El Senado de Indiana ha votado mayoritariamente por endurecer las condiciones para abortar en el estado norteamericano de cerca de 7 millones de habitantes.

De este modo, el estado gobernado por el republicano Eric Holcomb pasa a ser, desde el pasado viernes, el primero de los cincuenta que conforman los Estados Unidos en aplicar una nueva legislación restrictiva sobre el aborto desde la revocación de Roe v Wade (la sentencia que legalizó el aborto como competencia estatal en todo el país) el mes de junio. Otros estados que han endurecido las medidas lo han hecho amparándose en normativas previamente aprobadas.

(Así fue la histórica revocación de Roe v Wade en EE.UU. el pasado mes de junio).

Con la aprobación de esta nueva ley estatal, el aborto dejará de ser legal hasta las 22 semanas de gestación (6 meses) desde su entrada en vigor el próximo 15 de septiembre.

La ley supondrá un varapalo a todas las clínicas abortistas privadas, de las que Planned Parenthood -lamayor filial del país- es el máximo exponente y líder del sector: desde su entrada en vigor, no se podrán practicar abortos en clínicas privadas, tan solo en hospitales.

Además, un doctor que practique un aborto ilegal o no cumpla con las condiciones vigentes se enfrentará a la pérdida definitiva de su licencia médica, lo que supone un endurecimiento frente a la "posibilidad" de perder la misma que anunciaba la legislación anterior. 

Una ley cargada de buenas intenciones... y cesiones 

Sin embargo, no todo son buenas noticias para la vida en Indiana. Y es que esta nueva ley ha sido aprobada tras semanas de trabajo y conflicto entre los republicanos de Indiana: mientras que una mayoría de ellos quería restringir el aborto por completo, una pequeña parte del partido optaba por incluir algunas excepciones en la norma, lo que finalmente pesó más en la votación final para asegurar que esta saliese adelante.

Así, el aborto seguirá siendo legal en Indiana ante los supuestos de violación e incesto, si tiene lugar antes de las 10 semanas posteriores a la fecundación, cuando se den anomalías letales en el feto o cuando el embarazo suponga un riesgo para la salud de la madre.

Finalmente, la ley se aprobó en la Cámara de Representantes estatal por 62 votos a favor frente a 38 en contra, con la unanimidad contraria al texto por parte de los demócratas y con nueve republicanos que rompieron la disciplina de voto de su partido. En el Senado, la aprobación se dio con 28 votos a favor y 19 en contra.

"Personalmente, estoy muy orgulloso de cada residente de Indiana que dio un paso adelante para compartir valientemente su opinión en un debate que es probable que no cese pronto", afirmó el gobernador, Eric Holcomb, en un comunicado en el que anunció la firma de la normativa. "Por mi parte, como su gobernador, seguiré escuchando", añadió.

El presidente del Senado, Rodric Bray, también celebró el resultado: "Me alegro de haber terminado con esto, uno de los mayores retos que hemos enfrentado como Asamblea General estatal, al menos en el tiempo que he estado aquí. Creo que es una gran oportunidad y vamos a trabajar sobre esto a medida que avancemos desde este punto".