Jueves, 28 de marzo de 2024

Religión en Libertad

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12 de octubre, en Cheste y en La Punta-Valencia

por Jorge López Teulón

El 11 de marzo del año 2001, el papa Juan Pablo II beatificó a 233 mártires de la persecución religiosa en España (1936-39), y estableció que su fiesta se celebrara el 22 de septiembre. Una de las causas la encabeza el BeatoJosé Aparicio Sanz junto a 73 compañeros mártires. Hoy recordamos a un sacerdote diocesano que ejercía de párroco en Cheste (Valencia): el Beato José González Huguet.
Entre los 233 hay 49 miembros de la Familia Franciscana: 4 Franciscanos (Beato Pascual Fortuño y compañeros); 6 Conventuales (Beato Alfonso López y compañeros); 12 Capuchinos y 5 Clarisas-Capuchinas (Beato Aurelio de Vinalesa y compañeros); 19 Terciarios Capuchinos y 3 Terciarias Capuchinas (Beato Vicente Cabanes y compañeros); además, están los Terciarios, miembros de la Orden Franciscana Seglar, laicos o sacerdotes seculares. Recordamos de entre ellos, al Beato Fray Pacífico de Valencia (Pedro Salcedo Puchades) uno de los 12 capuchinos de la causa que encabeza el Beato Aurelio de Vinalesa.
 
Madrugada del 12 de octubre, en Cheste
El Beato José González Huguet nació en Alacuás el 23 de enero de 1874 e hizo los estudios eclesiásticos en el seminario conciliar de Valencia, acreditándose por sus buenas cualidades morales y magnífica conducta. Obtuvo el doctorado en teología. Se ordenó sacerdote el 26 de marzo de 1898. Fue sucesivamente coadjutor en Sueca y Paterna, luego, cura regente de Puzol y, más tarde, párroco de Cheste, donde estuvo veinticinco años, hasta su martirio. Llevaba cuatro años en la parroquia cuando se incendió el templo y con gran riesgo de su vida salvó de las llamas el Santísimo Sacramento, y a base de limosnas logró reconstruir la parroquia. El 19 de marzo de 1936, tras las elecciones en que se alzó con la victoria el Frente Popular, fue conminado a abandonar la parroquia y hubo de hacerlo el 6 de abril, tras ser ésta asaltada. Luego de un tiempo refugiado en la Masía de Baló, se escondió en una casa de la feligresía. Pero el 5 de julio de 1936 pudo celebrar misa rodeado de sus feligreses.
Llegada la Revolución, se escondió, pero, amenazada la familia que lo amparaba, se presentó voluntariamente a la autoridad. Encerrado en la cárcel y liberado al poco a condición de no ausentarse, fue posteriormente detenido de nuevo y llevado ante el Comité. Paseó por toda la población mientras lo insultaban, le rasgaban los vestidos y las carnes y lo pinchaban con navajas. Le cortaron las orejas y lo sometieron a otras torturas en la plaza mayor del pueblo. Él, mientras tanto, callaba y oraba. En la madrugada del 12 de octubre de 1936 junto a la vía del tren le dispararon dieciocho tiros y llevaron su cadáver al cementerio de Ribarroja. Fue beatificado el 11 de marzo de 2001 por el papa Juan Pablo II.
 
Noche del 12 de octubre en La Punta-Valencia
El Beato Pedro Salcedo Puchades nació en Castellar-Valencia el 24 de febrero de 1874. Profesó en la Orden Capuchina el 21 de junio de 1900 y se hizo llamar Fray Pacífico de Valencia. Durante 37 años fue limosnero para el convento de Massamagrell, en el que estaba el Seminario Seráfico de la Provincia, edificando a todos con su ejemplo de bondad y sencillez.
Cuando, al estallar la guerra, se cerró el convento, se refugió en casa de un hermano suyo. Allí llegaron los milicianos la noche del 12 de octubre de 1936, y ante los requerimientos de los verdugos se presentó fray Pacífico diciendo: “-Soy yo”. Se lo llevaron a empujones y culatazos de fusil, mientras él rezaba el rosario, a lo largo del camino del azud de Monteolivete en La Punta-Valencia. En la orilla del río Turia, cerca de la presa, lo fusilaron. La fotografía es de la acequia del Oro en La Punta en 1935.


