El Evangelio de Mateo nos trae la gran respuesta que Jesús le dio a Pedro cuando éste le pregunta cuántas veces se debe perdonar al hermano, ya que la ley de los judíos daba una cantidad limitada de tres veces. Pedro, queriendo ser mucho más generoso, lo multiplicó por dos y le agregó uno más, creyendo que la respuesta de siete veces iba a ser la misma del Maestro.

Cuál sería la sorpresa de Pedro al escuchar de Jesús que debemos de perdonar hasta setenta veces siete, es decir: SIEMPRE. Por ello le cuenta la parábola del rey que ajustó cuentas con sus empleados, perdonando a uno de ellos todo lo que le debía; pero éste, al no hacer lo mismo con uno de sus compañeros, fue llamado nuevamente por el rey para ser recriminado por lo que no hizo: PERDONAR, y fue llevado a la cárcel para que pagara todo lo que debía. (Leer Mateo 18: 21-35)

Padres, la manera de enseñar a la familia el tema del perdón es a través de nuestro ejemplo; es decir, por medio del testimonio que nosotros demos interna (me perdono) y externamente (me perdonas y te perdono) en el hogar. Estas tres maneras de perdonar van de la mano, puesto que uno da de acuerdo lo que tiene en el corazón.

Para ello, los invitamos que analicen su vida personal a través de una serie de preguntas que les ayudarán a evaluar su relación con el perdón:

Me perdono: ¿Haz cometido errores en tu vida? ¿Cuáles? ¿Sigues repitiendo esos errores? ¿Quisieras cambiar esos errores por oportunidades? ¿Quieres perdonarte? ¿Te comprometes a no volverlos hacer?

Me perdonas: ¿Haz ofendido a alguien con tu actitud o con tus acciones? ¿Le has pedido perdón? ¿Quisieras pedirle perdón nuevamente o por primera vez a él o ella? ¿Te comprometes a cambiar esa actitud o manera de ser que no te deja crecer como persona?

Te perdono: ¿Te han pedido perdón? ¿Cuál fue tu reacción? ¿Perdonaste de verdad? ¿Quieres perdonarlo de verdad? ¿Estás dispuesto a decirle a él o ella que los perdonaste de corazón?

Padres, éstas tres maneras de trabajar el perdón, pueden ayudarnos a crear fuertes lazos de amistad en la comunidad y amor en la familia. Recuerden que el perdón no solamente se enseña sino que también se practica, y que mejor que desde el hogar.

Lo interesante del perdón es que es setenta veces siete, es decir: SIEMPRE; no siete veces como supuso Pedro, o tres como creían los judíos. Todavía estamos a tiempo, ¡comencemos ya!

Para más información visite la página:www.iglesiasdomesticas.com