Jefraly Padrón Soto nació en Cumaná (estado de Sucre, Venezuela) y se crió en la venezolana Isla de Margarita, la mayor de seis hermanos, siendo ella la única mujer.

En 2016, cuando los venezolanos pasaban por la peor situación económica que hubieran podido imaginar, Jefraly volvió a quedar embarazada. Ella tenía entonces 20 años y ya era madre soltera de un bebé de un año.

"Yo tenía la ayuda de mis padres, sobre todo de mi mamá. Y fue entonces que cometí el error de tener relaciones sexuales con un muchacho, y salí embarazada", explica. "Aún no sabía si era mujer o varón, pero decidí abortar. Era por la situación del país. No se conseguían pañales, ni leche, ni comida; el trabajo era escaso y el sueldo no nos alcanzaba. No es que yo fuera partidaria del aborto, ¡para nada!, pero estaba desesperada porque la situación económica era extrema", recuerda.

Tres meses intentando abortar

"Todos los seres humanos tenemos errores. Yo cometí el de querer abortar a la niña, e intenté hacerlo de mil manera", confiesa.

Primero, una amiga la ayudó a conseguir unas pastillas abortivas. "Pero, o estaban vencidas o no eran de cytotec, como creíamos", recuerda. El hecho es que "tomé 7 pastillas y no funcionó".

"En la segunda opción, en mi casa había una piscina y yo me lancé varias veces desde lo más alto, desde el techo de la casa, para ver si me daba un mal golpe y así abortar", añade.

Otro intento, el más extremo, ideado por Jefraly y su amiga, involucró el uso de un cepillo de dientes amarrado con un alambre, pero tampoco sirvió. Todos esos intentos fueron con menos de 12 semanas de embarazo.

Arrepentimiento y toma de conciencia

Hacia el cuarto mes "entré en conciencia y me sentí muy arrepentida", dice.

Muchas amistades que la habían visto desesperada la aconsejaron. "Jefraly, si estabas teniendo relaciones sexuales con un muchacho, ¿qué es lo que tú estabas esperando? ¿Estabas esperando una lavadora? ¿Estabas esperando un juguete? ¡Estabas esperando un bebé! ¡No puedes jugar así con la vida de alguien! Tú no sabes si es una niña o un varón, y tú no sabes si esa criatura te puede cambiar la vida. No sabes las cosas a futuro. Si cometiste un error, no lo pagues con esa criatura", le dijeron.

La pequeña Natalie, de bebé, hija de Jefraly, es hoy gran alegría:

Jefraly estuvo deprimida por un tiempo. Pero descubrió que embarazada tenía una pequeña ventaja en la Venezuela arrasada por la crisis. En el país se formaban largas filas para tratar de comprar en los supermercados y en las farmacias, "y yo aproveché mi embarazo, mi barriga, para tener prioridad al acceso a la comida y a las medicinas; así que comencé a hacer filas y a comprar y comprar". Acabó aceptando su embarazo.

También reflexionó y creció a nivel de fe. "Me arrepentí ante Dios, y siempre le pido perdón por lo malo que quise hacer", dice hoy. "Ese embarazo me hizo madurar, y, como soy católica, fue también una enseñanza de parte de Dios".

Una niña ¡con sorpresa!

El resto de su embarazo transcurrió sin problemas. Su hija nació por cesárea. "De casi 4 kilos, de 54 centímetros, y muy sana, ¡Y nos sorprendió porque es pelirroja!", dice Jefraly, quien luego supo que heredó el gen de los pelirrojos a través de un bisabuelo u otro antepasado del papá de la niña.

"De mis hijos, la niña fue la que prácticamente me enseñó a ser madre como tal, porque con mi hijo mayor siempre obtuve la ayuda de mi mamá para cuidarlo mientras yo trabajaba. Pero, cuando se supo que yo estaba embarazada, prácticamente todo el mundo me dio la espalda", detalla.

"Cuando ella nació, ya no era un paquete de pañales lo que tenía que conseguir sino dos, ya no era un bote de leche sino dos, ¡todo era por partida doble! Y lo que hizo mi familia fue darme la espalda: '¡Ah! ¿A usted le gustó tener un hijo y ahora va a tener otro? Pues entonces va a trabajar para que entienda la responsabilidad de ser madre'", era, de alguna manera, lo que varios parientes querían expresar.

Maximiliano y Natalie, con su sorprendente pelo rojo, encantados con su mamá Jefraly:

Con los hijos llegan fuerzas e impulso

"Hoy, cuando me entero de que alguna mujer se quiere practicar un aborto, yo le cuento del regalo que me dio Dios con mi hija. Porque si Dios te da una criatura es por algo", explica Jefraly.

