Chile, el país que más molesta a los abortistas porque demuestra con sus estadísticas durante años que es compatible prohibir todo aborto y tener casi la mejor salud maternal del continente americano (sólo por detrás de Canadá), volverá a tener aborto legal, volviendo así a su pasado abortista de los años 30 del siglo pasado, mientras que el aborto ha estado prohibido en todo supuesto desde 1989.

El caso de Chile durante estos 25 años ha demostrado que cuando un país con medicina moderna y estadísticas fiables prohíbe el aborto, no hay ningún crecimiento de abortos "inseguros" camuflados como "naturales", o "sangrados" o "urgencias ginecológicas" o "muertes maternales".

Chile es el país que desmonta por la vía de los hechos médicos la propaganda abortista de todo el mundo.


Ahora, el Gobierno chileno deja caer sus "globos sonda" para preparar a la población y anunciar su intención de legalizar (o al menos "despenalizar") la eliminación de seres humanos antes del parto.

La comunista Claudia Pascual, ministra directora del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), ha recordado que la despenalización del aborto estaba contemplada en el programa electoral con el que Michelle Bachelet ganó los comicios presidenciales de diciembre pasado.

Era la primera vez que se votaba en elecciones presidenciales con voto voluntario: sólo acudieron a votar 5,7 millones sobre casi 13,6 millones de inscritos; Bachelet consiguió el 62% de los votos, por lo que la llamada "Zapatero chilena" gobierna un país de 17,5 millones de habitantes por decisión de sólo 3,5 millones de electores.  

La ministra Pascual es la primera militante comunista en un Gobierno desde 1973, cuando el presidente era Salvador Allende en plena Guerra Fría.

La titular del Sernam aseguró que "el programa de gobierno contempla avanzar en los ámbitos de una ley de derechos sexuales y reproductivos y también la posibilidad de despenalizar la interrupción legal del embarazo en tres causales".

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