Quedan menos de 24 horas para  las elecciones al Congreso de Estados Unidos, las conocidas como Midterm o de medio mandato. Unos comicios particularmente representativas por el gran peso que ha cobrado la revocación del aborto como derecho constitucional el pasado mes de junio y los intentos demócratas de reinstauración o blindaje del mismo.

También tienen una fuerte carga predictiva de cara a las elecciones presidenciales de 2024 -en las que previsiblemente el expresidente Donald Trump y el actual mandatario Joe Biden volverán a medir sus fuerzas-. 

Por el momento, las encuestas de las elecciones del próximo martes que renovarán un tercio de los senadores del país y los 435 integrantes de la Cámara de Representantes vaticinan una clara victoria del Partido Republicano: según la publicada el pasado 4 de noviembre por FiveThirtyEight, este obtendría 231 representantes frente a los 204 del Partido Demócrata, que tampoco obtendría el control del Senado con 12 puestos frente a los 20 republicanos.

A 5 días de las Midterms, el Partido Republicano aventajaba al Demócrata en 37 representantes. 

FiveThirtyEight

Respecto al aborto, serán cinco los estados que decidirán al respecto en estos comicios. Mientras que en Michigan, California o Vermont está en juego la codificación de este asesinato como parte de los derechos constitucionales estatales, Montana o Kentucky decidirán consolidar la revocación que se produjo a nivel nacional el pasado mes de junio o incluso el reconocimiento del feto como persona jurídica, en caso de que el Partido Republicano obtenga la victoria.

Las elecciones se enmarcan, por último, en una reciente encuesta publicada por el Pew Research Center que muestra un gran porcentaje de los consultados -el 45%- partidarios de que Estados Unidos "sea una nación cristiana", entendiéndose esta frase como que el país sea regido por valores cristianos, que su legislación se base en las enseñanzas cristianas y las consagre como parte de los códigos legales. Hasta casi un tercio de los estadounidenses optaron porque su país se declarado como "una nación cristiana" por el Gobierno.

Entre otros aspectos recabados por la encuesta, es significativo que casi un 80% de los que consideran que Estados Unidos debería ser una nación cristiana, también se muestran convencidos de que la Biblia debería tener al menos algo de relación o interferencia con la legislación estadounidense.

Un 54% de ellos llega a creer que si lo expuesto en el texto bíblico entra en conflicto con la voluntad democrática, debe prevalecer el primero. Por último, un 32% de ellos considera que la diversidad religiosa debilita al país.

A día 3 de nociembre, las encuestas conceden una victoria republicana para el Senado, con 51 representantes frente a 49 demócratas, según los datos de FiveThirtyEight

Según el mismo Pew Research Center, en torno al 82% de los representantes republicanos se consideran cristianos y un 18% es no creyente. Un porcentaje que contrasta con el Partido Demócrata, donde hay un 63% de cristianos frente a un 37% de no creyentes. En el caso de los mandatarios, mientras que el expresidente Donald Trump se reconoce como presbiteriano, el actual mandatario demócrata Joe Biden se define como católico.