníficas esculturas del “Cristo de la Buena Muerte” y la “Virgen de Belén” de la Iglesia de Santo Domingo, dos paradigmas del barroco español, ambas obras del imaginero Pedro de Mena, y de Fernando Ortiz, la imagen de “Jesús orando en el Huerto”, que era una espléndida escultura de talla completa, y la “Urna con el Cristo yacente” del antiguo Santo Sepulcro de la Iglesia de San Agustín, así como la imagen del Nazareno, conocido como “El Chiquito” de la Hermandad perchelera de la Misericordia, también del escultor Pedro de Mena, que fue quemado en una hoguera en la Plaza de la Merced.
LA VIRGEN DE LA VICTORIA
Durante los desórdenes de 1931, es bien sabido que el santuario de la Victoria no sufrió daño alguno. La proximidad de Hospital Militar, instalado en el antiguo convento de los mínimos, y la eficaz intervención de su director José Mañas Bernabeu, disuadió a las turbas que, no obstante, se cebaron con la vecina iglesia de San Lázaro. Pese a esta relativa protección castrense, las autoridades religiosas, dada la incertidumbre que siguió a estos hechos, creyeron oportuno retirar la imagen del culto, siendo finalmente acogida en la Catedral. De esta forma, la Virgen estuvo hospedada por unos particulares, hasta que en el verano de 1931, serenados los ánimos, se decidió exponerla de nuevo. El hecho de que fuera en la Catedral, y no el Santuario, se debió sin duda a las garantías de seguridad a las que se comprometió la autoridad con respecto al primer templo de la diócesis. La Virgen permaneció en este lugar durante todo el periodo republicano. Fue por entonces cuando, por iniciativa del erudito Juan Temboruy, se le despojó de todos sus atavíos y prendas, presentándola en la realidad de su magnífica talla.
En un suplemento del “Boletín Oficial del Obispado” de Málaga impreso en 1931, podemos leer el siguiente informe:
IGLESIAS Y CONVENTOS INCENDIADOS
EDIFICIOS: El Palacio Episcopal, del que sólo quedaron los muros calcinados.
PARROQUIAS: Nuestra Señora de la Merced, San Felipe Neri, San Pablo (a la izquierda), Santos Mártires y Santo Domingo.

CONVENTOS E IGLESIAS: Sagrado Corazón de Jesús (Jesuitas), San Agustín (Colegio de Agustinos), Barcenillas (Colegio de la Asunción), Ángel (Monjas Dominicas), sobre estas líneas, foto de la derecha, San José de la Montaña (Colegio), Carmelitas Descalzas; Capuchinas; Hermanas de la Cruz, Hermanos Maristas (Colegio), Zamarrilla,  Aurora María y Puerto de la Torre.
Hay que hacer constar, que el fuego ha consumido todo el archivo de la diócesis, que se remontaba a cuatro siglos, la curia y todas las oficinas con todos los expedientes en tramitación y tramitados.
Iglesias devastadas y conventos saqueados
PARROQUIAS: Nuestra Señora del Carmen, San Juan, Santiago, Nuestra Señora de las Angustias y San Patricio.
CONVENTOS E IGLESIAS: San Manuel (Asilo, Colegio y Casa Cuna), San Lázaro, Catalinas (Dominicas), Reparadoras, San José, Concepción (Colegio), San Bernardo (Convento), Encarnación (Convento), Servicio Doméstico (Colegio), Esperanza, Sagrada Familia (Colegio), Adoratrices (Asilo), Mercedarias (Convento y Colegio), Cruz del Molinillo, San Carlos (Asilo y Colegio), Terciarias Franciscanas, San Pedro y Santísima Trinidad (Convento).
Han sido quemados todos los archivos parroquiales a excepción de los del Sagrario y Santiago.
En los pueblos
Se recibieron noticias de saqueos de iglesias parroquiales, profanaciones y quema de imágenes en Alozaina, Pizarra, Fuengirola, Los Boliches, Chilches, Benajarafe, Churriana, Alhaurín de la Torre, Torremolinos, Campanillas, Bobadilla (estación), Ermita de San José de Olías, Verdiales, Rincón de la Victoria, La Cala del Moral Totalán, Comares, Benalmadena y Casa de religiosas de Churriana, además de algunas capillas particulares, saqueos y devastaciones de varias casas parroquiales y la propiedad privada del párroco de Torremolinos, que fue saqueada e incendiada.
