La Santa Sede ha publicado este miércoles el Decreto aprobado por el Papa de la Congregación para las Causas de los Santos y en el que destaca un nombre, Albino Luciani, más conocido como Juan Pablo I, cuyo pontificado apenas duró 33 días al morir de manera repentina en el Vaticano el 28 de septiembre de 1978.

En el decreto se informa del milagro atribuido por su intercesión y gracias al cual podrá ser beatificado próximamente. Se trata de la curación milagrosa de una niña de diez años natural de Buenos Aires (Argentina) el 23 de julio de 2011, hace ahora una década

La pequeña padecía “encefalopatía inflamatoria aguda severa, enfermedad epiléptica refractaria maligna, shock séptico” y que en ese momento se encontraba ya al final de su vida. Según informan los medios vaticanos, el cuadro clínico era muy grave y se caracterizaba por numerosas crisis epilépticas diarias y un estado séptico causado por una bronconeumonía.

De este modo, la iniciativa de invocar al Papa Luciani la tomó el párroco de la parroquia a la que estaba encomendado el hospital en el que se encontraba esta pequeña. Este sacerdote era muy devoto de Juan Pablo I.

Aunque sólo fue Papa 33 días antes de morir, Juan Pablo I pudo dejar su impronta

El postulador de la causa de beatificación de Luciani es el cardenal Stella, prefecto emérito de la Congregación para el Clero y natural de la diócesis de Vittorio Veneto, la misma en la que fue el futuro beato fue obispo.

Según el purpurado, este es “un milagro que se lo debemos a la fe de quienes rezaban junto a la cama de esta niña enferma” con graves problemas neurológicos “en condiciones prácticamente desesperadas”.

Sobre esta curación inexplicable, el cardenal Stella comenta a Vatican News que aquella niña tiene ahora 20 años y asegura haber visto vídeos actuales de ella que la muestran “caminando, hablando, y se puede ver a una chica de casi veinte años que está bien”.

“Se lo debemos a la fe de quienes oraron alrededor de esta persona cuando estaba enfermo. Es un evento que ciertamente tiene características extraordinarias, porque nos ocupamos a nivel médico, pero sobre todo hubo una noche, un largo momento de oración, de intercesión, que es lo que en definitiva califica a un evento de este tipo”, agrega el postulador de la causa.

Juan Pablo I sucedió en la sede de Roma a San Pablo VI y precedió tras su breve pontificado a San Juan Pablo II. Luciani estuvo entre dos Papas hoy santos y cuyos pontificados fueron muy extensos con 15 años por parte de Montini y los casi 27 de Wojtyla.

Murió repentinamente la noche del 28 de septiembre de 1978. Lo encontró sin vida la monja que le llevaba el café a su habitación cada mañana.  La fama de santidad de Albino Luciani se extendió muy rápidamente, aunque su causa de beatificación se abrió en 2003, en 2017 fue declarado venerable y cuatro años más tarde se ha reconocido el milagro por el que será beato. Ahora sólo falta que el Papa Francisco anuncie la fecha de esta ceremonia.

El entonces cardenal Wojtyla y futuro Juan Pablo II saluda a Juan Pablo I tras su elección como Papa

Albino Luciani nació en 1912 y era hijo de un obrero socialista que había trabajado durante mucho tiempo como emigrante en Suiza. En la nota que le escribió su padre, dándole el consentimiento para entrar en el seminario, se lee: "Espero que cuando seas sacerdote, estés del lado de los pobres, porque Cristo estuvo de su lado".

Fue ordenado sacerdote en 1935 y en 1958, inmediatamente después de la elección de Juan XXIII, que lo había conocido como Patriarca de Venecia, fue nombrado Obispo de Vittorio Veneto. Luciani participó en todo el Concilio Ecuménico Vaticano II.

Tras la publicación de la encíclica Humanae Vitae, en la que Pablo VI declaró moralmente ilícita la píldora en 1968, el obispo de Vittorio Veneto promovió el documento, adhiriéndose al magisterio del Pontífice. Pablo VI, que tuvo la oportunidad de apreciarlo, lo nombró patriarca de Venecia a finales de 1969 y en marzo de 1973 lo creó cardenal.

