Nuestra Señora de la Estrella. 8 de mayo.

El Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas fue fundado por San Juan Bautista de la Salle (7 de abril; 26 de enero, traslación de las reliquias; y 17 de diciembre, Dedicación de su iglesia en Roma) en 1680, para la educación de la niñez y de la juventud, pero además, sentó las bases de las futuras escuelas de maestros, pues fue la primera en preparar hombres dedicados específicamente para ello. Pero, aunque desde los inicios la Congregación tuviera a la Virgen María como referente y Madre, no tenían advocación o imagen propia. Les llegaría de manos de otros en una fusión. Pero primero veamos un poco del origen de la advocación y hay que regresar un poco en el tiempo, solo un poco: 950 años.

La leyenda dice que la abadía de Nuestra Señora de Monteburgo (llamada luego "de la estrella"), fue fundada por unos ermitaños procedentes del centro de Europa, partieron hacia las islas británicas, para fundar unas ermitas y dedicarse a su vida de oración. Llegaron a las playas de Normandía, y en espera de poder cruzar el mar, se echaron a descansar. El hermano Roger se echó en la arena, y su compañero en una barca abandonada y agujereada que había en la orilla. Por la noche se destató una tempestad, que arrancó la barca de la orilla y, sin hundirse, llevó a su dormido tripulante a la costa británica a una ciudad (desconocida), donde recién había muerto el obispo y el involuntario marinero fue visto como una respuesta del cielo y entronizado en la sede episcopal. Y le perdemos de vista.

Pero, ¿y el compañero? Pues este, al quedar solo, vio era voluntad de Dios que fundase en tierra francesa y no del otro lado, por lo que se dio a la oración y a la penitencia hasta que Dios le mostrase una señal del sitio escogido. Y no tardó: Soñó que una estrella le indicaría el punto exacto, y apenas despertó vio caer del cielo una estrella, que incendió unos matorrales. Y allí levantó una ermita, dedicada a la Madre de Dios, estrella que nos guía. Al poco tiempo ya tenía discípulos y gente que acudía a escruchar su consejo. Y la ermita pasó a ser el monasterio de Santa María de Monteburgo, y el monasterio pasó a ser abadía, cuya iglesia, de estilo románico se bendijo en 1152. En alza y luego en declive, la abadía tuvo sus momentos de gloria y ruina. Los primeros siglos fueron de esplendor, pero desde las guerras de religión hasta la revolución francesa, que la devastó, fue decayendo hasta convertirse en escombros.

Tendría que llegar una santa (como si no), para que María, la Estrella de la Mañana, retomara posesión de su casa. Fue Santa María Magdalena Postel, "la virgen sacerdote" (16 de julio), la llamada si no directamente, al menos por inspiración a volver a dar esplendor a Monteburgo. En 1807, Magdalena toma posesión de la ex-abadía San Salvador de Vicomte, cercana a Monteburgo, donde da inicio a su obra fundacional: Las Hermanas de las Escuelas Cristianas de la Misericordia, basadas en la regla, constituciones y métodos educativos de los Hermanos de La Salle, pero dedicadas a la educación de las niñas. En 1842 el futuro obispo de Luçon, P. Delamare, que había ayudado a María Magdalena y su sucesora, la Beata Plácida Viel (4 de marzo), funda la rama masculina de esta congregación: Los Hermanos de las Escuelas Cristianas de la Misericordia, que se instalan en la derribada Monteburgo. Recuperan el patronato de María sobre la abadía y la nombran patrona del nuevo Instituto religioso. Mandaron a tallar en Bélgica una réplica de la antigua imagen desaparecida. En 1892 fue bendecida con el nombre de Nuestra Señora de la Estrella, en memoria de la leyenda que vincula a la Virgen con la abadía. Llegaron a tener más de 30 escuelas, en las que se veneró esta advocación mariana, que lograron nombrar, a título diocesano, patrona de las escuelas de Normandía. Terminando el siglo XIX la iglesia es reconstruida, en su mismo estilo románico cisterciense, austero y de líneas simples. Son inicios gloriosos, que no durarán mucho.

En 1904 todas las congregaciones dedicadas a la enseñanza, que tanto habían elevado la educación luego de la Revolución Francesa, sufren un nuevo golpe: las leyes prohíben a los consagrados pisar los colegios. Los Hermanos de las Escuelas Cristianas de la Misericordia pasan a Bélgica, donde fundan, junto a su amada "Estrella". En 1922 regresan a Francia, y han de volver a reconstruir Monteburgo, pero la obra languidece: no hay vocaciones, no hay fuerzas ni dinero. Finalmente, en 1936, piden y obtienen (1938) su fusión con los Hermanos de La Salle, pues, en definitiva, el carisma, regla y constituciones eran casi idénticas. La II Guerra Mundial, principalmente el desembarco de Normandía, arruina la abadía e iglesia de Monteburgo, los Hermanos huyen, pero salvando antes su Madre de la Estrella. Luego de la guerra, los Hermanos de La Salle recuperan Monteburgo y en 1951 consagran la iglesia, restaurada bellamente, como luce hasta hoy. Los últimos dos Hermanos de la Misericordia lloran de contento al ver a su amada Virgen de la Estrella como patrona del sitio y de la escuela e internados allí fundados.

En 1955, Vicario General del Instituto mandó se tomara como advocación propia a Santa María de la Estrella y fuera llamada y venerada como "Reina y Madre de las Escuelas Cristianas", su imagen venerada en todos los colegios y su devoción inculcada a los estudiantes. El 7 de marzo de 1957, por petición de los Hermanos de La Salle, la Sagrada Congregación de Ritos extendió la festividad de Nuestra Señora de la Estrella a todas las iglesias y colegios, con el oficio litúrgico de la misa mariana "Salve Sancta Parens", utilizada ya por diversas advocaciones marianas propias de institutos u órdenes, como dominicos o agustinos.

En 1960, en el marco del noveno centenario de Monteburgo se procedió a la coronación canónica de Nuestra Señora de la Estrella, ratificando su título de Reina, Madre y Patrona de las Escuelas Cristianas, y determinando su fiesta al II sábado de Pascua, y luego al 8 de mayo. Pero vendría el Concilio Vaticano II, luego del cual algunas advocaciones marianas decayeron o fueron olvidadas por los religiosos o seglares. De la Virgen de la Estrella puede decirse que ha sido víctima de ello, aunque no del todo ni en todos los sitios, pues en algunos sitios su memoria se conserva. Pero basta reastrear publicaciones o webs lasalianas modernas, para notar que su ausencia es alarmante; o su presencia limitada a explicar la estrella del escudo o como algo de la historia pasada.

Lamentablemente, en 1986 los Hermanos de La Salle dejaron Monteburgo, aunque la escuela agraria sigue funcionando bajo su inspiración.

Y termino con un texto de las "Meditaciones" de San Juan Bautista de La Salle:
 

"Tengamos la certeza de que todo cuanto hagamos para honrar y hacer honrar a la Santísima Virgen será, por su mediación, copiosamente recompensado por Dios. Reconozcámosla siempre como nuestra bondadosa madre, ya que Jesucristo se la dio por tal, en la persona de san Juan, a cuantos fueran sus devotos, cuando, cercano a la muerte, le dijo: 'Hijo mío, he ahí a tu madre'". (Meditación 151. Para la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves).




A 8 de mayo además se celebra a: 
San Miguel "in Monte Gargano".
Beato Luis Rabatá, carmelita mártir.
San Gibrián de Reims, presbítero.