Jueves, 28 de marzo de 2024

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Tarde del 19 de octubre, Mas Claret en Sant Pere dels Arquells

por Jorge López Teulón

Entre los 273 mártires de la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (misioneros claretianos), recordamos hoy a los 18 que fueron sacrificados en la finca Mas Claret, después de pasar tres meses arrestados en su propia casa. Su causa de beatificación está incluida en un proceso que se presentó en el año 2001 que reúne a 109 mártires de varias causas agrupadas con el título de Siervo de Dios Mateu Casals Mas, Teófilo Casajús Alduán, Ferran Saperas Aluja y 106 compañeros mártires claretianos de Barcelona, Lleida y Valencia.
Primero podéis ver este video en donde los claretianos, en menos de 10 minutos, presentan de forma magistral la historia de este día.
 


La Comunidad de Cervera
Mas Claret es una finca, situada a 7 kilómetros de Cervera (Lleida), que fue adquirida por la Comunidad Claretiana de Cervera hacia los años 1920 para atender las necesidades primarias de sus individuos, especialmente para los enfermos.
 
El día 21 de julio de 1936 la numerosa Comunidad de Cervera fue obligada a abandonar el edificio en una hora. Muchos de sus moradores fueron trasladados en autobuses hasta Torá y de allí al convento de Mercedarios de San Ramón, donde estuvieron hasta el día 23 por la mañana.
Algunos encontraron refugio en algunas familias conocidas. Otros, la mayoría, se dirigieron andando hasta los bosques cercanos de Mas Claret. Allí pasaron la noche del 23 al 24.
El día 24 por la mañana se reunieron en la capilla de Mas Claret. Los superiores hicieron dos listas que formaban los dos grupos que aquella misma tarde partieron buscando otros refugios, para descongestionar el Mas Claret.
Uno de los estudiantes supervivientes, el P. Manuel Ramírez, recuerda que “el P. Felipe Calvo, en funciones de superior, antes de despedirles pronunció una sentida plática, enfervorizándonos para el martirio, después de la cual pasamos todos a besar el Santo Crucifijo, jurando fidelidad con gran emoción. Fuera ya de la capilla de la finca, nos despedimos mutuamente. Recuerdo en particular que me despedí del estudiante Onésimo Agorreta, con el cual hicimos el contrato de que quien primero llegara al cielo rogaría por la fidelidad del otro”.
Los que se quedaron en Mas Claret pasaron por tres meses de duro trabajo, de convivencia fraterna, de sólida piedad y de abandono total en la divina Providencia, ante la imposibilidad de una huída. En la Comunidad había ancianos y enfermos, a los que los jóvenes jamás quisieron abandonar. Llevados de esta caridad, decidieron ir todos juntos al martirio si llegaba el momento. Y así fue el 19 de octubre de 1936. Pero antes tuvieron que vencer muchas y gravísimas tentaciones contra la fe que profesaban, y contra su castidad cristiana y religiosa, sin que nadie desfalleciera a pesar de los continuos asaltos.


Los que formaron el grupo de Mas Claret fueron los siguientes:
 
Siervo de Dios Manuel Font y Font, sacerdote profeso.
Nació el 13 de junio de 1878, en Torrebeses (Lleida).
Siervo de Dios Josep Ribé Coma, sacerdote profeso.
Nació el 28 de octubre en 1893, en Centelles (Barcelona).
 



Siervo de Dios Julio Leache Labiano, sacerdote profeso.
Nació el 20 de diciembre de 1908 en Monreal (Navarra).

Siervo de Dios Francisco Simón Pérez
, clérigo profeso.
Nació el 29 de enero de 1916 en Murchante (Navarra).
 


Siervo de Dios Antonio Elizalde Garvisu, clérigo profeso.
Nació el 4 de enero de 1914 en Echauri (Navarra).

Siervo de Dios Emiliano Pascual Abad, clérigo profeso.

Nació el 5 de diciembre de 1914 en Milagros (Burgos).




Siervo de Dios Eusebio de las Heras Izquierdo, clérigo profeso.
Nació el 16 de diciembre de 1913 en Gumiel del Mercado (Burgos).
Siervo de Dios Constantino Miguel Moncalvillo, clérigo profeso.
Nació el 12 de abril de 1913 en Quitanarraya (Burgos).




Siervo de Dios Francesc Solá Peix
, clérigo profeso.
Nació el 17 de abril de 1900 en S. Joan de las Abadesas (Girona).
Siervo de Dios Francisco Milagro Mesa, religioso profeso.
Nació el 3 de diciembre de 1869 en Tarazona (Zaragoza).




Siervo de Dios Pere Vives Coll, religioso profeso.
Nació el 23 de septiembre de 1878 en Pallejá (Barcelona).
Siervo de Dios Josep Ferrer Escolà, religioso profeso.
Nació el 12 de octubre de 1878 en Almasora (Lleida).




Siervo de Dios Dionisio Arizaleta Salvador, religioso profeso.
Nació el 8 de febrero de 1911 en Guirguillano (Navarra).
Siervo de Dios Juan Senosiain Zugasti, religioso profeso.
Nació el 15 de mayo de 1911 en Guirguillano (Navarra).




Siervo de Dios Ferran Castán Messeguer, religioso profeso.
Nació el 1 de abril de 1915 en Fonz (Huesca).
Siervo de Dios Narcís Simón Sala, religioso profeso.
Nació el 9 de marzo de 1908 en Fornells (Girona).




