Norma McCorvey, la mujer cuyo caso (el famoso "Roe versus Wade") fue usado hace 44 años para extender el aborto libre por todo Estados Unidos, ha muerto este sábado 18 de febrero, a los 69 años, en una residencia de ancianos, por insuficiencia cardíaca. 

Para legalizar el aborto libre en Estados Unidos, los activistas pro-aborto necesitaban un caso límite, emotivo, de una mujer violada. Usaron a Norma, ella dijo que había sido violada, emocionaron al país... y desde entonces 50 millones de bebés fueron abortados legalmente, sin protección alguna. Aunque luego Norma admitiría que había mentido y que no fue violada, ya no había vuelta atrás. 


  Las abogadas abortistas usaron a Norma McCorvey; ella mintió y dijo que había sido violada; de hecho, nunca se le hizo acudir ante un juez a declarar 


En 1995, Norma, después de hablar con cristianos de Operación Rescate y de ver dibujos sobre el desarrollo prenatal del ser humano, admitió plenamente el horror del aborto y se bautizó como cristiana evangélica.

En 1998, se haría católica, acogida en Dallas por el padre Frank Pavone, de Priests for Life. Nunca dejaría de luchar contra el aborto, acudía a manifestaciones por la vida y se la veía a menudo en la siempre gélida Marcha por la Vida de Washington, cada enero en la capital.


  El bautizo de Norma en 1995 con cristianos evangélicos provida del grupo Operación Rescate; tres años después se hizo católica 


El caso que implantó el aborto libre en EEUU, llamado Roe vs. Wade, se inició a comienzos de 1970. Las abogadas abortistas Sarah Weddington y Linda Coffee, recién graduadas de la Facultad de Leyes de la Universidad de Texas, necesitaban un caso límite para tumbar la ley provida de Texas, que tenía más de cien años. 

Norma McCorvey, con el pseudónimo "Roe", alegó ante la corte de justicia el haber sido violada por una pandilla y quedar embarazada. Reclamó poder abortar. Mientras se tramitaba el juicio, la niña nació y fue dada en adopción

¿Por qué era ella la elegida idónea? «Eres blanca, eres joven, y quieres abortar», le dijeron sus abogadas. Ella ni siquiera sabía lo que era un aborto. Le dijeron que lo que llevaba en su seno eran solo unos tejidos.

Norma nunca llegón a hablar ante el juez, nunca testificó ni estuvo presente en ninguna de las audiencias de su caso. Firmaba lo que sus jóvenes abogadas le entregaban. "El caso entero fue una abstracción", declararía años después. 

Una de aquellas abogadas, Sarah Weddington, reconocería años después en un discurso en el Instituto de Ética de la Educación, en Oklahoma, la falsa violación había sido una estratagema para lograr la despenalización general del aborto. «Mi conducta pudo no haber sido totalmente ética. Pero lo hice por lo que pensé fueron buenas razones», afirmó la abogada. La jurista ganó mucho dinero con su activismo abortista y se le premió con el cargo de ayudante en 1978 del presidente Jimmy Carter. 


  Los columpios vacíos hacían pensar a Norma en los 50 millones de niños abortados con la ley que se implantó usando su caso


Hugh Heffner, fundador de Playboy, declaró en una entrevista en 1992 en el Miami Herald que su empresa pornográfica fue quien financió el proceso judicial. «Probablemente Playboy estuvo más involucrada en Roe contra Wade que cualquier otra compañía. Nosotros aportamos los fondos para esos primeros casos y además escribimos el amicus curiae en el caso Roe». 

El caso, con todo este apoyo financiero y mediático, saltó de Texas al Tribunal Supremo, que fue quien implantó el aborto libre en los 50 estados de Estados Unidos el 22 de enero de 1973.


Catorce años después, en 1987, McCorvey admitió que había mentido: no había sido violada por los pandilleros. El padre de su bebé era una persona a la que ella conocía y quería.

En 1995, después de bautizarse, explicó al Daily Mail de Londres: "Recuerdo haber conducido 10 años junto a un patio de escuela y ver los columpios vacíos, y me enloquecía. Pensaba: los patios de juego están vacíos, todos los niños están muertos, y es por mi culpa. Se lo decía a mi ginecólogo y me respondía: 'es verano, Norma, no hay clase."

Norma acudiría a los encuenstros de sanación post-aborto "Viña de Raquel", y los recomendaría a otras mujeres.


En 2003 presentó una demanda en Dallas para intentar revertir el fallo judicial con dos bases: por un lado, recordar que ella mintió en su juicio. Por el otro lado, aportar los datos de dos décadas de aborto libre que demostraban que el aborto daña psíquica, física y emocionalmente a las mujeres. En 2005 insistió con otro proceso judicial. Ninguno prosperó. La máquina del aborto legal se había convertido en una industria gigantesca y monstruosa, con millones de víctimas.