 
Doce capuchinos de la Provincia de la Preciosísima Sangre de Cristo de Valencia
Pertenece Fray Plácido de Valencia a un grupo de doce capuchinos, pertenecientes a la Provincia de la Preciosísima Sangre de Cristo, de Valencia, y que fueron martirizados en diversos lugares de Valencia, sin hacerles ningún proceso judicial digno de tal nombre, simplemente porque eran religiosos.

Todos ellos, de edades diferentes comprendidas entre los 23 y los 80 años, provenían de las distintas fraternidades de la Provincia religiosa, y estaban empeñados en trabajos y apostolados diversos: predicadores, confesores, profesores y formadores, otros empeñados en los trabajos de servicio a la fraternidad y a la gente que se acercaba al convento. El más joven de ellos es el diácono Enrique de Almazora, de 23 años, martirizado en Castellón, y el más anciano el hermano Fidel de Puzol, de 80 años, martirizado en Sagunto.
 
Beato Germán de Carcagente (en el siglo, José María Garrigues Hernández), nació en Carcaixent el 12 de febrero de 1895. Profesó en la Orden Capuchina el 15 de agosto de 1912 y fue ordenado sacerdote el 9 de febrero de 1919. Se dedicó a la enseñanza de la juventud y al apostolado entre los pobres. Fue formador y profesor en el Colegio de San Buenaventura de Totana (Murcia) y en el Seminario Seráfico de Massamagrell. Cuando se cerraron los conventos, se vio obligado a refugiarse, junto con un hermano suyo, en la casa paterna en Carcagente. El 9 de agosto de 1936 fue arrestado, y luego hecho objeto de burlas y malos tratos. En la noche del día 10 lo trasladaron en coche hasta cerca del puente de hierro del ferrocarril sobre el río Júcar; lo hicieron bajar del vehículo y entonces el P. Germán se arrodilló, besó las manos de sus asesinos y los perdonó. A continuación lo fusilaron y su cadáver fue arrojado al río, pero, recuperado más tarde, fue enterrado en el cementerio de Carcagente. Palabras suyas fueron: “Os perdono, porque sé que me vais a matar”. “Yo no he hecho mal a nadie. Que sea lo que Dios quiera”.
 
Beato Modesto de Albocácer (en el siglo, Modesto García Martí), nació en Albocásser (Castellón) el 17 de enero de 1980. Profesó en la Orden Capuchina el 3 de enero de 1897, y fue ordenado sacerdote el 19 de diciembre de 1903. Ejerció el ministerio sacerdotal sobre todo en Colombia, y al regresar a España se dedicó especialmente a dar tandas de ejercicios espirituales y al confesonario. Cuando se tuvo que cerrar el convento de Ollería (Valencia), del que era superior, el P. Modesto se refugió en casa de una hermana suya junto con otro hermano de ambos que era sacerdote, mosén Miguel. El 13 de agosto de 1936, Modesto y Miguel fueron arrestados por unos milicianos armados, que los obligaron a caminar delante de ellos; después de andar cosa de un cuarto de hora, llegados a un lugar solitario, los acribillaron a tiros por la espalda. El Siervo de Dios Miguel García Martí, diocesano de Segorbe, tiene abierto el proceso junto al Obispo mártir Serra Sucarrats.
 
Beato Enrique de Almazora (en el siglo, Enrique García Beltrán), nació en Almassora (Castellón) el 16 de marzo de 1913. Hizo la profesión temporal en la Orden Capuchina el 1 de septiembre de 1929, y la de votos perpetuos el 17 de septiembre de 1935. Recibió la palma del martirio a los pocos meses de ser ordenado diácono. En efecto, el 18 de julio de 1936 tuvo que dejar el convento de Orihuela y volver a Almassora, a casa de sus padres, en busca de seguridad. Pero fue arrestado el 1 de agosto y encarcelado. En la noche del 15 al 16 de agosto de aquel año, él y un grupo de laicos fueron conducidos por la carretera que lleva a Castellón, hasta una localidad llamada La Pedrera, y allí fusilados. Murieron gritando: “¡Viva Cristo Rey!”, tenía 23 años.


