Jueves, 28 de marzo de 2024

Religión en Libertad

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Tengo un plan para Vd., Sr. Rajoy. Hoy a las 13:00 hs.

por Luis Antequera

 
            Seguro que no tiene Vd. nada mejor que hacer. Es hoy a las 13:00 hs. Convocada por las víctimas, las víctimas del terrorismo, los mejores españoles. En la Plaza de la República Dominicana. Una más, como tantas otras plazas y calles en Madrid, como tantas otras plazas y calles en toda España, manchada de la sangre de esos mártires de la patria y de la libertad que son nuestras denostadas víctimas, en nombre de las cuales todos hacen cola para perdonar, tratando groseramente de hurtárselo a ellas, que son las únicas que tienen el derecho -¡y la potestad!- de hacerlo o de no hacerlo.
 
            Además Sr. Rajoy, estamos en plena campaña electoral. Déjese Vd. ver al lado de los mejores españoles, de los que han entregado lo más valioso que tenían por España, por la libertad, por la democracia que hace posible que Vd. pueda presentarse a estas elecciones y probablemente ganarlas y convertirse en el próximo Presidente del Gobierno español. Si acude Vd, Sr. Rajoy, se va a ganar además sonoros aplausos, se va a ver tratado como en pocos otros sitios le tratarán a Vd., porque las víctimas son generosas y acogen como nadie a cuantos quieren acompañarlas.
 
            Le voy a decir más, Sr, Rajoy, la basca tiene muchas ganas de verle por ahí. Quizás precisamente por no haber visto nunca al que, según todo apunta, será su predecesor, un hombre al que en esta ocasión prefiero no calificar, que les ha dado la espalda y las ha humillado de todas las maneras imaginables, permitiéndose hasta cachondearse de ellas el desafortunado día en el que les contó lo triste que se hallaba, él también, por la pérdida de su abuelito, muerto veinticuatro años antes de nacer él. Cosa que le relataba a una persona que había perdido, ella misma, las dos piernas; a cuya hija la habían mutilado un brazo, una pierna y tres dedos; y que fue compañera de atentado de otros dos mutilados y de uno que todavía, fíjese Vd., corrió peor suerte, porque lo que perdió es la vida, es decir, todo. Y todos los cuales, como cualquier otro español, no tenían, además, menos daños que lamentar en la misma Guerra Civil. Que un millón de muertos da para muchos deudos, ¿no le parece a Vd., Sr. Rajoy?
 
            Pero es que además Sr. Rajoy, si no recurre Vd. a las víctimas, ¿a quién va Vd. a recurrir? ¿Se da Vd. cuenta de que lo de la crisis económica va a ser prácticamente el menor de los problemas al que se va a tener que enfrentar Vd. durante su mandato? ¿Se da Vd. cuenta de que hereda Vd. una España descompuesta gracias a siete años de zapaterismo (que hay que ser España para no haber sucumbido ya), con dos regiones sublevadas que han puesto fecha a la consumación de la felonía, y que esas fechas coinciden de lleno con lo que normalmente debe durar su legislatura? ¿Se da Vd. cuenta de lo que eventos como los que se van a presentar a Vd. en su legislatura dan para mucho, no sólo ya en términos de crisis moral y de identidad, sino también en términos de crisis económica, de ruina y de miseria? ¿Se da Vd. cuenta de que va a tener Vd. que reconstruir un discurso imposible, a contracorriente de todo lo realizado hasta la fecha, el famoso y malhadado “con violencia nada [por otro lado falso porque es mucho lo que la violencia ha conseguido en España] sin violencia todo”? ¿Se da Vd. cuenta de que abordamos ahora ese escenario supuestamente “sin violencia” en el que todo cabe sobre la mesa sin que “los buenos” hayamos sido capaces de articular el menor discurso de respuesta? ¿Qué discurso va Vd. a reconstruir, si renuncia a utilizar el más fácil de todos, el que con más entrega y generosidad le va a ser dado a Vd., que no es otro que el sacrificio de las víctimas? ¿A quién va a recurrir Vd. si le falla ahora a las víctimas?
 
            Piénselo Vd. Sr. Rajoy. Comete Vd. un grave error si este mediodía le da Vd. la espalda a las víctimas. Estas se lo perdonarán, estoy seguro ¡han perdonado tanto ya (¡y que aún tengan que oír hablar de su poca generosidad!). Pero puede que otros españoles no sean tan generosos, ahora que todos hablamos del perdón. Y desde luego, no le quepa a Vd. duda de una cosa: los malos “le van a oler el miedo”.
 
 
            ©L.A.
            encuerpoyalma@movistar.es
 
 
 
 
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