El pasado martes, en una entrevista en "El Gato al Agua", programa de Intereconomía TV, el obispo responsable de temas de Vida y Familia en la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Reig Plà, recordó que detrás de la “cultura de la muerte” que nació con la revolución sexual, hay grandes poderes interesados en reducir la población mundial, en reducir “el número de comensales”. 

Entre las entidades implicadas señaló a la ONU, a la Unesco, al Banco Mundial e, incluso al Parlamento Europeo, como instigadores de una “conjura contra la vida”. También participa en ella la gran plataforma internacional de negocios abortistas IPPF (International Planned Parenthood).



Según el obispo de Alcalá –que el pasado sábado fue galardonado con el premio internacional Cardenal von Galen, otorgado por Human Life International, la mayor organización confesional católica dedicada a la defensa de la vida y de la familia en todo el mundo- esta “cultura de la muerte” cuenta en España con aliados como “los sindicatos, los partidos políticos y, salvo honrosas excepciones, los medios de comunicación”.

En este sentido ha dicho que permitir y no derogar la Ley del aborto en nuestro país es “una verdadera barbaridad, una barbarie”.

“Si permitimos en un estado de derecho el derecho a destruir la vida de los inocentes en el seno de sus madres, ese estado de derecho está poniendo una bomba que está destruyendo la posibilidad de vivir en la justicia y el derecho. La sociedad se organiza para custodiar la vida, para salvaguardar la dignidad y la inviolabilidad y el carácter sagrado de la vida. Organizarla para destruirla es hacer del gobierno, de la Administración, un club de bandidos, como decía San Agustín”.