 
Beato Ambrosio de Benaguacil (en el siglo, Luis Valls Matamales), nació en Benaguacil (Valencia) el 3 de mayo de 1870. Profesó en la Orden Capuchina el 28 de mayo de 1891 y fue ordenado sacerdote el 22 de diciembre de 1900. La predicación, el ministerio de las confesiones y la dirección espiritual fueron sus actividades pastorales preferidas. Fue hombre de oración y de obras de caridad. Además, cultivó la liturgia y la divulgación de escritos de tema franciscano y mariano. Cuando la persecución religiosa obligado a dejar el convento de Massamagrell (Valencia), se dirigió a Vinalesa, y allí fue detenido en la madrugada del 24 de agosto de 1936 y conducido ante el Comité del pueblo para ser interrogado; una hora más tarde lo llevaron en coche a la carretera de Valencia a Barcelona, cerca de la capital del Turia. Palabras suyas son: “El martirio es una gracia de nuestro Señor”. “El martirio de sangre es lo más hermoso, es un segundo bautismo”.
 
Beato Pedro de Benisa (en el siglo, Alejandro Mas Ginestar), nació en Benissa (Alicante) el 13 de diciembre de 1877. Hizo la profesión en la Orden Capuchina el 4 de agosto de 1894 y recibió la ordenación sacerdotal el 22 de diciembre de 1900. Estaba empeñado en la pastoral juvenil y en la catequesis de los niños; era predicador y confesor. Cuando se vio forzado a abandonar el convento de la Magdalena de Massamagrell (Valencia), se refugió primero en casa de unos amigos y después en casa de una hermana suya en Vergel (Alicante). Lo detuvieron el 26 de agosto de 1936, y ya de noche lo hicieron subir a un coche que lo llevó al lugar del martirio. Fue fusilado en las primeras horas del 27 de agosto de 1936 en la Alberca, Denia (Alicante). Murió agradeciendo a quienes le quitaban la vida el favor que le hacían: Os perdono a todos; no sabéis el bien que me vais a hacer”.
 
Beato Aurelio de Vinalesa (en el siglo, José Ample Alcaide), nació en Vinalesa (Valencia) el 3 de febrero de 1896. Profesó en la Orden Capuchina el 10 de agosto de 1910, y fue ordenado sacerdote en Roma el 26 de marzo de 1921. A lo largo de su vida religiosa fue Director del Estudio filosófico-teológico que los capuchinos tenían en Orihuela (Alicante), profesor en el Seminario, director de la Tercera Orden Franciscana, confesor y predicador. Bien pudo decir: “¡Siempre he cumplido mi misión, como religioso y como sacerdote!”. Cuando las circunstancias le obligaron a dejar el convento, se refugió en casa de sus padres, donde fue detenido por los milicianos el 28 de agosto de 1936. Conducido de madrugada al Barranco del Carraixet, confortó y exhortó a los laicos compañeros de martirio a morir en paz, les impartió la absolución sacramental y luego añadió: “Gritad fuerte: ¡Viva Cristo Rey!.


 
Beato Joaquín de Albocácer (en el siglo, José Ferrer Adell), nació en Albocásser (Castellón) el 23 de abril de 1879. Profesó en la Orden Capuchina el 3 de enero de 1897 y recibió la ordenación sacerdotal el 19 de diciembre de 1903. Fue misionero en Colombia y superior de algunos conventos; cuando regresó a España, lo nombraron rector del Seminario Seráfico de Massamagrell. Fomentó el culto a la Eucaristía y la devoción mariana de las Tres Avemarías. Desencadenada la persecución religiosa, después de poner a salvo a los seminaristas, se refugió en Rafelbuñol (Valencia) en una casa particular. Fue arrestado el 30 de agosto de 1936, conducido a su pueblo natal y asesinado aquel mismo día en la carretera de Tornesa a Villafamés. Palabras suyas son éstas: “Si no nos vemos ya en la tierra, adiós hasta la gloria”. “¡Ya estoy subiendo los peldaños del santo altar para ofreceros con mis propias manos el sacrificio adorabilísimo, cuya víctima es tan pura y santa!”.
 
