Los anuncios sobre chicles suelen ser bastante superficiales, basados en experiencias fuertes, en aventuras idílicas y en los sabores. Casi nunca apelan a sentimientos humanos.

Sin embargo, la agencia americana Energy BBDO ha creado un anuncio fantástico, lleno de emoción y de ternura, para la marca de chicle Extra Gum.


Una preciosa historia de amor entre padre e hija, que eleva el chicle a una categoría superior y da un giro de 180 grados en la comunicación de este tipo de productos.

El eje central es el origami, el arte de origen japonés consistente en plegar el papel para crear figuras y animales.

El spot comienza con el viaje en tren de un padre y su hija. Él solo tiene ojos para su querida niña, quien parece no advertir el afecto de su padre. En un momento determinado, él le regala una grulla de origami, hecha con papel de un chicle. Ese pequeño gesto se convertirá en un guiño de afecto que repetirá muchas otras veces a lo largo de su vida: en un cumpleaños, en la nieve, en la playa o en un partido de béisbol.


Cualquier lugar y momento es bueno para recrear esa ilusión que tuvo una niña pequeña al recibir un detalle de su padre. Con el paso del tiempo, esa costumbre se consolida, se convierte en un recordatorio del amor paternal. Ni las nuevas amistades ni el posible nuevo enamoramiento pueden hacer tambalear esa conexión. Ni tan siquiera cuando llega el momento inevitable que cualquier padre teme: la marcha a la universidad de su pequeña princesa.


Cuando van a estar más lejos el uno del otro, es cuando más va a necesitar ella de esos pequeños detalles que alimentaron su infancia. La resolución es maravillosa. Porque revela que el alma de esa niña no ha dejado escapar ninguno de los pequeños gestos de su padre. Todos están guardados en su corazón. Y, aunque aparentaba distancia, en realidad estaba siempre muy cerca de él.


El eslogan final resume a la perfección el mensaje del spot: "Sometimes the little things last the longest". (Algunas veces las cosas pequeñas son las que más duran).