Jueves, 28 de marzo de 2024

Religión en Libertad

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En el segundo período republicano

por Victor in vínculis

Josep Gassiot Magret en su obra “Apuntes para el estudio de la persecución religiosa en España” continúa con este nuevo capítulo.
Acentuados los antagonismos entre los parlamentarios socialistas y republicanos, fue necesario convocar nuevas elecciones, que se celebraron el 19 de noviembre de 1933. De ellas salieron elegidos: 98 diputados socialistas y de izquierda republicana, contra 212 diputados de distintos partidos de derecha y 102 radicales y otros 61 de varios grupos de centro.

El Beato Narciso de Estenaga y Echevarría, obispo-prior de Ciudad Real, ejerciendo su derecho a voto en las elecciones de 1933.
Don Alejandro Lerroux, con el partido que acaudillaba, representaba la fuerza decisiva en el nuevo Parlamento, y advirtió que tan sólo admitiría la colaboración personal de quienes entraran en la órbita de la legalidad republicana. Quiso siempre mantener todas las disposiciones complementarias de la Constitución, o sea la integridad del laicismo. En cambio se mostró dispuesto a encauzar una revisión de la Constitución y a no intensificar la persecución religiosa. Por ello, muchos elementos de la derecha se decidieron a prestarle apoyo, aceptando la República como forma de gobierno y con la esperanza de conseguir una rectificación en materia religiosa. En cierta ocasión dijo Lerroux:
Deseamos convivir con nuestros aliados; si gobiernan les prestaremos colaboración leal. Nunca será motivo de ruptura la diferencia religiosa. Lo que me interesa es la legalidad republicaba. Si son creyentes habrán de ser tolerantes; si burgueses, amantes de la justicia. Nuestro partido es de centro. Queremos que sea un partido republicano de la política nacional”.
Y en otra ocasión, al formar Gobierno con la fuerza que dirigía Gil Robles, añadió:
Ha querido el destino que quien no tuvo sino una línea recta en la defensa de sus ideales, al término de su vida tenga que convivir con elementos que están distanciados de aquéllos. ¿Esto es un sacrificio? Pues sí lo es, es un nuevo servicio que ofrezco a la Patria y a la República”.
Las derechas, representadas por Gil Robles, manifestaron estar dispuestas a dar todas las facilidades para la formación y vida decorosa de un Gobierno de centro que supiera recoger la tendencia manifestada de un modo arrollador por las pasadas elecciones, de rectificación de la anterior política sectaria y socializante.
Pero las izquierdas, desde un principio, se mostraron en una oposición irreductible y provocativa de una guerra civil.
Antes de las elecciones los anarquistas sindicalistas, o sea A.I.T., C.N.T., F.A.I., publicaron órdenes terminantes: “Obreros, no votad; ni a la izquierda. Todos los partidos y todos los políticos representan y defienden la tiranía del Estado”. “Nosotros no vamos a las elecciones, sino a la revolución para implantar el comunismo libertario; obreros, preparad las bombas y pistolas”.
Indalecio Prieto, de la U.G.T., declaró:
Fuimos a las fórmulas del artículo 26 de la Constitución por transacción; hoy reclamamos nuestra libertad absoluta para acentuar y radicalizar las leyes laicas”.
Añadía:
Vencer el día 19 en las urnas; si somos derrotados, a vencer el día 20 en las calles al grito de ¡Viva la Revolución social!
Largo Caballero, del partido socialista, manifestó:
“El comunismo es la evolución natural del Socialismo. Si no nos dejan, iremos a la guerra civil”.
Y Azaña expresaba:
Contra la tiranía todo es lícito y ninguna ley obliga. Para nosotros la República es un instrumento de guerra”.
Pasadas ya las elecciones del 19 de noviembre de 1933, dijo “El Socialista”:
En esta lucha electoral ha naufragado la República burguesa… El régimen republicano no nos sirve. Creemos con Lenin que la República democrática es la forma más adecuada para el capitalismo”.


 
El cardenal Eustaquio Ilundain y Esteban, arzobispo de Sevilla hace cola junto a su secretario durante las elecciones de 1933
Dadas estas clases de manifestaciones y propagandas, que se fueron repitiendo con insistencia, ya se puede comprender que el segundo período de la República fuese la preparación para la Guerra Civil, y suponiendo sinceras las disposiciones de Lerroux para una pacificación y consolidación de la legalidad existente, sus intentos y equilibrios fracasaron en absoluto.
Así, el mismo día 8 de diciembre de 1933, en que se constituyó el nuevo Parlamento, estalló un movimiento revolucionario; en algunos pueblos fue proclamado el comunismo libertario y en varios se quemaron iglesias. Se hizo descarrilar un tren, lo que produjo 18 muertos y numerosos heridos. Afortunadamente, a los pocos días quedó dominada la revuelta; mas a pesar del fracaso revolucionario, insistió Largo Caballero “en que en la conciencia de la clase trabajadora había que dejar grabado que, para lograr el triunfo, era preciso luchar en las calles con la burguesía”.
Con motivo de las elecciones municipales, celebradas en Cataluña el 14 de enero de 1934, dijo Marcelino Domingo:
Las izquierdas que aquí inician el Frente Unido quieren a todo trance reconquistar el Poder para continuar la obra revolucionaria, social y económica que no se les ha dejado que realicen. Si los caminos legales nos quedan obstruidos, cerrados y prostituidos, nosotros nos lanzaremos a conquistar el Poder por la fuerza”.
Pero no todo eran frases. Dencás, Consejero de la Generalidad de Cataluña, explicó cómo había procedido al desarme de los Somatenes y adquirido armamento para hacer la revolución; cómo enviaron emisarios a diferentes países de Europa para adquirir armas y municiones y como recibieron diversas ofertas.
…El día 14 de septiembre de 1934 fue practicado un registro en la Casa del Pueblo de Madrid, siendo ocupaba una gran cantidad de armas y municiones. En la Ciudad Lineal, en el domicilio del ex diputado socialista Gabriel Morón, se descubrió un laboratorio de bombas. En terrenos de la Ciudad Universitaria, la Guardia Civil sorprendió un camión que estaba descargando armas y municiones, el 19 de septiembre, y después de ser incautada por orden del Gobierno la fábrica de torpedos de Cádiz se encontraron también cajas de blindaje de acero con peso de diez toneladas consignadas al señor Echevarría...
El día 23 de septiembre de 1934 el Gobierno declaró el estado de alarma en todo el país y dio órdenes para efectuar registros en los centros marxistas, anarquistas y al mismo Ateneo de Madrid, haciéndose con importantes documentos revolucionarios…
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