Beato Berardo de Lugar Nuevo de Fenollet (en el siglo, José Bleda Grau), nació en Lloc Nou de Fenollet (Valencia) el 23 de julio de 1867. Profesó en la Orden Capuchina el 2 de febrero de 1901. Pasó toda su vida religiosa en Orihuela (Alicante), trabajando como limosnero y sastre de la comunidad. Edificó a la gente de la ciudad y a su misma comunidad por su humildad y caridad. Al cerrarse el convento, se refugió en su pueblo, en casa de unos parientes. Fue arrestado, cuando estaba casi ciego, la noche del 30 de agosto de 1936, y tuvo que soportar los malos tratos de sus perseguidores. El 4 de septiembre, sin juicio alguno, fue llevado en coche, por la carretera que va de Manuel (Valencia) a Benigánim, hasta el término de Genovés, donde lo fusilaron. Los que vieron el cadáver antes de que se le diera sepultura, afirman que tenía la cabeza totalmente destrozada.
 
Beato Buenaventura de Puzol (en el siglo, Julio Esteve Flors), nació en Puzol (Valencia) el 9 de octubre de 1897. Profesó en la Orden Capuchina el 17 de septiembre de 1914 y fue ordenado sacerdote el 26 de marzo de 1921 en Roma. Hizo la carrera de Derecho canónico en la Universidad Gregoriana de Roma y, de vuelta en España, se dedicó a la enseñanza, la predicación y el ministerio de la reconciliación. Fue profesor de los jóvenes capuchinos en Orihuela y ejerció la docencia en otros centros de la Orden; además, se distinguió como conferenciante y predicador. Cuando tuvo que dejar el convento por la persecución religiosa, se refugió en su casa paterna de Puzol. El 25 de septiembre de 1936 fue arrestado junto con su padre y su hermano. A medianoche del día 26, los tres, junto con otros detenidos, fueron llevados en camión al cementerio de Gilet (Valencia). Con la serenidad de siempre, el P. Buenaventura dio la absolución sacramental a sus compañeros, y a las dos de la madrugada fue asesinado de un tiro de pistola. Antes de morir había declarado: “Me preparo para la palma del martirio”; “Sí, recibiré la palma del martirio porque moriré por la religión”.


 
Beato Santiago de Rafelbuñol (en el siglo, Santiago Mestre Iborra), nació en Rafelbuñol (Valencia) el 10 de abril de 1909. Profesó en la Orden Capuchina el 7 de junio de 1925 y fue ordenado sacerdote en Roma el 26 de marzo de 1932. Obtuvo el grado de doctor en teología por la Universidad Gregoriana de Roma. Ya en su Provincia, fue vicerrector del Seminario Seráfico de Massamagrell. Cuando hubo que cerrar el Seminario, se preocupó de poner a salvo a los seminaristas, y luego se refugió en su casa paterna de Rafelbuñol. El 26 de septiembre de 1936 fue arrestado. Se había presentado espontáneamente ante el Comité ofreciéndose a cambio de la libertad de sus ocho hermanos y su padre. En la cárcel oyó en confesión a todos. La noche del 28 al 29 fue fusilado junto con sus ocho hermanos y el padre en Gilet (Valencia).
 
Beato Fidel de Puzol (en el siglo, Mariano Climent Sanchis), nació en Puzol (Valencia) el 8 de enero de 1856. Había profesado en el Orden Capuchina el 14 de junio de 1881. Se distinguió por su espíritu de oración, su austeridad, su caridad fraterna y su fidelidad en todo. Al cerrarse el convento de Valencia, tuvo que buscar refugio en casa de familiares suyos en Puzol. Allí fue arrestado el 27 de septiembre y conducido ante el Comité. Pocas horas después lo llevaron en un vehículo a un paraje de Sagunto (Valencia) cercano a Puzol para fusilarlo. Fue bárbaramente asesinado.
 
El último capuchino asesinado es el Beato Pacífico de Valencia.



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