Cuenta lo que ha descubierto en su experiencia personal: "Los hijos no son un peso, sino un impulso para salir adelante, para querer trabajar y para aprender cosas nuevas. Por ejemplo, como en Venezuela estaba muy difícil conseguir cosas, compré una máquina de coser y yo le hacía a mis hijos su ropa. Como no se conseguían pañales desechables, adquirí tela impermeable y tela de algodón y les hacía pañales ecológicos".

Hace seis años emigró a Trinidad y Tobago, país isleño vecino de Venezuela, que no es de lengua española. Allí trabaja desde hace varios años como manicurista y, en ocasiones, en un casino.

"En enero de 2018 decidí emigrar. Mi niño mayor, Maximiliano, había cumplido 3 años de edad, y mi niña, Natalie, tenía un añito. Me fui con mis niños al lugar más cercano que tenía, que es el país donde ahora vivo", explica.

"Y aquí estoy yo, dando la cara por mis hijos, ¡yo sola! Y a mí nadie me puede reprochar y decirme 'tú no quieres a tu hija'. Me ha tocado trabajar yo sola por ellos. Y a veces la familia de su papá me reprocha recordándome que yo quise abortar", comenta. "No presto atención a la opinión negativa de la gente. Y yo sé la clase de madre que soy, y sé que soy la única que ha trabajado por mis niños".

"Mamá te quiere mucho"

Jefraly contó algo de su historia en TikTok hace no mucho y se volvió viral. Varias personas lo adaptaron y lo subieron también a Facebook y a Instagram.

No faltaron los que la criticaron en redes sociales considerándola "mala madre". Pero eso, dice ella, "no me afecta en nada".

Reconoce: "En el video que publiqué en TikTok no expliqué bien las cosas, así que el asunto se me salió de las manos". Por eso "yo trato de comunicarle a mi hija lo que pasó; busco hacerlo de la mejor manera, desde ahorita, en que ella ya tiene consciencia. Le digo: 'Pasó esto y esto; pero, ¿sabes?, mamá te quiere mucho'".

"Todo el que me conoce sabe que yo soy muy amorosa con mis hijos. También mi familia les da atención en Venezuela, pues yo vivía con mis niños aquí, en Trinidad y Tobago, pero los llevé a Venezuela para que tuvieran una mejor educación, porque no tenían el derecho a estudiar aquí por ser inmigrantes".

Y continúa: "Tengo muy buena comunicación con mis hijos. A mi hija le explico: 'A esto del bullying no le prestes atención, pues siempre habrá personas malas a tu alrededor que te van a tratar de molestar porque tienes el cabello rojo, o te dirán que tu mamá no te quiso tener'".

Jefraly lo tiene bien claro: "Quiero evitar que mis hijos sean de mente débil". Esta madre está consciente de que podría darse el caso de que alguno de ellos llegue a ver un día el video viral en el que ella habla de sus intentos de aborto. Por eso les ha informado claramente la situación; por ejemplo, ellos saben que no son hijos del mismo padre.

Maximiliano, Natalie y su mamá Jefraly, de cumpleaños; la vida es algo hermoso para celebrar:

Emprendedora, sustenta a su familia

Gracias a sus hijos, Jefraly empezó el emprendimiento de la costura en Venezuela, y también gracias a ellos estuvo un tiempo vendiendo tortas (pasteles) en Trinidad y Tobago, pues un solo trabajo no le bastaba para cubrir todos los gastos.

"Mi emprendimiento de las tortas surgió del mismo modo, porque mis hijos me decían: 'Mamá, queremos que nos hagas ponquecitos, que nos hagas tortas', y yo lo tomé como un emprendimiento", cuenta. Y, en la actualidad, "ya no estamos con los problemas económicos de antes. Gracias a Dios, con mi trabajo he podido sustentar a mi familia".

Siete años después Jefraly no se había casado, pero sí estaba en compromiso con alguien, y resultó embarazada de su tercer hijo en junio de 2023.

Y se declaró abiertamente en contra del aborto. "Por eso yo puse en mi video 'No al aborto'".

"Es una moda que las mujeres han tomado, de decir 'éste es mi cuerpo y es mi decisión'. ¡No! Puede ser tu cuerpo, sí, pero adentro hay otro cuerpo y otra alma. Y ese cuerpo y esa alma no tienen cómo decirte 'éste es mi cuerpo y es mi decisión'", denuncia.

Jefraly está consciente de que "uno de los temas más controversiales es el de que hay mujeres que deciden abortar porque el papá del niño o de la niña no se hace cargo del embarazo, no se hace cargo de la criatura".

"En esa situación yo doy este consejo: mira, tú no eres la primera ni la última en ser madre soltera, no eres la primera ni la última en criar a un niño sola. Mírame a mí, que tuve dos hijos sola, y eso no fue un impedimento para estudiar, para ejercer, para emprender". Espera que su ejemplo de madre feliz con sus hijos, pese a las dificultades, aporte ánimos y valor a muchas mujeres.