Dawn Laguens, vicepresidenta de Planned Parenthood -la principal organización abortista norteamericana- ha anunciado que van a empezar a dejar de usar el término pro-choice [pro-elección] para designar la postura favorable a la legalización y promoción del aborto.

La razón aducida por Laguens es que "las etiquetas pueden enmascarar el apoyo de la gente al acceso a un aborto seguro y legal, y politizar una conversación sobre algo profundamente personal y a menudo complejo". Es más, subraya que ahora la palabra choice [elección, opción] parece "frívola" para referirse a lo que está en juego en el aborto.

La realidad es que la última encuesta de Gallup obtuvo el porcentaje más bajo de la historia de apoyo a esa postura (el 41%), y que el rechazo social en Estados Unidos a la industria del aborto es creciente.

Como señala la activista provida Jill Stanek, en el bando contrario al aborto se está produciendo una evolución terminológica similar: "Estamos empezando a alejarnos de términos como provida en beneficio de términos como anti-aborto o abolicionista del aborto", afirma Kristan Hawkins, presidenta de Estudiantes por la Vida. El término abolicionista tiene además en Estados Unidos la evocación histórica positiva del fin de la esclavitud.

En este caso, también por otro factor, según Hawkings: "Ellos no quieren que se use la palabra aborto, y nosotros queremos seguir poniéndosela delante".