El pasado mes de junio de 2013, el pequeño país centroamericano de El Salvador se convirtió en el campo de batalla mundial de la cultura del aborto al señalar el caso de una joven (nombre ficticio "Beatriz") en un embarazo complicado que gestaba un bebé anencefálico.

El Salvador, uno de los pocos países de Occidente que prohíbe todo aborto, se llenó de periodistas extranjeros y activistas de lobbies abortistas que buscaban señalar lo "inhumano" de prohibir esta práctica, e insistían en presentar el aborto como una práctica necesaria. Es la táctica habitual: un caso extremo para cambiar la ley y la cultura de un país. Pero en El Salvador no funcionó.

Médicos y defensores de la vida insistieron en que el aborto no era necesario en absoluto, que el caso podía resolverse siguiendo el embarazo de cerca con la ciencia disponible... y así fue: nació el bebé, murió de causas naturales, y la madre siguió su vida.

El Salvador no cambió sus leyes ni su Constitución que defiende la vida "desde la concepción". Fue una gran derrota para la causa abortista mundial. Pero el lobby abortista, ya que había realizado su inversión, decidió redoblar sus esfuerzos para cambiar la fuerte cultura y legislación provida salvadoreña.


Por eso, al acabarse el año, el 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, "hermanos católicos y hermanos protestantes", como los llama la nota de apoyo de los obispos salvadoreños, marcharon juntos en defensa de la vida y el matrimonio por las calles de San Salvador.



La entidad convocante, Red Familia, destacó que además de buscar un impacto cultural y político, la marcha pretendía mejorar la unidad de los cristianos, católicos y protestantes, en la defensa de la vida y la familia.

Hasta 10.000 personas se concentraron a los pies de la emblemática estatua de marmórea del Salvador del Mundo para participar en la marcha denominada “Familia, santuario de la vida”. Acudieron líderes provida, médicos, fieles protestantes, católicos y jerarquía episcopal.


“Este es un clamor de los salvadoreños pidiéndole al mundo entero que se respete la vida y la familia en nuestro país. Que no vengan grupos internacionales a tratar de imponer ideologías ajenas a nuestra identidad cultural”, denunció Regina de Cardenal, presidenta de la Fundación Sí a la Vida.

Regina de Cardenal fue clara al señalar como “ideologías extranjeras” la legalización del aborto y el tratar de “redefinir” el matrimonio. Apuntó un ejemplo de cómo se quiere banalizar la familia: “hoy hasta un hombre se casó con una cabra. ¡Un hombre se casó con una cabra! O sea, que no hagan ‘changoneta’ de la institución del matrimonio”.

Entre los manifestantes estaba su esposo y presidente de la Cámara de Comercio, Luis Cardenal, la diputada del partido ARENA Margarita Escobar, el diputado David Reyes y Lisseth Quijano, hija del candidato presidencial de ARENA. “La familia, el matrimonio es la base de la sociedad. Y velaremos, en el próximo gobierno de mi padre, porque a la familia se le dé la atención integral que se le merece”, aseguró Lisseth Quijano.


José Miguel Fortín, director del Instituto de Medicina Legal, comentó lo sucedido en junio, bajo los focos de la prensa mundial: “El caso de Beatriz es emblemático de cómo la gente quiere mentir utilizando una tragedia humana para tratar incluso de cambiar la Constitución. Pero también se vio que cuando la gente dice la verdad, tal es el caso de nosotros, la verdad siempre brilla al final. Beatriz no estaba en un peligro de muerte; se mintió, porque se dijo que se iba morir y sigue viva”.


Entre los manifestantes estaba el obispo de Santa Ana, Romeo Tovar Astorga, que declaró: “Esta es una manifestación cristiana para defender los valores que la familia inculca a los hijos, precisamente porque se han perdido esos valores hay tanta gente desviada, especialmente en las maras [bandas criminales]”.



Unos días después de la gran marcha el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar alabó a los participantes por su iniciativa. “Ciertamente, la convocatoria era para todas aquellas personas de buena voluntad, la marcha tuvo un buen efecto y el interés es más allá que el interés político, que fue defender la vida, defender a la familia”, dijo el arzobispo. Escobar precisó que Red Familia escogió el 28 de diciembre por su significación: el recuerdo de los bebés asesinados por el Rey Herodes.

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