Siervo de Dios Francisco Marco Martínez, religioso profeso.
Nació el 1 de febrero de 1917 en Odón (Teruel).
Siervo de Dios Nicolás Campo Giménez, religioso profeso.
Nació el 5 de marzo de 1920 en Salvatierra (Alava).



 
Días de trabajo y noches de catacumbas
Un testigo sobreviviente, el Hno. Francisco Bagaría, recuerda aquellos tres meses de dolor: se trataba de una persecución religiosa. Se les mandó quemar todo signo de culto. Se les prohibió que rezaran en público o en comunidad. El 1 de agosto se intentó hacer apostatar a los jóvenes, recluidos en la capilla, previa separación de los tres sacerdotes (los Padres Font, Agustí, y Calvo) retenidos en el patio. Con una serie de disparos se hizo un simulacro de muerte con el Hno. Ferrer, después de llevárselo lejos de la vista de los demás. Ante esta amenaza de martirio, respondió uno en nombre de todos: “¡Con la muerte vamos al cielo!”. El día 1 se llevaron a los Padres Calvo y Agustí. Y el día 2 permitieron quedarse a los Padres Ribé y Leache. El P. Leache animaba a la celebración diaria de la Misa: “Si nos matan por decir Misa, eso es ser mártires”.
 
La castidad, signo de fe
El día 15 de agosto, los misioneros del Mas Claret conocían el doble martirio del Hno. Ferran Saperas en Cervera y Tárrega, defendiendo la fe con la castidad. Desconocían el múltiple martirio en Barbastro, aquella noche de la Asunción, de 20 claretianos más, después de ser víctimas de toda tentación. Hoy, fiesta de la Virgen, les toca a ellos. Milicianas provocativas son ofrecidas a aquellos jóvenes del Mas Claret. Pero todos se apiñan como hermanos. Y deciden ser fieles hasta morir.
 

Meses después, llegó el 18 de octubre
Eran las cuatro y media de la tarde. Por orden del Comité de Cervera todos se reúnen en el patio para hacerles una fotografía. El Hno. Francisco Bagaría es separado del grupo. Lo suben al coche para llevarlo a Cervera. Pero el coche no arranca y determinan encerrarlo un local cercano. Y desde la ventana es testigo de la prisión de sus hermanos.
Se abre el portal. Y entran numerosos milicianos armados de fusiles y ametralladoras que proceden a poner a los mártires en una columna de a cuatro en fondo. La procesión avanza entre cuerdas y seguida de un gran piquete. Van atados por un brazo. Bajan los siete peldaños de piedra que había en el patio, pasan por delante de la capilla y siguen por el camino que atraviesa el torrente. En este trayecto, perdonando a sus perseguidores, ellos mismos eran perdonados con la absolución sacramental, que los sacerdotes daban a cada uno, según manifestaron después los mismos asesinos. Los mártires se pusieron casi todos de rodillas, se daban golpes de pecho, y al recibir las descargas caían boca abajo, «como si hicieran genuflexión» comentaba un miliciano presente. ¡Madre mía! ¡Madre mía! gritaba un mártir en su agonía, hasta que fue asfixiado con un puñado de paja encendida en la boca.
Un payés, que trabaja a unos 150 metros, los vio pasar y oyó los tiros. Al poco rato una gran humareda cubrió el valle. Los cadáveres ardieron cuatro días con el fuego avivado por cuatro milicianos, desde el lunes, 19, al viernes, 23, fiesta de San Antonio María Claret, a primera hora, en que los restos fueron sepultados allí mismo. Después los cuerpos calcinados serían recogidos y trasladados al Panteón de los Claretianos en el cementerio de Cervera. En el lugar del martirio se levantó una cruz a la que siempre acuden peregrinos.


 
Mausoleo en el cementerio de Cervera donde descansan los restos de 43 Siervos de Dios, entre ellos los protagonistas de esta jornada:
 
Dionisio Arizaleta Salvador, Josep Maria Ausellé Rigau, Emili Bover Albareda, Evarist Buèria Biosca, Joan Buxó Font, Nicolás Campo Jiménez, Francisco Canals Pascual, Antoni Capdevila Balcells, Fernando Castán Messeguer, Enric Cortadellas Segura, Isidre Costa Homs, Eusebio de la Heras Izquierdo, Antonio Elizalde Garvisu, José Ferrer Escola, Manuel Font Font, Jaume Giron Puigmitjà, Ireneo Jiménez Vízcar, Lluis Jové Pach, Julio Leache Labiano, José Loncán Campodarve, Francisco Marco Martínez, Heraclio Matute Tobías, Constantino Miguel Moncalvillo, Francisco Milagro Mesa, Emiliano Pascual Abad, Angel Pérez Santamaria, Genaro Pinyol Ricart, Joan Prats Gibert Buenaventura Reixach Vilaró, Josep Ribé Coma, Ramon Rius Camps, Ramon Roca Buscallà, Josep Ros Nadal, Miquel Rovira Font, Juan Senosiain Zugasti, José Serrano Pastor, Narcís Simon Busquets, Francisco Simón Pérez, Pere Sitges Obiols, Francesc Solà Peix, Manuel Solé Vallespí, Remigi Tamarit Pinyol, Pere Vives Coll.
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