Después de que un centenar de personas vandalizase la sede de la Conferencia Episcopal de Bolivia en La Paz y unos días después asaltasen la catedral de Santa Cruz de la Sierra en plena misa, nuevos ataques feministas han sacudido los templos católicos del país exigiendo la despenalización del aborto y el cese de las autoridades eclesiásticas en su ayuda a una menor embarazada tras una violación.

El último de los templos atacados, informa Aciprensa, ha sido la parroquia de San Roque, en la Diócesis de Tarija, donde el grupo feminista Mochas Copleras se manifestó acusando a la iglesia de “doble tortura”, en referencia al mismo caso de la niña de 11 años y que ahora está alojada en un centro católico para madres.

Además, en la Arquidiócesis de La Paz, la Basílica María Auxiliadora y la parroquia Señor de la Exaltación fueron pintadas con frases como “comunión rima con violación” y “niños cuidado cura suelto”.

Otra de las iglesias recientemente atacadas fue la de San Francisco, en Santa Cruz, que fue igualmente vandalizada y pintada por grupos feministas con consignas como “niñas no madres”, “paren de matarnos” o “pedófilos”.

Un nuevo ataque tuvo lugar en la catedral decimonónica de San Lorenzo, en el que algunas integrantes del colectivo feminista “Mujeres Creando” irrumpieron en el templo durante la celebración de la misa.

Lejos del discurso laicista que dibuja a las indígenas como opositoras a la Iglesia, un grupo de mujeres del pueblo guarayo defendió el templo de las agresoras.

Vídeo del asalto a la catedral y su defensa por parte de mujeres indígenas. 

El origen de los hechos: una horrible violación a una menor

A lo largo del mes de octubre, la conmoción invadía la opinión pública boliviana al conocerse la violación de una menor de 11 años por su abuelastro, de 61. Las agresiones se prologaron durante 9 meses. La menor quedó embarazada y ya supera las 22 semanas de gestación.

Sin embargo, la ira de los grupos feministas se ha volcado sobre la Iglesia católica por prestar apoyo a la joven -que lo solicitó- para seguir adelante con el embarazo, mientras que parece olvidar la raíz del problema, los crímenes del agresor, que ha sido recientemente condenado a prisión.

Que la Iglesia anime y ayude a la joven a continuar con el embarazo en lugar de fomentar el aborto por la joven parece ser pretexto para acusar a la Iglesia como culpable de "torturas" hacia ambas vidas, tanto la de la menor como la de hijo que espera.

Con este pretexto, y según informamos en Religión en Libertad, el pasado miércoles 27 de octubre, un centenar de personas encabezados por la Defensora del Pueblo boliviano, Nadia Cruz, se congregó ante la sede de la conferencia episcopal boliviana en La Paz, que fue atacada por los manifestantes.

Nadia Cruz, Defensora del Pueblo en Bolivia, furibunda activista proaborto y anticlerical... que estudió 6 años en una universidad católica.

La Iglesia, volcada en ayudar a la menor con su embarazo

El motivo de los ataques no es otro que el apoyo que la propia Iglesia boliviana está dando a la menor, después de que la joven declarase en una carta escrita por ella misma su voluntad de dar a luz al niño.

“Ahora incluso nos critican por ofrecer, por ayudar materialmente a la niña con hogar, educación, medicina, tratamiento psicológico”, comunicó el delegado episcopal de Salud de la arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra, Víctor Hugo Valda.

“Lo único que hizo la Iglesia fue apersonarse al hospital para que se respete la voz de la niña y de la madre, que como sabíamos, no querían interrumpir el embarazo, y porque además, obligarle a hacerse el aborto es un delito. La Iglesia estuvo presente para ello y para preguntar por el estado de la niña y el bebé en gestación”, confirmó Valda.

La decisión de la menor fue ratificada por su madre que, como recoge el portal Noticias de América Latina y El Caribe, “en ningún momento estuvo de acuerdo con la interrupción del embarazo” y afirmó que “una vez nazca el bebé, se definirá si se da en adopción o se queda con la familia”.

Eso decidió la familia, es muy valorable, valioso y tanto la niña como la criatura están muy bien, según la valoración médica”, dijo la representante de la Asamblea de Derechos Humanos de Santa Cruz, María Inés Galvis.

Agregó que la niña embarazada está emocionalmente estable y que ha expresado que quiere a su bebé, como también lo ha manifestado su madre.

La diócesis de Santa Cruz trasladó el apoyo a la menor y su familia en un comunicado que puede leerse aquí, y en el que se animaba a la menor a "salvar las dos vidas" en lugar de la propuesta feminista de eliminar una de ellas. 

"Un crimen no se soluciona con otro crimen, el aborto no remedia la violación", reza el comunicado. Y continúa: "La única solución es salvar, cuidar y apoyar con amor las dos vidas. En tal sentido, la Iglesia ofrece acogida y atención a la niña y a la criaturita que tiene en su vientre, dando hospitalidad gratuita en el Centro de Madres Adolescentes, Madre María, asegurando el apoyo material, médico, psicológico y espiritual para la maternidad y el tiempo post-maternidad".