Profanaciones. Ni puede contarse por el número, ni describirse por lo satánicas.
1º. Sacrilegios con la Sagrada Eucaristía en la iglesia parroquial de la Merced y en otros templos.
2º. Quema en pilas de imágenes, después de ser arrastradas por la ciudad, golpeadas y acuchilladas… Y si el número de imágenes destruidas causa asombro por la cantidad, en cuanto a la calidad basta saber que han sido las mejores obras de Mena, su famoso Cristo, único en el mundo, la Virgen de Belén de Santo Domingo, la Dolorosa de san Pablo y Lágrimas de los Mártires, Santa Ana de la iglesia de san Felipe Neri, que figuró en la última exposición de Sevilla y otras notabilísimas por su arte y su historia.
3º. Profanación de Cálices y Copones en plena calle.
4º. Profanación de ornamentos sagrados en público.
5º. Profanación y violación de cementerios y sepulturas; cementerios como el de las Religiosas de la Asunción; sepulturas como en el convento de las Capuchinas y en la iglesia de San Pablo; además en las iglesias parroquiales de San Juan, San Felipe, Ntra. Sra. de la Merced y en el convento de las Carmelitas y otras iglesias más.
6º. Destrozo de todos los retablos y sagrarios; algunos de éstos, como el de San Juan, de valor artístico incalculable.
Saqueos
1º. El del Palacio Episcopal y todas las iglesias y conventos antes mencionados.
2º. El de ropas, enseres y muebles de uso particular y propiedad privada de los alumnos instalados como internos en los colegios religiosos (San Agustín, Esclavas, Barcenillas y San Manuel).
3º. El de casas particulares de los capellanes que tenían su vivienda adosada a los conventos, como el de Capuchinas, Carmelitas, Ángel, San Manuel y Catalinas.
4º. Saqueo y robo de las casas particulares de los párrocos de Santo Domingo, Mártires, San Juan, San Pablo, Merced, San Patricio, Ntra. Sra. del Carmen, Torremolinos, Campanillas, Churriana.
5º. Saqueo y robo de todas las viviendas de los porteros y servidores de los conventos e iglesias, los cuales han quedado en la máxima indigencia.
Las circunstancias con que se realizaron estos actos, fueron en verdad horrorosas.
1º. Todos aquellos actos fueron llevados al cabo a toque de campana, quedando estas profanadas por haberlas usado para tañer a orgias y sacrilegios; y para que de esta suerte tuvieran su máxima solemnidad satánica.
2º. Toda la luz eléctrica de retablos era encendida para que ya que el solo no lucía, la luz artificial diese esplendidez a las diabólicas ceremonias.
3º. La duración de los actos en la capital, fue poco más o menos desde las diez de la noche del lunes 11, a las seis de la tarde del martes 12; pero siguieron los saqueos y rapiñas en algunos sitios.
4º. La más importante circunstancia ha sido que la turba fue la dueña absoluta de la calle, cometiendo todos sus desmanes y salvajismos con plena impunidad.
Estado actual
El culto restringido a muy pocas iglesias que quedaron indemnes, las parroquias sin archivos ni dependencias, religiosos sin casa, las vírgenes del Señor dispersas, las campanas mudas, dando la impresión pública del culto muerto o perseguido, un ambiente moral de miedo y de inacción, sin ver en el horizonte un punto de esperanza, de aliento o de mejoras, y el buenísimo Pastor alejado de su grey, por la brutal amenaza de los desalmados, dispuestos a incendiar la casa donde se hospede.
Joyas artísticas destruidas y robadas
Vamos a poner una relación muy ligera de las joyas artísticas más salientes que el nuevo vandalismo quemó, destruyó o robó.
EN EL PALACIO EPISCOPAL
Magnífico artesonado del siglo XV en la capilla; sillería de coro estilo barroco, siglo XVII, procedente del antiguo convento de Santo Domingo; imagen del Salvador, figura románica de precio inestimable, regalada a la diócesis por el Infante don Fernando de Antequera; bellísimas imágenes de la Inmaculada y San José del siglo XVII; un cuadro de Van Dick de la Virgen con el Niño, de un metro y medio de alto, de inapreciable valor; bandejas y lámparas de plata repujada; sagrario de bronce y plata repujada muy artístico; retablo de madera tallada de gran precio; cuadro de 3x2 metros de Santa Rosalía, autor Niño de Guevara, propiedad de Francisco Fresneda; importantísimos documentos del archivo diocesano desde la Reconquista de Málaga, el cual fue todo incendiado; gran parte de la biblioteca episcopal, desapareciendo con ella muchos y raros ejemplares.
