“En mis 22 años como enfermera, nunca había visto un recién nacido tan pequeño”, declaró Zhang Suhe, del Hospital Universitario Nacional de Singapur a The Straits Times. La niña que sostenía en sus manos, Kwek Yu Xuan, nació con tan solo 25 semanas (15 menos de lo normal), medía 24 centímetros y su peso de 212 gramos fue similar a una manzana.  Tras trece meses de ingreso, fue dado de alta este 9 de julio y ya pesa 6,3 kilos.

Sus padres, Kwek Wee Liang y Wong Mei Ling, de 35 años y residentes en Singapur esperaban poder viajar a Malasia antes del nacimiento y poder compartir el momento con su otro hijo de cuatro años, que estaba bajo el cuidado de sus abuelos paternos.

Sus planes cambiaron repentinamente, cuando la señora Wong comenzó a sentir un profundo dolor abdominal. Fue trasladada de urgencia al Hospital Nacional Universitario y sometida a una cesárea de emergencia al saber que padecía preeclampsia: una condición que provoca una presión arterial peligrosamente alta, que puede dañar órganos vitales y resultar fatal tanto para la madre como para el bebé.

"Un rayo de esperanza en medio de la turbulencia"

Trece meses después, la niña ha sido dada de alta. La madre afirmó que fue un shock ver nacer a su hija. “No esperaba dar a luz tan rápido. Estábamos muy tristes de que Yu Xuan hubiera nacido tan pequeña. Pero debido a mi situación, no teníamos otra opción. Solo podíamos esperar que ella continuara creciendo sana”, añadió.

“Contra todo pronóstico, con las complicaciones de salud presentes al nacer, ha inspirado a las personas que la rodean con su perseverancia y crecimiento, lo que la convierte en una extraordinaria bebé 'Covid-19', un rayo de esperanza en medio de la turbulencia”, dijo el centro médico en un comunicado.

Los muslos de Kwek Yu Xuan tenían el grosor de un dedo normal, lo que complicaba su tratamiento con vías y sondas.

Respiración artificial, pañales gigantes y dosis médicas desconocidas

Superado el parto, los padres y el personal sanitario tuvieron que hacer frente a los numerosos retos que suponían cuidar y mantener con vida al bebé que ya ostenta el récord Guinness del bebé más pequeño del mundo al nacer.

Entre ellos, someterla a respiración artificial por el escaso desarrollo de sus pulmones. “Su cuidado diario era el quid de la cuestión, especialmente durante las dos primeras semanas”, explica la doctora Yvonne Ng, del departamento de neonatología. “Necesitábamos innovar y encontrar algunos métodos improvisados para lidiar con una bebé tan pequeño”.

Otra de las dificultades fueron las dosis de la medicación que había que suministrar: eran tan reducidas que nunca antes habían calculado las medidas para un niño de ese tamaño.

Su piel era tan frágil y delgada que las sondas y vías podían ser una vía de infección, además de muy gruesas para, por ejemplo, un muslo del grosor de un dedo. Tampoco había proveedores de pañales tan pequeños como los que Yu Xuan necesitaba. Por ello, el equipo decidió remodelar los pañales disponibles para que se ajustaran a su cuerpo, evitando que los componentes químicos de su interior entrasen en contacto con su piel.

200.000 dólares en costes 

A día de hoy, Yu Xuan tiene 14 meses y pesa 6,3 kilos. Según informan los sanitarios, es posible que tenga enfermedades respiratorias crónicas y sus padres tienen que suministrarle respiración artificial desde su casa, pero el personal sanitario confía en que su salud evolucionará favorablemente.

“Tengo que agradecer a las enfermeras lo que la han cuidado durante tanto tiempo. Hemos sido muy felices porque todo el equipo ha podido venir para su alta. Son como una familia”, añadió.

Los gastos hospitalarios han rondado los 200.000 dólares, y los padres han podido hacer frente al pago con donaciones de familiares y anónimos. Gracias a donaciones benéficas, se han recaudado 300.000 dólares, y el dinero sobrante irá destinado al cuidado de la pequeña y al de otras familias en una situación parecida.