Luciani, que eligió la palabra "humilitas" para su escudo episcopal. En Venecia, como Patriarca, tuvo que sufrir mucho por las protestas que caracterizaron los años posteriores al Concilio.

Tras la muerte de Pablo VI, fue elegido el 26 de agosto de 1978 en un cónclave que duró tan sólo un día.  El doble nombre era ya un programa: unir a Juan y a Pablo, mostrando su gratitud a los Papas que lo quisieron como obispo y cardenal, y marcar un camino de continuidad en la aplicación del Concilio.

Más decretos de la Congregación para las Causas de los Santos

El de Juan Pablo I no es el único decreto que se ha publicado este miércoles ni el único milagro reconocido. También lo ha sido el producido por intercesión de la monja colombiana, María Berenice Duque Hencker, que también será beatificada próximamente.

Nació bajo el nombre de Ana Julia en Salamina (Colombia) en 1898 y falleció en la ciudad de Medellín en 1993. Fue fundadora de la Congregación de las Hermanitas de la Anunciación, actualmente presentes en 15 países.

En su vida, esta religiosa se caracterizó por servir a los más pobres y por ayudar a progresar a niños, jóvenes y mujeres sin distinción ni de su raza ni de su condición social.

Por otro lado, la Santa Sede ha reconocido las virtudes heroicas del Siervo de Dios Giuseppe Spoletini, sacerdote de la Orden de los Frailes  Menores; nacido el 16 de agosto de 1870 en Civitella y fallecido el 25 de marzo de 1951 en Roma (Italia). En su orden destacan lo extraordinario de una vida ordinaria, destacando especialmente por su amor al confesionario y por la atracción que poseía para las personas a pesar de llevar una vida de lo más humilde y dedicada a la oración.

Magdeleine de Jésus siguió los pasos de la espiritualidad de Carlos de Foucauld

Del mismo modo, se han reconocido las virtudes heroicas de la Magdeleine de Jésus, fundadora de la Fraternidad de las Hermanas de Jesús, nacida en París en 1898 y fallecida en Roma en 1989. Esta sierva de Dios vivió inspirada en la vida de Carlos de Foucauld, beato y próximamente santo, y por ello quiso vivir sencillamente una vida contemplativa entre los nómadas del Sáhara argelino.

Su aportación fue dar visibilidad a la ternura de Dios a través de una Fraternidad y falleció en Roma después de haber dado su vida para implantar sus fraternidades en todas las periferias del mundo.

También la Santa Sede ha reconocido las virtudes heroicas de la Sierva de Dios Elisa Martinez, fundadora de la Congregación de las Hijas de Santa María de Leuca, que nació en 1905 en Galatina (Italia) y falleció en 1991 en Roma. A pesar de una vida de enfermedad y sufrimiento, que le obligó a dejar la congregación a la que pertenecía acabaría fundando en 1934 la congregación que hoy mantiene su obra.

En 1941, Monseñor Ruotolo erigió la Pía Unión como Instituto de Derecho Diocesano, sugiriendo su cambio de nombre a “Hermanas Hijas de Santa Maríaa de Leuca”, en honor al santuario mariano más grande de la Diócesis y de Salento. En medio de la Guerra Mundial, la Madre Elisa se aventuró al norte de Italia para expandir la naciente Congregación. En 1946 se trasladó a Roma y en estos años la Madre Elisa, a pesar de su frágil salud, continuó sin descanso los viajes para extender las ramas de su Congregación en diferentes partes del mundo, comenzando por el resto de Europa (Suiza, Bélgica, Francia), hasta llegar a llegar a América (Estados Unidos y Canadá) y Australia. 

En los decretos de este miércoles también ha habido españoles:

-El Papa reconoce el martirio de dos misioneros españoles asesinados por caníbales en Argentina

-Consiliario de Acción Católica y director de seminaristas de Alicante, el P. Diego hacia los altares