EN SANTO DOMINGO
El famoso Cristo de Pedro de Mena, único en el mundo, valorado en un millón cien mil pesetas, que un Obispo de Málaga no quiso vender a unos extranjeros; Virgen de Belén, soberbio medallón, la mejor obra según los críticos del mismo Mena; la Magdalena, ángeles lampadarios y el retablo de la Virgen de Belén, obras todas del mismo autor; San Miguel y el Cristo de la Columna, esculturas del siglo XVII; Virgen del Pozo del siglo XV; Cristo de las Cabrillas del XVI, y otras esculturas, relieves y retablos de indiscutible valor artístico; un retrato del Obispo Alonso de Santo Tomás, lienzo de Niño de Guevara; otro lienzo de la Asunción firmado por Francisco Pacheco; otro lienzo de la escuela de Alonso Cano; zócalos del siglo XVII; artesonado mudéjar.
PARROQUIA DE SANTIAGO
Cuatro bustos de santos jesuitas de Pedro de Mena; San Juan de Dios del mismo; lienzo de la Virgen del Pilar de Niño Guevara; otro de Santiago, su autor Miguel Manrique; Cristo de la Moneda y la Adoración de los Reyes del mismo autor anterior y cuatro lienzos de la Escuela Granadina del siglo XVII.
SAN AGUSTÍN
Dolorosa de Pedro de Mena; Cristo difunto, escultura de Fernando Ortiz; Virgen de Valbanera, escultura castellana del siglo XVII; la Concepción y San Agustín, dos lienzo de Niño Guevara; otro de Miguel Manrique y el retablo mayor, obra de Martín Aldehuela.
PARROQUIA DE LOS MÁRTIRES
Virgen de las Lágrimas y San Pedro Alcántara, de Pedro Mena; Jesús en el Huerto, escultura de Pedro Ortiz; varias esculturas, estilo Duque Cornejo; dos lienzos de la vida de San Francisco, de Niño Guevara; y otro de Jesús difunto del siglo XVII.
PARROQUIA DE SAN FELIPE NERI
Cuatro esculturas de Pedro de Mena, a saber: La Dolorosa de los Servitas, Santa Ana, San José y San Joaquín; cuatro lienzos de Miguel Manrique.
PARROQUIA DE SAN JUAN
Tres esculturas de Jesucristo del siglo XVII; una Purísima del mismo siglo policromada, escuela granadina; san Juan Bautista, escuela de Alonso Cano; Virgen de la Antigua del siglo XVI; un lienzo de la Virgen del Rosario atribuido a Murillo; otro de San Ildefonso, influencia italiana del siglo XVII; cinco más, escuela Valdés Leal.
PARROQUIA DEL CARMEN
Cristo de la Misericordia, de Pedro de Mena; Ecce Homo y Dolorosa de la escuela del mismo; la capilla del Sagrario que toda ella era joya de portentosa ornamentación, con un sin número de ricas esculturas; el soberbio retablo del altar mayor, de ágata.
SAN PEDRO
Varias esculturas de Mena y dos retratos, uno de ellos de Niño de Guevara.
PARROQUIA DE LA MERCED
Varias esculturas del siglo XVII; Piedad, de Francisco Palma; una Concepción, tipo de Gregorio Hernández y un lienzo de la Virgen de Miguel Manrique.
En las cuatro fotos: la parroquia de la Merced, antes del incendio y durante el incendio.

En las otras dos, imagen del altar mayor antes del incendio y el interior tras la quema del templo.



SAN PABLO
La incomparable Soledad de Pedro de Mena, quemada en el río Guadalmedina.
IGLESIA DE SAN JOSÉ
Don lienzos, uno de Miguel Manrique
CONVENTO DE CARMELITAS
Dolorosa de Pedro de Mena y manuscritos del siglo XVI de valor artístico y literario. En todas partes infinidad de ornamentos, cálices, orfebrería, encajes, bordados; verdaderos museos artísticos.
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